“Recuerda”: berlineses cuentan en dónde vivían los judíos
Silke Ballweg
9 de mayo de 2017
Con la acción "Denk Mal am Ort", un juego de palabras entre “memoria y recuerdo”, berlineses recuerdan a las familias judías deportadas por los nazis, que vivían en las casas y apartamentos que ellos ahora habitan.
Publicidad
"En el oscuro sótano de esa casa viví oculta varios años", cuenta Rahel R. Mann, de 80 años, mostrando la puerta de una casa con el número 2 de la calle Starnberger, en el barrio berlinés de Schöneberg. Allí escondida se pudo salvar, hace más de 70 años. Por esos años, era una chica de apenas siete años de edad, y pudo así escapar a ser deportada por los nazis, durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial.
"Recuerda en el sitio" es un proyecto que revive las historias de las familias judías que vivían en Berlín. Unas 55.000 fueron deportadas entre 1941 y 1943. La mayoría de los apartamentos de los judíos deportados fueron habitados poco después por otros alemanes no judíos.
Fue la holandesa Denise Citroen la que en 2012 llevó a cabo, por primera vez, el proyecto "Hogares judíos” en los Países Bajos en el cual invitó a los habitantes a preguntar por las historias y el destino de los antiguos vecinos judíos durante la ocupación nazi. Una idea que ahora se realiza en Berlín.
En Berlín, sobrevivientes del Holocausto, junto con los actuales arrendatarios, abren las puertas de sus casas y apartamentos para contar cómo vivían allí las familias judías y cuál destino corrieron.
"Algún día, los nazis pegaron a nuestra puerta una estrella amarilla para señalar que allí vivíamos nosotros, una familia judía”, cuenta Rahel Mann. Y prosigue: "Yo me salvé porque cuando los nazis se llevaron a mi madre, yo estaba de visita donde vecinos que entonces me escondieron en un sótano, del que salí en abril de 1945 cuando los rusos llegaron a Berlín".
De Berlín a Buenos Aires
El periodista Hugh Williamson ha investigado intensamente sobre su antiguo inquilino, de la calle Rosenheimerstrasse 40, un apartamento en el que ahora vive con su esposa Anke Hassel. Allí vivió la familia Katzenellenbogen en los años treinta. "Me impacta muchos saber quién vivía aquí en estas habitaciones y conocer el martirio al que fueron sometidos”, dice Williamson.
"La familia tenía tres ferreterías en Berlín, una a la vuelta de la esquina", dice Williamson. "En 1939 huyó a Argentina", agrega. Williamson y su esposa recopilaron información de la familia Katzenellenbogen en los archivos de Berlín, que despliegan sobre una mesa para compartirla con los visitantes. Los bienes de dicha familia judía fueron confiscados y después tuvieron que vivir en la pobreza en Sudamérica.
Hiltrud Lupjahn, una de las berlinesas visitantes, concluye: "Le parte a uno el corazón ver dónde y cómo vivían los judíos deportados, conocer todo lo que perdieron”.
Silke Ballweg (JOV/DZC)
Arte robado por los nazis: "Una cuestión de origen"
El caso Gurlit trajo a la luz el robo de obras de arte a judíos por los nazis. El Museo de Arte de Bremen presenta ahora los resultados de un proyecto de investigación sobre el tema en una exposición.
Imagen: Harald Rehling
"Una cuestión de origen"
Cuando el Museo de Arte de Bremen obtuvo fondos para someter a su colección a una investigación sobre su procedencia, hace tres años, nadie conocía aún el “caso Gurlitt”. En muchos museos alemanes hay obras de arte robadas a familias judías por los nazis, que llegaron al mercado a través de los marchantes de Hitler. La exposición "Una cuestión de origen" da cuenta de los resultados de la pesquisa.
Imagen: Kunsthalle Bremen - Der Kunstverein in Bremen / Stefan Müller
¿Robo o compra legal?
“La avenida de los papagayos” (1920), de Max Liebermann, fue comprada por el coleccionista Heinrich Glosemeyer y es parte del Museo de Arte de Bremen. La investigación demostró que el matrimonio de coleccionistas Glosemeyer la compró legalmente.
Imagen: Kunsthalle Bremen – Der Kunstverein in Bremen / Foto: Lars Lohrisch
El destino de Max Liebermann
El pintor judío Max Liebermann fue destituido de su cargo como presidente de la Academia de las Artes por los nazis en 1933 y se le prohibió seguir pintando. Muchas de sus obras y de sus bienes fueron a parar a las colecciones de arte robado de los nazis. El proyecto del Museo de Arte de Bremen fue impulsado por la Fundación del Patrimonio Cultural Prusiano por resolución del Parlamento alemán.
Imagen: ullstein bild - Felix H. Man
Huellas de procedencia
El dorso de una pintura es la parte más importante para los investigadores. Aquí, un lienzo de cartón del pintor Peter Burnitz: “Estanque con orilla de juncos”. En el reverso se hallan las iniciales de todos los compradores y sus predecesores. Luego de la II Guerra Mundial, las obras robadas por los nazis fueron marcadas con tiza, un indicio valioso para la pesquisa.
Imagen: Kunsthalle Bremen – Der Kunstverein in Bremen / Foto: Karen Blindow
Comercio con el arte en Ámsterdam
El jurista Hugo Oelze provenía de una renombrada familia de comerciantes de Bremen. Vivió desde 1920 en Ámsterdam, donde comerciaba con obras de arte en estrecho contacto con su ciudad y logró formar así su colección privada. Después de su muerte donó al Museo de Arte de Bremen cinco pinturas de renombre que están siendo investigadas actualmente.
Herencia polémica
Esta valiosa pintura, “Almuerzo en la hierba”, del pintor francés Camille Pissarro, es de 1882 y fue adquirida por Hugo Oelze (1892-1967) para su colección privada. Oelze la donó en 1967 al Museo de Arte de Bremen, pero su procedencia legal no ha podido ser atestiguada por completo a pesar de las investigaciones.
Imagen: Kunsthalle Bremen – Der Kunstverein in Bremen / Foto: Karen Blindow
Una vida por el arte
El ya fallecido coleccionista alemán Cornelius Gurlitt vivió sus últimos días totalmente aislado en su departamento y rodeado de obras de arte. También el coleccionista y artista Arnold Blome (foto de 1966) había llenado su vivienda con cuadros y objetos de arte. La colección de Blome no contenía obras robadas a los judíos por los nazis, según la investigación.
Imagen: Nachlass Arnold Blome, Bremen
Esclarecimiento total
Con la exposición “Una cuestión de origen”, el Museo de Arte de Bremen es pionero en cuanto a la búsqueda de transparencia de su colección de arte, y este tipo de exhibición de los resultados de la pesquisa podría hacer escuela. El director del museo, Christoph Gruneberg (foto) invitó a los investigadores a una serie de conferencias, también sobre el caso Gurlitt, en el que aún trabajan.