El pilar fundamental de la reducción de impuestos anunciada por el Ministro de finanzas, Hans Eichel, es el endeudamiento nuevo, que podría alcanzar los 5.000 millones de euros. El español Pedro Solbes es rotundo ante la fórmula y estima que esta "estrategia presupuestaria no es segura".

Falta de "audacia"

"El plan alemán para financiar el recorte de impuestos no es suficientemente audaz" y está marcado por "grandes incertidumbres", dijo el funcionario comunitario al semanario alemán "Focus", en una entrevista que será publicada el lunes.

Solbes está preocupado porque Alemania respete el Pacto de Estabilidad suscrito por los 12 países que aceptaron al euro como su moneda única. Entre otros puntos, el Pacto establece un límite de 3% para el déficit. Pero la financiación de la reforma tributaria alemana contempla precisamente que el déficit aumente, como explicó el ministro Eichel, "en más de 5.000 millones de euros, respecto a los 23.800 millones de euros previstos inicialmente, hasta alcanzar cerca de 29.000 millones de euros".

Al respecto Solbes dice alegrarse "de que el Gobierno federal se esfuerce en mantener el déficit por debajo del 3%. Pero también me parece de lo más importante que Berlín lleve a cabo reformas sociales, pues eso es el fundamento de un mayor crecimiento", explica Solbes en la entrevista.

Las críticas en casa

La opinión de la máxima autoridad monetaria de Bruselas se suma a la avalancha de críticas que la financiación de la rebaja fiscal despertó tanto la oposición conservadora y liberal, como en las propias filas de la coalición de Gobierno entre socialdemócratas y verdes.

Así, la portavoz de asuntos presupuestarios del grupo parlamentario de Los Verdes, Antje Hermenau, recuerda en la misma publicación que "el tope de la medida está en la Constitución. No se pueden asumir más deudas de lo que gastamos en inversiones". Es decir, el ministro de Finanzas debería ahorrar 5.000 millones de euros más, algo que "podemos conseguir si queremos", asegura Hermenau.

El primer ministro del estado federado del Sarre, el cristianodemócrata Peter Müller, critica también en "Focus" que "pretender que se puede fomentar el crecimiento con un simple adelanto de un año de la rebaja fiscal es ilusorio".

La última fase de la reforma fiscal rebajará el tipo máximo del impuesto sobre la renta al 42% y el mínimo al 15%, en lugar del 48,5 y el 19,9 actuales, respectivamente.