Esta decisión marca un punto de quiebre en el conflicto que mantienen los insurgentes con el gobierno de Etiopía.
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Los rebeldes etíopes de Tigray anunciaron este lunes (20.12.2021) que se retiran de varias zonas del norte del país y permanecerán en su región para "abrir la puerta" a la ayuda humanitaria, marcando una nuevo punto de inflexión en el conflicto. "Hemos decidido retirarnos de esas zonas hacia Tigray. Queremos abrir la puerta a la ayuda humanitaria", declaró a la AFP Getachew Reda, portavoz del Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), anunciando la salida de las regiones de Amhara y Afar.
El portavoz explicó que esta decisión se tomó hace algunas semanas y precisó que los combatientes están realizando una retirada "fase a fase" en varias localidades, incluyendo Lalibela, un lugar catalogado como patrimonio de la humanidad por la Unesco, que ha cambiado de manos varias veces durante el conflicto. Este anunció marca un revés mayor para los rebeldes, que habían desestimado el llamado del gobierno de retirarse de Afar y Amhara como una condición previa a iniciar un diálogo.
El conflicto entre las fuerzas leales al primer ministro Abiy Ahmed y las tropas del TPLF han desatado una crisis humanitaria y llevó al Consejo de Derechos Humanos de la ONU a votar para ordenar una investigación internacional por las acusaciones de abusos. Es así como ya se registran más de dos millones de desplazados, y cientos de miles de etíopes se encuentren en riesgo de hambruna, según la ONU, con reportes de masacres y violaciones por parte de ambos bandos.
El conflicto en el norte de Etiopía comenzó en noviembre de 2020 después de que el primer ministro envió al ejército para desalojar a los rebeldes del TPLF, a quienes acusa de atacar bases militares. Ahmed prometió una victoria rápida, pero en junio, los rebeldes recapturaron la mayor parte de Tigray y avanzaron hacia las regiones vecinas de Afar y Amhara.
mn (efe, afp)
Etiopía: un año de crisis en Tigray
El conflicto que enfrenta al Gobierno central con los rebeldes de la región etíope de Tigray (también llamada Tigré) no muestra señales de que vaya a terminar pronto, y la crisis humanitaria es cada vez más grave.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Una ciudad en llamas
Residentes de la capital de Tigray, Mekele, revisan los escombros dejados por uno de los bombardeos lanzados por las fuerzas gubernamentales el pasado 20 de octubre. Los militares aseguran que el objetivo era una fábrica de armas operada por el Frente de Liberación del Pueblo del Tigray (FLPT), afirmación que las fuerzas rebeldes niegan.
Imagen: AP Photo/picture alliance
Humos de guerra
El humo de un reciente ataque aéreo se alza sobre las calles de Mekele. Los combatientes tigrinos acusan al Gobierno de haber matado civiles con estas ofensivas, pero las autoridades centrales insisten en que solo atacan objetivos militares. Los vecinos han confirmado que al menos un importante complejo industrial de la ciudad fue destruido por los proyectiles.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Soldados capturados
Capturados por las fuerzas rebeldes, soldados del Gobierno etíope y de milicias aliadas esperan ser trasladados a un centro de detención. La imagen es del pasado 22 de octubre. Los militares fueron exhibidos por las calles de Mekele, a bordo de camiones descapotables, como una demostración de fuerza, el mismo día en que se cumplían cuatro jornadas consecutivas de bombardeos sobre la capital.
Imagen: picture alliance/AP
Cruz Roja en camino
Un vehículo de la Cruz Roja de Etiopía avanza por Mekele, tras los bombardeos gubernamentales. La entidad ha estado trabajando incansablamente para entregar ayuda médica y albergues básicos en la región. En medio de un apagón comunicacional en Tigray, la Cruz Roja también es vital para reconectar a familias separadas por el conflicto.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Escasa ayuda
Un avión de carga de la organización de ayuda Samaritan's Purse descargó suministros en el aeropuerto de Mekele, el pasado mes de marzo. Desde entonces, el flujo de la ayuda humanitaria se ha visto fuertemente limitado, con barricadas en rutas clave -que impiden el paso de convoyes- y ataques aéreos -que obligan a abortar vuelos con suministros.
Imagen: AA/picture alliance
Una súplica desesperada
Trabajadores de la salud protestan frente a la oficina de Naciones Unidas, en Mekele, para condenar la muerte de pacientes debido a la grave escasez de alimentos y medicamentos. Las existencias de suministros cada vez son menores, mientras las tasas de desnutrición entre los niños se disparan. Pero la ONU ya anunció que tendrá que retirar a la mitad de sus funcionarios desplegados en Etiopía.
Imagen: Million Haileselassie /DW
Víctima de la guerra
Una víctima del ataque aéreo a Togoga recibe asistencia médica. El 22 de junio, un día de mercado, la Fuerza Aérea de Etiopía lanzó un ataque contra la ciudad tigrina de Togoga, matando a 64 civiles e hiriendo a 184. Las ambulancias que intentaban ayudar fueron inicialmente bloqueadas por soldados, antes de que otro convoy rompiera el cerco y llevara a 25 lesionados a un hospital de Mekele.
Imagen: Million Haileselassie/DW
Protestas internacionales
Al otro lado del mundo, cientos de personas se congregaron en Whitehall, Londres, el 19 de octubre, portando banderas y gritando consignas por el fin de la violencia y del bloqueo en Tigray. Muchos de los manifestantes eran mienbros de la diáspora tigrina, etíope y eritrea.
Imagen: Tayfun Salci/picture alliance/ZUMAPRESS
Autoridades y activistas progubernamentales
En septiembre, en Adis Abeba, frente a la oficina del Programa Mundial de Alimentos de la ONU, manifestantes protestaron contra el envío de ayuda al Tigray. El Frente de Liberación Popular de Tigray (FLPT) es calificado como organización terrorista por el Gobierno etíope. Autoridades y activistas acusan a sus combatientes de cometer toda clase de atrocidades, como reclutar soldados infantiles.