Italia está sobrecargada y llamó a otros países de la UE a aceptar más refugiados del Mediterráneo. Desde el punto de vista de Roma es comprensible, pero no es la solución al problema, opina Christoph Hasselbach.
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Todo el que exija una distribución equitativa de los refugiados entre los estados miembros de la UE seguro que cuenta con el apoyo de la política y de la canciller alemana. Sin embargo, también contribuiría a agravar el problema, puesto que el flujo de refugiados de África a Europa aumentaría todavía más.
Actualmente, pocos de los africanos que llegan a Europa son deportados, incluso aunque no tengan derecho de asilo. Los países de origen no cooperan con las autoridades porque no tienen interés en que vuelvan sus ciudadanos. A partir de una estancia "tolerada”, en algún momento podrán conseguir la residencia permanente. El derecho de asilo no estaba pensado para eso, pero la realidad es que, quien consigue llegar a Europa, tiene oportunidades para quedarse y aprovechar las prestaciones estatales que ofrece este rico continente.
Política de compasión insuficiente
¿Se podría considerar la huida como algo reprobable por esas razones? Por supuesto que no. Es absolutamente comprensible que la gente salga hacia Europa aunque solo sea por escapar de la miseria económica. Sin embargo, la compasión no puede ser la base de la acción política. Más bien habría que tener en cuenta las cifras y prever cómo se desarrollará la migración en las próximas décadas.
También habría que entender las recientes declaraciones del ministro de Población de Nigeria, Rakiatou Kaffa-Jackou, con motivo de la cumbre de la Unión Africana: "El objetivo no es reducir la tasa de natalidad”. Una tasa que, en su país, está en más de siete niños por mujer.
Actualmente, la población africana tiene pobres perspectivas económicas. Según los pronósticos de la ONU, su número de habitantes casi se cuadruplicará hasta llegar a los 4.500 millones de personas a finales de siglo. En comparación, la UE solo tiene 500 millones de habitantes y con tendencia a la baja.
Aumenta la radicalización política
Alemania registró la llegada de más de un millón de personas durante la actual crisis de los refugiados. En otros países de la UE fueron cientos de miles. Esta cifra parece baja si la comparamos con el aumento de la presión demográfica en África. Pero la xenofobia ha aumentado enormemente en toda Europa y en todas partes han subido los partidos de derecha. Por ahora, parece que se han estancado, pero solo porque el éxodo de refugiados de 2015/16 también se ha calmado.
Sin embargo, la migración incontrolada sigue llegando e incluso aumenta. Esta vez, a través del Mediterráneo. Si fuese por las organizaciones de ayuda, se prestarían a aumentar sus intervenciones de salvamento (aunque realmente no es una salvación, sino una parte del ciclo del contrabando de personas). Si se distribuyen los refugiados por toda Europa, bajaría la presión para poder pensar en cómo proceder.
Europa debe retomar la iniciativa
¿Hay alguien que se detenga a pensar en lo que supondría otra ola masiva de inmigración no deseada en vista de la radicalización política y las tensiones sociales? ¿Alguien piensa qué nos quedaría de una Unión Europea, que ya está de por sí está dividida ante esta pregunta? Hasta la misma Angela Merkel prometió que 2015 no podría ni se volvería a repetir. ¿Pero también se pregunta cómo garantizar eso mientras se opone a que se levanten las fronteras?
Europa tiene que volver a recuperar la iniciativa en este tema. La decisión de quién puede vivir aquí no debería recaer en manos de traficantes de personas. Por eso, los migrantes que cruzan el Mediterráneo no deberían ser traídos automáticamente a Europa. Si la ruta del Mediterráneo estuviese bloqueada podríamos detenernos a pensar sobre un reparto equitativo dentro de la Unión Europea.
