Pese a la clara victoria de Van der Bellen en las elecciones presidenciales de Austria, la preocupación es que la derecha populista salga reforzada.
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Hace frío en Viena. La hierba del Augarten amaneció congelada, como si el invierno quisiera contribuir a "enfriar” el ambiente en Austria. Durante once meses, el país ha estado sumergido en una campaña electoral enérgica y amarga. Ahora, Alexander Van der Bellen, ex líder de los Verdes, asumirá el cargo de presidente por los próximos seis años tras haber ganado con más del 53% de los votos a su rival del FPÖ, el populista Norbert Hofer.
"Ha sido un alivio," explica Barbara Sturm, mientras pasea a su perro en el Augarten: "No quiero que un hombre como Hofer llegue al poder”. Este argumento se escucha a menudo y fue decisivo para que muchos apoyasen a Van der Bellen, frenando así el ascenso de Hofer al poder. "Van der Bellen tampoco es mi candidato”, continúa Barbara Sturm: "Parece cansado y agotado”.
Una campaña retorcida
"El mensaje de que Hofer no debía llegar a la presidencia fue más fuerte que el de que Van der Bellen debía ser presidente”, explica el investigador Christopher Hofinger a DW. Su empresa de opinión Sora es la responsable de ofrecer los datos de las encuestas al canal público de radiotelevisión ORF.
Con las encuestas que realizaron el día de las elecciones, Hofinger y sus compañeros descubrieron que Van der Bellen ganó sobre todo entre aquellos que no votaron en las elecciones anteriores, que fueron finalmente anuladas. Aún así, en las calles de Viena hay muchos partidarios de Van der Bellen. La capital fue uno de los bastiones para la victoria con casi un 64% de los vieneses que optaron por Van der Bellen.
Entre los que votaron al FPÖ, un jubilado que acepta hablar a cambio de que se respete su anonimato, opina que los medios de comunicación fueron demasiado partidistas y "retorcidos” con lo que decía Hofer. "Eso de populismo de derecha y antieuropeo no es del todo cierto”, afirma. También en las redes sociales se puede observar la frustración de los que votaron por el perdedor. Algunos incluso opinan abiertamente que Austria está al borde del abismo.
El cambio está en el aire
Sin embargo, en estas elecciones no solo han perdido los votantes tradicionales del Partido de la Libertad, sino también los que votaron a otros . Un hecho que el FPÖ trata ahora de aprovechar en beneficio propio. El jefe del partido, Heinz-Christian Strache, considera que el 46% fue un logro histórico para Hofer y el FPÖ: "La gente quiere un cambio”.
De hecho, en el país se discute sobre nuevas elecciones dede hace casi un año y parece que la ruptura prematura de la gran coalición entre SPÖ y ÖVP solo es cuestión de tiempo. Algo que pondrá a pruebe al estado de ánimo de este país en el que, según las encuestas, los populistas ya están cerca del 30%.
Arthur K, auxiliar de enfermería, se siente aliviado con la victoria de Van der Bellen: "Es importante que el presidente defienda una Austria abierta de cara a la galería.” Sin embargo, el mismo cree que los grandes partidos tendrán que mover ficha: "La sensación de estar en punto muerto, de esas luchas continuas por la barba del emperador ayudan únicamente al FPÖ”. El investigador Christoph Hofinger no se atreve a decir que las elecciones presidenciales hayan ayudado al FPÖ: "Pero para SPÖ y ÖVP es una mala señal que muchos de sus votantes hayan apoyado a otro candidato”. Con ello también disminuye la resistencia a votar a otros partidos en las próximas elecciones y "eso provocará mayor dinamismo en el sistema político”.
¿Por qué toda Alemania habla tanto de AfD? (15.03.2016)
El partido de extrema derecha apeló a un discurso antiinmigración y obtuvo excelentes resultados en las últimas elecciones regionales alemanas.
Imagen: Getty Images/A. Hassenstein
Al comienzo era el euro
En abril de 2013 se realizó en Berlín el primer congreso del partido Alternativa para Alemania (AfD), que acababa de ser fundado en febrero. Bajo el liderazgo del profesor de Economía de la Universidad de Hamburgo Bernd Lucke, el partido surgió como una variante un poco a la derecha de la Unión Cristianodemócrata (CDU) y tuvo como principal tema la crítica a la política de rescate del euro.
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Los "euroescépticos"
El objetivo de AfD era convertirse en una alternativa real a los partidos de centro. Numerosos militantes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), del partido liberal FDP e incluso de La Izquierda se plegaron a la propuesta, que buscaba el fin de los millonarios rescates financieros, el retorno de las monedas nacionales y la disolución de la eurozona. La prensa empezó a llamarlos "euroescépticos".
Imagen: Reuters
Los tres presidentes
Lucke compartió la presidencia del partido con la empresaria Frauke Petry y Konrad Adam, un reconocido periodista que había trabajado en el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Con las bases listas para competir, se presentaron en las elecciones federales de 2013 con Lucke como principal rostro. Obtuvieron el 4,7 por ciento, muy poco por debajo del 5 por ciento necesario para ingresar al Bundestag.
Imagen: picture-alliance/dpa
Los primeros éxitos electorales
Tras un fracaso en las elecciones regionales de Hesse, AfD comenzó a dar sus primeros golpes electorales en 2014, cuando obtuvo el 7 por ciento en las elecciones al Parlamento Europeo, lo que permitió que Lucke y otros seis militantes se convirtieran en eurodiputados. Luego obtuvo asientos en los parlamentos de Sajonia, Turingia y Brandeburgo, donde alcanzó un 12,2 por ciento de la votación.
Imagen: picture-alliance/dpa
Las dos almas se separan
Pese a nuevos éxitos en Bremen y Hamburgo, las dos almas del partido poco a poco empezaban a chocar. Por un lado, los liberales económicos capitaneados por Lucke, y, por el otro, los ultraconservadores tutelados por Frauke Petry. En el congreso de julio de 2015, Petry fue elegida presidenta y se produjo un cisma. Cinco de los siete europarlamentarios dejaron el partido, entre ellos Lucke.
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Giro a la derecha
Lucke se llevó consigo a unos dos mil militantes de AfD, algo así como el 10 por ciento del total. Con muchos de ellos fundó ALFA, Alianza para el Progreso y el Resurgir. Petry organizó el giro hacia la derecha de Alternativa para Alemania. Hubo reuniones con los islamófobos de Pegida e incluso Petry dijo que la policía debería usar armas de fuego, como último recurso, para proteger las fronteras.
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Discurso antiinmigración rinde frutos
El discurso contra la política de refugiados propugnada por la canciller Angela Merkel, así como la radicalización en distintas áreas, las soflamas nacionalistas y la cercanía con la ultraderecha rindió sus frutos. En las elecciones regionales de Baden-Wurttemberg, Renania-Palatinado y Sajonia-Anhalt (13.03.2016), la AfD obtuvo sus mejores resultados históricos.
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El tiempo hablará
Nadie quiere negociar con ellos. Pero la AfD se ha convertido en un actor de la política alemana, sin que le afectaran las críticas por la cercanía con Pegida o las apariciones de miembros del partido en manifestaciones junto a neonazis.