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¿Recesión o estancamiento?

15 de agosto de 2003

La economía alemana sigue sin repuntar. Las estadísticas registraron una contracción del 0,1% del PIB en el segundo trimestre, confirmando los problemas de Alemania que abordan los comentarios de la prensa europea.

Ojo con las precisiones lingüísticas del canciller Gerhard Schröder.Imagen: AP

El periódico Berliner Kurier, de la capital alemana, comenta: "La visión que un político tiene del mundo no tiene que corresponder necesariamente con la realidad (...) Gerhard Schröder ofreció ayer una muestra ejemplar de escapismo. Él no ve una recesión en Alemania, si bien las cifras y hechos demuestran justamente eso. Pero el canciller se pone rápidamente los anteojos color de rosa y eso basta para que las cosas ya no sean tan terribles. La recesión se convierte en estancamiento. Pese a todo, el jefe de gobierno tiene suerte. Durante medio año ignoró persistentemente los oscuros signos en el horizonte económico. Ahora recibe la recompensa. Se vislumbra una luz al final del túnel. La crisis parece estar pasando. Naturalmente, eso no puede servir de receta para un trabajo gubernamental serio. En ese terreno conviene llevar anteojos transparentes. Resulta peligroso cerrar los ojos ante la vida real. Por lo general eso conduce a que uno se caiga de bruces."

El estancamiento es más grave

El matutino Rhein Zeitung, de Coblenza, se ocupa también de los matices en el lenguaje del canciller Schröder y apunta: "Más allá de las disquisiciones académicas y la pugna política, cobra importancia la diferencia entre recesión y estancamiento: una recesión es transitoria. Puede resultar dolorosa, pero en el ciclo coyuntural la sucede una reactivación. Un estancamiento de origen coyuntural, en cambio, no puede ser superado si la esfera política permanece inactiva; ella debe velar por mejorar las condiciones. En el fondo, este segundo concepto es el más grave- y describe mejor la situación. Pero el estado actual también se podría definir simplemente como lo que es: una pena."

Destello de esperanza

El periódico The Times, de Londres, vislumbra señales que podrían dar pie al optimismo: "Los alemanes, en principio, han tomado nota de que los cambios en la política económica y social son necesarios. La pugna ahora sólo se refiere a la profundidad que deben tener dichas reformas. En medio del sombrío panorama hay, sin embargo, signos de que las cosas comienzan a cambiar. La decisión del IG Metall de desistir de paralizaciones laborales en el Este, representa una derrota histórica para el sindicato metalúrgico. Esto podría marcar el inicio del término del pacto de postguerra, en virtud del cual los grandes sindicatos establecían los salarios para toda una rama industrial. Pero éste es sólo el comienzo. Una Alemania paralizada significa una eurozona enfermiza. Del canciller Gerhard Schröder se requiere determinación y fortaleza."

Panorama inquietante

El rotativo moscovita Nesawissimaja Gaseta plantea el siguiente diagnóstico: "Berlín está especialmente preocupado por la situación económica. Si bien según el Ministerio de Economía han aumentado los pedidos a la industria, no cabe esperar este año una reactivación económica sustancial. El desempleo permanece en un alto nivel, afectando a 4,35 millones de personas. En el segundo trimestre, el Producto Interno Bruto bajó un 0,1%. Y a la población se le viene encima una ola de planes de reformas, muchas de los cuales van ligadas a sacrificios materiales."