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Razones para no olvidar la masacre de Tiananmen

4 de junio de 2019

¿Debe seguir recordándose la masacre de Tiananmen de 1989? Lo que pasó hace 30 años es historia y hay que mirar al futuro, dicen muchos. No, la memoria es muy necesaria, opina Perry Link.

China Hongkong Jahrestag Gedenken Tiananmen
Imagen: picture-alliance/AP Photo/K. Cheung

Recordamos el 4 de junio porque Jiang Jielian tenía entonces 17 años. Y los sigue teniendo, y siempre los tendrá, porque la gente que está muerta no envejece.

Recordamos el 4 de junio, por las "almas perdidas" que acompañaron a Liu Xiaobo hasta su muerte, son las mismas que nos acompañarán hasta que nosotros muramos.

Recordamos el 4 de junio porque el reflejo del fuego en las bayonetas es algo que nadie puede olvidar. Ni siquiera cuando no lo hayamos visto con nuestros propios ojos.

Recordamos el 4 de junio porque nos evidencia la verdadera naturaleza del Partido Comunista de China. Ningún libro, ninguna película, ningún museo podría haberlo hecho mejor.

El profesor Perry Link, de la Universidad de California.Imagen: DW/P. Kong

Recordamos el 4 de junio por los trabajadores que murieron. No podemos recordar los nombres de la mayoría, porque a la mayoría no los conocimos. Pero nos acordamos de ellos como personas. Y recordamos que nunca supimos sus nombres.

Recordamos el 4 de junio porque allí se ve el peor lado de China, pero también el mejor.

Recodamos el 4 de junio porque hubo una masacre, no una "razzia", no un "incidente", no una "redada". No hubo un levantamiento contrarrevolucionario. Ni tampoco es verdad, como quizás podría pensar un niño hoy en China, que esto nunca sucedió. Fue una masacre.

Recordamos el 4 de junio porque, como con su sabiduría recordó el profesor Fang Lizhi, este es el único caso conocido en el que una nación se invadió a sí misma.

Recordamos el 4 de junio porque queremos saber qué recuerdan los soldados asesinos. En las afueras de la ciudad les lavaron el cerebro antes de recibir las órdenes asesinas. Ellos también fueron víctimas. No sabemos qué pensaban en ese momento. Pero los recordamos porque queremos saberlo.

Recordamos el 4 de junio, porque Ding Zilin sigue con vida. Tiene 82 años. Cuando sale de su casa, los servicios de inteligencia la siguen. ¿Seguridad para ella? No, para el Estado. Si, de verdad: un régimen que tiene un PIB de 100 billones de yuanes y dos millones de soldados se tiene que cuidar de una anciana de 82 años, de sus ideas. Eso no debemos olvidarlo.

Recordamos el 4 de junio para ayudar a otros a recordar. Recordamos solos, pero conmemoramos juntos.

Emblemática foto de la masacre de Tiananmen.Imagen: picture alliance/AP Photo/J. Widener

Recordamos el 4 de junio porque recordar nos hace mejores personas. Lo hacemos en nuestro propio interés. Cuando los políticos hablan de "intereses", se refieren a cosas materiales. Pero los intereses morales son igualmente importantes. No, son más importantes. Más importantes que tener un yate.

Recordamos el 4 de junio porque marcó un punto de inflexión para el 20 por ciento de la población del planeta. Un punto de inflexión en una dirección terrible. Esperamos que no haya sido uno que condene a toda la humanidad. Pero no lo sabemos; aún está por verse.

Recordamos el 4 de junio, porque si no lo hacemos, no tendríamos idea de lo que pasó. ¿Acaso lo imaginamos? No.

Recordamos el 4 de junio también porque hay personas que no quieren que nos acordemos. Quieren que olvidemos, porque nuestro olvido refuerza su poder político. ¡Qué juego miserable! Nosotros debemos oponernos a ese poder, incluso si recordar la masacre es la única forma de lucha.

Recordamos el 4 de junio para no olvidar cómo el régimen chino se miente a sí mismo y a los demás. Dice que el pueblo chino dio hace tiempo el "veredicto correcto sobre el levantamiento contrarrevolucionario de la plaza de Tiananmen de 1989". Pero todos los años, cada 4 de junio, policías de civil impiden que la gente ingrese a la plaza. ¿Por qué? Si los chinos, como sostiene el gobierno, no respaldan el alzamiento. ¿Por qué la gente no puede acceder al lugar para juzgar a los contrarrevolucionarios? La presencia de la policía demuestra que el régimen no cree en sus propias mentiras.

Recordamos el 4 de junio porque estos hechos sacuden el cerebro por mucho tiempo. Aunque lo intentáramos, no podríamos olvidarlo.

Perry Link es profesor de Literatura Comparada y Lenguas Extranjeras en la Universidad de California. Antes trabajó como profesor de Estudios de Asia Oriental en la Universidad de Princeton. Está especializado en lengua y literatura chinas. Link participó en la traducción de las "Actas de Tiananmen", una colección de documentos secretos elaborados por el régimen chino tras la masacre de 1989.

(mn/cp)

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