Ello era de esperar, ya que, como solución de compromiso, no puede satisfacer a todos por completo. Para algunos, las reformas y medidas propuestas no son lo suficientemente incisivas. Para otros, el aumento previsto del IVA –del 16 por ciento al 19 por ciento a partir de 2007– es un golpe para la economía, ya que, se argumenta, reducirá el consumo.

También como era de suponer, la minoría de oposición, compuesta por los partidos políticos La Izquierda, Liberaldemócrata y Los Verdes, no ha dejado aspecto sin criticar. Para los liberales, los impuestos seguirán demasiado altos; para los Verdes, el programa no tiene perfil estratégico y para La Izquierda, no es lo suficientemente social.

Una oportunidad para la coalición

Sin embargo, también se oyen algunas voces, sobre todo en la prensa, que llaman a dar una oportunidad al Gobierno y a no condenar las medidas antes que tengan la posibilidad de demostrar si son suficientes o no para dar decisivos impulsos a la economía alemana.

En el foco del acuerdo de coalición de conservadores y socialdemócratas se halla la política impositiva. Por un lado, el nuevo Gobierno planea reducir drásticamente numerosas subvenciones y excepciones impositivas. Por otro, proporcionar incentivos para aumentar las inversiones en el país y con ello, reducir el empleo.