Alemania tiene la mira puesta en el congreso del partido socialdemócrata. En caso de que los miembros del SPD voten en contra de negociaciones para formar gobierno, Angela Merkel tendrá un problema, opina Felix Steiner.
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El líder del partido socialdemócrata SPD, Martin Schulz, tiene mucho de qué preocuparse. En caso de que este domingo (21.01.2018) no se aprueben las negociaciones con los conservadores de Angela Merkel para formar un gobierno de coalición, no solo sería el fin de la llamada Gran Coalición, sino también de Schulz. Entonces, ningún otro jefe del SPD habría caído tan rápido y tan bajo como él. Apenas hace un año, los socialdemócratas lo eligieron de forma unánime como líder del partido.
Al SPD le gusta discutir, por no decir pelearse. Sus excancilleres lo vivieron en carne propia: hace 40 años, Helmut Schmidt inventó el "doble acuerdo" de la OTAN para resolver la crisis de los euromisiles, pero los miembros de su propio partido lo rechazaron. Con la llamada agenda 2010, el excanciller Gerhard Schroeder impulsó la mayor reforma social de la historia alemana de posguerra, a la que actualmente el país debe su buena situación económica. Sin embargo, hasta la fecha, el SPD sigue sufriendo y hablando mal de la reforma.
No merece compasión
A pesar de todo, Martin Schulz no merece compasión. Él mismo se metió en esta situación que ya no logra controlar. Todo empezó con la pésima campaña electoral para la cual el jefe del SPD no encontró ningún buen tema propio. El debate televiso con Angela Merkel parecía más bien una entrevista de trabajo para conseguir el puesto de vicecanciller. Y, finalmente, tras la debacle electoral, vino el giro de 180 grados: "¡Ya no colaboraremos más con los conservadores!" Estos vaivenes no solo le hicieron perder mucha credibilidad ante el electorado, sino que también dividieron profundamente a su propio partido.
Teniendo en cuenta esta situación, la hoja de ruta de la cúpula socialdemócrata rumbo a la Gran Coalición parece una danza sobre el filo de la navaja: solo habrá negociaciones de coalición si los cerca de 600 delegados del congreso del partido votan a favor. Y en caso de que realmente se negocie un acuerdo de coalición, éste deberá ser aprobado por los 400.000 miembros del SPD.
Ni el estatuto del partido, ni mucho menos la Constitución prescriben un procedimiento tan complicado y largo. A este paso, en el mejor de los casos y con mucha suerte, los alemanes tendrán un nuevo gobierno en Semana Santa.
Un líder débil
¿Por qué la decisión sobre las negociaciones de gobierno no la toman el comité ejecutivo del SPD o el grupo parlamentario de los socialdemócratas? La respuesta es banal: dejar la decisión en manos del congreso del partido o de sus miembros es una medida para ejercer presión sobre los conservadores de Angela Merkel. Así, el SPD puede argumentar que no puede ceder en determinados aspectos porque, de lo contrario, no lo aprobará la base.
No obstante, esta estrategia, que probablemente fue exitosa en las conversaciones preliminares, podría salirle cara a Martin Schulz este domingo. Un líder fuerte jamás se hubiera expuesto a tal riesgo. Además, hubiera callado rápidamente las voces críticas que lo atacan desde hace varios días (incluso dentro de sus propias filas). O por lo menos se hubiera presentado como un excelente negociador. Pero Schulz ya no es un jefe fuerte. A su lado, incluso el líder de la juventud socialdemócrata y opositor a la coalición con Merkel, Kevin Kühnert, parece más elocuente.
Malas noticias para Merkel
Hay que aceptar la realidad: en su actual estado, el SPD no es un socio confiable ni tiene la capacidad para gobernar. Sin embargo, tampoco desea nuevas elecciones - todas las encuestas vaticinan un resultado peor que en las elecciones de septiembre pasado. Todo indica que Alemania estrenará un gobierno en minoría compuesto por cristianodemócratas (CDU) y cristianosocialistas (CSU). Esa sería la peor noticia para Angela Merkel.
Felix Steiner (VT/ERS)
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Breve historia de las coaliciones de gobierno alemanas
Solo una vez el gobierno federal ha sido liderado por un solo partido con mayoría parlamentaria. Por ello, puede decirse que la norma es que Alemania sea gobernada por coaliciones. Acá revisamos todas las combinaciones.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gambarini
CDU/CSU - FDP - DP (1949-1957)
El primer gobierno demócratico que hubo en Alemania Federal tras la Segunda Guerra Mundial fue liderado por el dirigente de la Unión Cristianodemócrata Konrad Adenauer, quien formó alianza con los liberales (FDP) y el desaparecido Partido Alemán (DP, conservador). Cuando la CDU/CSU volvió a ganar las elecciones 4 años más tarde, Adenauer mantuvo los mismos socios de coalición.
