Mariano Rajoy se reunió en La Moncloa con el primer ministro polaco, Donald Tusk, pero eso en realidad no importaba tanto. Lo que todos querían preguntarle al mandatario tenía que ver, más bien, con la política interior española, donde la situación está tensa desde que el domingo el PSOE, principal partido de oposición, pidiera la dimisión de Rajoy.

Esto, tras publicarse en el diario El Mundo unos mensajes de texto intercambiados por la autoridad y el extesorero del Partido Popular (PP), Luis Bárcenas. Por ello, Rajoy debió ser explícito y decir que va a “defender la estabilidad política y voy a cumplir el mandato que me han dado los españoles en su momento”, rechazando de plano las invitaciones a renunciar.

Rajoy, que leyó su respuesta a una pregunta aparentemente preacordada con el diario ABC, según denunciaron otros medios españoles, aseguró que “aquí hay un gobierno estable que va a cumplir con su obligación”, manifestó que el Estado de derecho no cederá al “chantaje” de Bárcenas y añadió que ahora lo importante es sacar adelante las reformas que permitan al país superar la crisis económica.

No quiere responder a rumores

A la misma hora, el mencionado extesorero del PP admitía ante el juez en la Audiencia Nacional española ser el autor de la supuesta contabilidad en la sombra publicada por medios españoles desde enero y dijo que también realizó pagos a Rajoy entre 2008 y 2010. Tanto el PP como el Ejecutivo han negado en reiteradas ocasiones que dicha contabilidad irregular existiera.

La oposición reprocha a Rajoy haber guardado silencio durante mucho tiempo sobre este complejo asunto. En sus breves declaraciones, la autoridad se justificó diciendo que “un presidente no puede estar saliendo cada día al paso de las insinuaciones y rumores que se vayan publicando”. Debido a que el PP tiene mayoría absoluta en el Congreso de Diputados, la oposición no ha podido forzar una comparecencia de Rajoy ante el Parlamento.

Sobre los mensajes de texto publicados en El Mundo, que probarían un intercambio y contacto permanente entre el jefe de Gobierno y el extesorero al menos hasta marzo de 2013, la autoridad del PP dijo que ellos “lo único que hacen es ratificar que el Estado de derecho no se somete a chantaje”. En el Gobierno aseguran que Rajoy no cedió a las peticiones de Bárcenas, imputado desde 2009 en el “caso Gürtel”, una gran trama de corrupción que salpica al PP desde entonces.

DZC (dpa, El Mundo, Reuters)