Refugiados indeseados
20 de junio de 2005Según la definición de la Convención de Ginebra de 1951, refugiado es aquel que huye de la persecución racial, religiosa, por su nacionalidad o creencia política. Es aquel que tiene miedo justificado y que busca protección fuera de su propio país. Según dicha definición, mundialmente hay alrededor de 9.2 millones de refugiados. Si se omite la frase 'fuera de su propio país', la cifra se dispara a niveles exorbitantes, pues entre 20 y 25 millones de personas en el mundo han sido desplazadas dentro de su propio país.
Los países ricos cierran sus fronteras
Es evidente que los países desarrollados pueden ofrecer un refugio seguro y es por ello que son los destinos más buscados. Sin embargo precisamente los países más ricos cierran sus fronteras ante la amenaza que representa esta era de fuertes flujos migratorios. Tampoco son bienvenidos quienes justificadamente necesitan protección. La mayoría de los refugiados se encuentran en países pobres en donde no hay siquiera lo suficiente para atender las necesidades de la población local.
Precisamente los países que se vanaglorian de ser ejemplos de la democracia y de la libertad, de los derechos humanos y la libre expresión hacen poco ante la difícil situación de los refugiados. Debido al triste pasado de Alemania, cuando muchos sucumbieron a la persecución nazi, este país se encuentra a la cabeza de la Unión Europea en cuanto al número de refugiados que alberga. Esto se debe a que la constitución alemana garantiza asilo a todo perseguido o fugitivo de guerra. Oficialmente hay 877.000 refugiados en Alemania mientras que en Estados Unidos hay 421.000.
Sin embargo países más pobres tienen una carga mayor. Por ejemplo, Irán. El país musulmán ha dado asilo a un millón de refugiados, la mayoría provenientes de Afganistán. Pakistán ha dado acogida a 961.000, mientras que Tanzania cuenta con más de 600.000.
El 'Río Grande de Europa'
Estas cifras debieran avergonzar a los países desarrollados pero, en vez de ello, endurecen sus políticas de asilo convirtiéndose cada vez más en impenetrables fortalezas. La Unión Europea teme el flujo migratorio africano. Valiéndose de miserables botes muchos intentan penetrar la tierra prometida a través de España. El Estrecho de Gibraltar, llamado también el 'Río Grande de Europa', en alusión a la conflictiva frontera natural entre México y Estados Unidos, ha sido escenario de incontables naufragios. Otros, sintiéndose que no tienen nada que perder se aventuran incluso a cruzar a nado. Nunca se sabrá con precisión el número de muertes.
El argumento que esgrimen políticos para negarles la entrada es que se trata de refugiados económicos. Resulta cínica una justificación semejante, como si fuera un crimen la esperanza de tener una mejor calidad de vida, un mejor futuro para los hijos. Pero también son rechazados quienes huyen de la persecución y buscan desesperadamente protección. Naciones Unidas elogió el coraje de millones de personas que han sufrido indeciblemente y pese a todo encuentran la fuerza para intentar comenzar de nuevo. Antonio Guterres, el nuevo responsable del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), exhortó a la comunidad internacional a no tratar a los refugiados como terroristas, pues ellos son mas bien víctimas del terror.