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Japón baja, Bolivia sube

24 de agosto de 2011

Deutsche Welle habló con un experto en coyunturas financieras sobre lo que una mejor calificación de riesgos para Bolivia implicaría para la economía del país andino y para el resto del subcontinente latinoamericano.

Evo Morales contempla emitir bonos soberanos en los meses por venir.Imagen: AP

 

Los analistas financieros no se mostraron sorprendidos cuando la agencia de clasificación de créditos Moody’s bajó la calificación de la deuda soberana japonesa del nivel Aa2 al Aa3 de su escala este miércoles (24.8.2011), tres meses después de haber advertido que las escasas perspectivas de crecimiento económico del país y la incapacidad de su clase política para frenar el incremento de la deuda pública –que viene aumentando sin pausa desde la recesión global de 2009– hacían inevitable la moción.
 
Tampoco los tomó desprevenidos el anuncio hecho el lunes (22.8.2011) por otra agencia de calificación de riesgos en relación con Bolivia: un vocero de Standard & Poor’s dijo que aumentaría su clasificación crediticia si el escenario de un crecimiento económico marcado de aquí a 2016 se ve favorecido por los propósitos de inversión en proyectos de petróleo y gas del país suramericano. El ministro de Economía boliviano, Luis Arce, declaró que su país podría obtener por primera vez la nota de doble B.
 
“Queda claro que la deuda está siendo controlada”, sostuvo el funcionario poco después de que Standard & Poor’s diera a conocer la noticia y a varios días de haber revelado que el Gobierno de Evo Morales sopesaba la posibilidad de emitir bonos soberanos en los meses por venir. Esto dice volúmenes sobre la importancia de las inversiones y los proyectos de infraestructura que se han estado negociando en Bolivia en el último trimestre, y obliga a preguntar si sus vecinos disfrutarán de una racha tan buena en el futuro cercano.
 
¿Brilla el futuro latinoamericano como el de Bolivia?
 
Dr. Christian Dreger, del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW) de Berlín.Imagen: DIW Berlin
Buena parte de América Latina salió ilesa de la primera fase de la crisis financiera global, que golpeó duramente a regiones económicamente más fuertes. Hoy, mientras potencias como Francia consiguen a duras penas defender su nota triple A, la humilde Bolivia recibe un espaldarazo de las agencias de rating. ¿Cabe generalizar a partir del repunte de Bolivia y esperar que las calificaciones crediticias de los países latinoamericanos mejoren mientras las de otros empeoran?
 
“Eso va a depender de cómo se integren Bolivia y los países en vías de desarrollo industrial, en general, al tejido de la economía mundial y de lo que tengan que ofrecer. Eso dependerá también de que las políticas económicas nacionales reflejen un desarrollo saludable de las finanzas estatales”, explica Christian Dreger, experto en análisis de coyunturas financieras del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW, por sus siglas en alemán) de Berlín, en entrevista con  Deutsche Welle.
 
“Las economías latinoamericanas son muy heterogéneas. Tenemos a países como Perú, que tiene perspectivas de crecimiento económico prometedoras; Chile, que en los últimos años consolidó notablemente sus reservas monetarias; y Brasil, que es uno de los actores más fuertes en la escena subcontinental. Y por otro lado tenemos a países como Venezuela, cuyas finanzas no se ven nada bien. También México y Argentina tienen economías muy contrastantes”, agrega Dreger.
 
Suramericanos unidos para proteger la economía regional
 
Evo Morales (izq.) y los Kirchner durante la ceremonia de creación del Banco del Sur en 2007.Imagen: picture-alliance/dpa
“México es un importante socio comercial de Estados Unidos y, como Estados Unidos está afligido por su enorme deuda fiscal, por el desempleo y el marcado descenso en el consumo, es normal que también la economía mexicana padezca, sobre todo porque los mexicanos que trabajan en Estados Unidos están enviando menos remesas a casa”, añade el especialista, acotando que Argentina tiene otras dificultades, como la prolongada incertidumbre en torno a la salud de las finanzas estatales.
 
El pasado 12 de agosto, durante la primera reunión del Consejo Sudamericano de Economía y Finanzas de la Unasur –integrado por los ministros de Economía y los presidentes de bancos centrales de América del Sur–, se acordó reforzar la protección del subcontinente frente a la crisis financiera internacional mediante la ampliación del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR), el comercio regional en moneda local y la coordinación de los bancos de desarrollo.
 
¿Logrará una “nueva arquitectura financiera” regional escudar a los países suramericanos de las tensiones que tienen lugar en otras partes del continente y del mundo? “Así como la creación de la Eurozona no cumplió su promesa de proteger a las economías comunitarias del vaivén de la economía mundial –la zona euro fue golpeada con dureza por la más reciente crisis financiera, aunque ésta no empezó ni en Alemania ni en Francia, las economías más sólidas de la Unión Europea–, América Latina también seguirá dependiendo de la economía global”, estima Dreger.
 
¡Bolivia, enhorabuena!
 
A sus ojos, los países latinoamericanos deben alegrarse por Bolivia, pero no contar con que sus oportunidades de crecimiento son contagiosas o indicios de solidez continental. “Si algunos de los contratos se suscriben como ha sido planeado, la inversión extranjera directa en Bolivia se incrementará considerablemente; eso ensanchará sus perspectivas de crecimiento y el panorama para sus exportaciones”, reza un segmento del informe presentado por Standard & Poor’s, cuya decisión de elevar la calificación crediticia de Bolivia se alinea con las de Moody’s y Fitch; estas agencias ya habían favorecido a la nación andina colocándola en la categoría B+.
 
Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editora: Emilia Rojas Sasse

 

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