Imagen: picture-alliance/Vack
CDU/CSU - FDP (1961-1966)
Luego de gobernar Alemania Federal sin necesidad de forjar alianzas entre 1957 y 1961, la Unión (CDU/CSU) perdió su mayoría en el Bundestag y se vio forzado a formar una alianza nuevamente con los liberales. Adenauer renunció en 1963 en medio del llamado "escándalo Spiegel" y su ministro de Asuntos Económicos, Ludwig Erhard (izq.), fue elegido por el Parlamento para tomar el cargo vacante.
Imagen: picture-alliance/dpa
CDU/CSU - SPD (1966-1969)
La primera "Gran Coalición" no fue producto de una elección. Ludwig Erhard fue reelegido en 1965 y continuó gobernando junto a los liberales. Sin embargo, al año siguiente estos dejaron el gobierno en medio de disputas sobre el presupuesto. Erhard renunció y Kurt Kiesinger (der.) lo reemplazó. Sin los liberales, eligió como socios a los socialdemócratas, liderados por Willy Brandt (izq.).
Imagen: dpa
SPD - FDP (1969-1982)
Willy Brandt se convirtió en el primer canciller socialdemócrata de la Alemania de posguerra. Pese a obtener menos votos que la Unión, Brandt forjó una alianza con los liberales que le dio una ligera mayoría en el Bundestag. No sería la primera vez que los liberales recibirían acusaciones de falta de lealtad. En 1974, Brandt fue reemplazado por Helmut Schimdt, quien ganó dos elecciones más.
Imagen: picture-alliance/akg-images
CDU/CSU - FDP (1982-1998)
La amistad de 13 años entre socialdemócratas y liberales terminó en 1980 cuando las diferencias entre ambos partidos se tornaron irreconciliables. Los liberales cambiaron de bando ese año, dejando la coalición y buscando un acuerdo con los conservadores. Esto provocó el colapso del Gobierno del SPD y abrió las puertas al renacimiento del pacto Unión/Liberales, liderado esta vez por Helmut Kohl.
Imagen: AP
CDU - DSU - Despertar Democrático (1990)
Tras la caída del Muro de Berlín, Alemania Oriental celebró sus primeras elecciones. Los cristianodemócratas liderados por Lothar de Maiziere obtuvieron más del 40 por ciento de los votos y formaron alianza con dos pequeños partidos: la Unión Social Alemana (DSU) y Despertar Democrático, entre cuyas filas estaba Angela Merkel. En octubre, el Gobierno firmó la reunificación con Alemania Federal.
Imagen: picture-alliance/dpa/Wolfgang Kumm
SPD - Verdes (1998-2005)
En 2002, la era de Helmut Kohl llegó a su fin y los socialdemócratas, liderados por Gerhard Schröder, volvieron a la cancillería. El SPD formó alianza con los Verdes, que se convirtieron en partido de Gobierno menos de 20 años después de su fundación. A diferencia del período de Brandt, esta vez el SPD lideró un gobierno de izquierda más que de centroizquierda. La coalición gobernó hasta 2005.
Imagen: picture alliance/dpa/W. Baum
CDU/CSU - SPD (2005-2009)
Cuando los primeros sondeos se dieron a conocer tras las elecciones, tanto Schröder (der.) como Angela Merkel (izq.) se declararon vencedores. Al final, los conservadores derrotaron al SPD por apenas un 1 por ciento. Tras fallidas negociaciones para formar la "coalición Jamaica" (CDU/CSU, Verdes y liberales), finalmente los dos partidos más grandes acordaron otra vez una "Gran Coalición."
Imagen: picture-alliance/AP Photo/F. Bensch
CDU/CSU - FDP (2009-2013)
La "Gran Coalición" llegó a su fin en 2009, luego de que el SPD alcanzara un decepcionante 23 por ciento en las elecciones federales. Los liberales, en cambio, ganaron 5 puntos y llegaron hasta el 14 por ciento de los votos. Merkel y el liberal Guido Westerwelle (izq.) formaron alianza con relativa facilidad. Fue, después de todo, la undécima vez en que liberales y conservadores formaron Gobierno.
Imagen: Getty Images/A. Rentz
CDU/CSU - SPD (2013-?)
Tras obtener más del 40 por ciento de los votos, los conservadores seguramente no esperaban tener que negociar con el SPD. Pero cuando sus aliados liberales obtuvieron menos del 5 por ciento, sus opciones se vieron reducidas. Merkel entonces llamó a los socialdemócratas a unirse a ella y "tomar la responsabilidad de constituir un gobierno estable". Cuatro años más tarde, repite el mismo discurso.