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Reñidas elecciones en una Honduras desesperanzada

26 de noviembre de 2021

Honduras acude a las urnas para elegir presidente. Los comicios serán observados atentamente en Pekín y Taipéi.

Präsidentschaftswahl in Honduras Xiomara Castro
Imagen: Luis Acosta/AFP

Este fin de semana, el 28 de noviembre de 2021, los hondureños votarán en lo que probablemente será una contienda muy reñida entre Nasry Asfura, del derechista Partido Nacional, en el poder, y Xiomara Castro, del izquierdista Partido Libertad y Refundación. Además del presidente, se eligen 128 congresistas, 20 diputados del parlamento centroamericano, 298 alcaldes y otros cargos a nivel municipal. En la carrera por la presidencia no habrá segunda vuelta. Cualquiera de los 13 candidatos que obtenga el mayor número de votos el domingo gana.

Dicho esto, ya empiezan las incertidumbres. Juan Orlando Hernández (Partido Nacional), elegido presidente por primera vez en 2013, fue reelecto para otro mandato en unas disputadas elecciones en noviembre de 2017. Les siguieron protestas de la sociedad civil y violentos enfrentamientos con la policía y el Ejército, que también cobraron vidas. Hernández será, con bastante probabilidad, acusado en un tribunal federal de Nueva York por tráfico masivo de drogas, ya sea el día después de que deje su cargo en enero, o posiblemente incluso antes.

La oposición teme que el presidente pueda influir en los resultados electorales para evitar ser extraditado a Estados Unidos. Algunos incluso temen incluso un golpe militar orquestado por Hernández.

"Los hondureños ha tenido que soportar mucho"

El alemán Jürgen Klenk, director para Honduras de la agencia internacional de cooperación alemana GIZ, observa la situación de cerca: "Los hondureños ha tenido que soportar mucho en los últimos tiempos, la pandemia y los huracanes ETA e IOTA, y las cifras de pobreza van en aumento. En esta situación, mucha gente quiere paz y estabilidad y no más polarización. Así que no creo que haya ningún levantamiento importante después de las elecciones, y no creo que los militares den un golpe de Estado. Pero todo es relativo, por ejemplo, si hay una manipulación electoral descarada, no se sabe lo que ocurrirá". Honduras fue golpeada por dos huracanes devastadores en 2020. La pandemia elevó el desempleo al 10,9 por ciento el año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística. La economía se contrajo un 9 por ciento, según el Banco Mundial. Y las bandas criminales dominan partes del país.

Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional.Imagen: Orlando Sierra/AFP

"Con o sin la victoria electoral del Partido Nacional, la emigración al extranjero continuará", afirma Jürgen Klenk. A los miles de hondureños que se calcula que abandonan el país cada mes, se suma el desplazamiento interno. Según la ONU, unas 250.000 personas han tenido que abandonar su hogar por la violencia de las pandillas.

¿Qué se puede esperar de Asfura o Castro?

"Yo soy diferente", repite continuamente Nasry Asfura, candidato del Partido Nacional en las elecciones del domingo y alcalde de Tegucigalpa. Asfura, se ha enfrentado a importantes obstáculos como delfín de Hernández. Los fiscales hondureños le acusan de desviar más de un millón de dólares de fondos públicos para uso personal. Por mucho que lo intente, Asfura no ha podido sacudirse el estigma de Hernández.

Las encuestas dan a Xiomara Castro la mayor posibilidad de ganar. Este es su tercer intento. Perdió ante Hernández en su primera candidatura y luego abandonó la carrera en 2017 cuando se unió a la coalición que respaldaba a Salvador Nasralla, que en este año abandonó la carrera para apoyar a Castro. La candidata del partido izquierdista Libertad y Refundación, de 62 años, es la esposa del expresidente José Manuel Zelaya, quien había disgustado a Estados Unidos al establecer estrechos vínculos con el presidente venezolano Hugo Chávez. Zelaya fue derrocado por los militares en un golpe de Estado en 2009.

"Ninguno de los dos candidatos ha presentado un programa electoral concreto, por lo que es difícil juzgar qué esperar de cualquiera de ellos. Lo que está claro, sin embargo, es que Asfura representa la continuidad y continuará el curso anterior del gobierno, con una política económica conservadora y probablemente también un alto grado de clientelismo", opina Jürgen Klenk.

Xiomara Castro, del Partido Libertad y Refundación.Imagen: Luis Acosta/AFP

Interés internacional por Honduras

El resultado de las elecciones en Honduras se sigue con atención no solo en la región o en Estados Unidos. El interés llega incluso hasta China y Taiwán. Honduras figura entre los quince países del mundo que todavía reconocen Taipéi en vez de a Pekín.

En septiembre, Castro aseguró que "abriría inmediatamente relaciones diplomáticas y comerciales con China continental" si ganase las elecciones. Pero, mientras tanto, parece haber notado que esta postura le dificulta ganar confianza en Washington. Una confianza o por lo menos tolerancia muy necesaria para Castro si uno recuerda cómo Washington reconoció a Hernández como ganador de las elecciones en 2017, a pesar de numerosas denuncias de manipulación, confirmadas por observadores internacionales. Además, está la dependencia económica de Estados Unidos. "Honduras depende del comercio con Estados Unidos y está tan débil, que no podría sobrevivir ni un mes de aislamiento económico de Washington", comenta el analista político Raúl Pineda a la agencia Reuters. En consecuencia, Castro se retractó, por lo menos por el momento. Uno de sus colaboradores cercanos dijo el martes que no se había tomado ninguna decisión definitiva.

Pero, a pesar de todo, es poco probable que estas complejidades internacionales importen mucho a la mayoría de los hondureños. Sus necesidades diarias son mucho más urgentes y las perspectivas de futuro son bastante sombrías, independientemente de que gane Castro o Asfura. "La sociedad está dividida, el desencanto con la política va en aumento, hay muy poca comunicación o planificación estratégica entre los diferentes grupos sociales, por ejemplo en la sociedad civil o entre la comunidad empresarial y el gobierno", dice el experto de la GIZ. "Honduras sigue careciendo de personal creíble en la clase política del país." 

(ers)

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