El debate internacional en torno a si se debe o no se debe armar a los rebeldes sirios parece estar por concluir y la posición de Estados Unidos en el marco de esa discusión es cualquier cosa menos cómoda. Algunos observadores sostienen que si Washington decide no enviar ni armas ni dinero a los opositores del dictador sirio Bashar al Assad, otros Estados europeos y árabes sí lo harán. “Creo que si la Casa Blanca no se pronuncia al respecto esta semana, otros actores globales lo harán”, dijo un diplomático estadounidense bajo condición de anonimato.

Al presidente Barack Obama le preocupa brindar apoyo a un heterogéneo grupo de combatientes, entre los cuales hay simpatizantes de la red terrorista Al Qaeda; el peligro de que armas estadounidenses terminen siendo usadas contra objetivos occidentales o contra aliados de Washington, como Israel, no es del todo desestimable. Por otro lado, expertos señalan que si Obama se rehúsa a enviar armas a los opositores de Assad, se corre el riesgo de que el frente rebelde se atomice y se convierta en un puñado de milicias con lealtades parciales hacia los europeos o los árabes que los respalden.

Más de 93.000 muertos en la guerra civil siria

Este miércoles (12.6.2013) en Washington, William Hague, encargado de los asuntos exteriores de Gran Bretaña, sugirió que el Gobierno de David Cameron podría brindar mayor apoyo a los rebeldes, pero no aportó detalles. Pese a sus titubeos, Estados Unidos –que es uno de los once integrantes principales del grupo “Amigos de Siria”– flexibilizará más sanciones económicas contra el país del Cercano Oriente para apoyar a la oposición que lucha contra el presidente Assad, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Estado publicado este jueves (13.6.2013).

Mientras tanto, el tiempo corre y el número de víctimas mortales de la guerra civil siria aumenta. Al menos 93.000 personas perdieron la vida hasta finales de abril a causa del conflicto armado interno en Siria, según estimaciones dadas a conocer este 13 de junio en Ginebra por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En la actualidad mueren en Siria entre 5.000 y 6.000 personas cada mes, de acuerdo con la ONU, que basa sus cálculos sólo en muertes documentadas.

En el verano de 2011, meses después del estallido del conflicto, el promedio mensual de víctimas mortales era de un millar. "Esta tasa de muertos extremadamente alta refleja el deterioro dramático de la situación", comentó la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay. De los 93.000 muertos, más de 6.500 eran menores de edad, y de ellos, casi 1.730 niños menores de diez años, indicó la funcionaria. Los principales estragos de la crisis los sigue sufriendo la población civil.

ERC ( dpa / Reuters )