El destino de los refugiados: huir hacia una vida incierta
Las imágenes de las grandes masas de refugiados de camino hacia Europa en 2015 y 2016 dieron la vuelta al mundo. Nunca se había documentado de forma tan amplia el sufrimiento que implica el proceso de la huida.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
El objetivo principal: sobrevivir
Un viaje vinculado a las penurias y a los peligros para el cuerpo y el alma: huyendo de la guerra y la miseria, más de un millón de personas, sobre todo de Siria, se pusieron en camino en 2015 y 2016 hacia Turquía y Grecia. En las islas de Lesbos, Quíos y Samos todavía aguantan más de 10.000 personas en los campamentos. Desde enero hasta mayo de 2017, llegaron más de 6.000 nuevos refugiados.
Imagen: Getty Images/AFP/A. Messinis
A pie hacia Europa
Millones de personas intentaron llegar en 2015 y 2016 a Europa Occidental desde Grecia o Turquía siguiendo a pie la ruta de los Balcanes a través de Macedonia, Serbia y Hungría. Las masas de gente disminuyeron cuando se canceló oficialmente esta ruta y muchos países cerraron sus fronteras. Hoy, la mayoría de los refugiados llega a través de otra ruta muy peligrosa, de Libia a Europa por mar.
Imagen: Getty Images/J. Mitchell
Conmoción mundial
La imagen del niño de tres años, Aylan Kurdi, muerto en una playa turca dio la vuelta al mundo, causando una gran conmoción. Las imágenes de dicha tragedia se hicieron virales y se convierton en el símbolo de la crisis de los refugiados sirios. Europa no debe mirar hacia otro lado, era el mensaje que aparecía en las redes sociales.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/DHA
Caos y desesperación
Avalancha en el último minuto. Muchos sabían que su única vía de escape a través de Europa ya no estaba abierta, así que miles de personas intentaron desesperadas tomar trenes y buses abarrotados en Croacia. Unos días más tarde, Hungría también cerró sus fronteras. Al mismo tiempo, adecuaron contenedores, para que los refugiados pudieran quedarse hasta que llevasen a cabo su proceso de asilo.
Imagen: Getty Images/J. J. Mitchell
Ataques contra los refugiados
La irritación de la opinión pública fue enorme cuando una camarógrafa húngara puso una zancadilla a un hombre con su hijo en brazos, que intentaba cruzar un bloqueo principal en Röszke, Hungría, cerca de la frontera. En uno de los momentos más críticos de la crisis de los refugiados, en Alemania también aumentaron los altercados y ataques contra los refugiados.
Imagen: Reuters/M. Djurica
Fronteras cerradas
Cuando se cerró la ruta de los Balcanes en marzo de 2016, se produjeron muchos tumultos en las zonas froterizas. Miles de refugiados se quedaron atascados y la policía reaccionó de forma ruda. Muchos intentaron, como estos refugiados cerca de la frontera entre Grecia y Macedonia, evitar las fronteras, que se habían cerrado hacía poco tiempo.
Un niño bañado en polvo y sangre. La foto de Omran en Alepo, de cinco años de edad, dejó a la opinión pública en estado de shock y se convirtió en el símbolo de la crueldad de la guerra civil siria y la miseria del pueblo sirio. Un año más tarde, la red mostró nuevas fotos del menor en buen estado de salud. Los seguidores de Al Assad criticaron entonces que la imagen se usó como propaganda.
Imagen: picture-alliance/dpa/Aleppo Media Center
Incertidumbre en la nueva patria
Un hombre sirio carga a su hija, bajo la lluvia, en la frontera griego-macedonia, cerca de Idomeni. Espera encontrar seguridad para su familia en Europa. Según el Reglamento de Dublín, las solicitudes de asilo se deben procesar en el país de llegada de la UE. Muchos tuvieron que regresar al país de llegada. Grecia e Italia están sobre todo superados por la cantidad de solicitudes de asilo.
Imagen: Reuters/Y. Behrakis
Esperando el apoyo de Alemania
Alemania es el país de destino número uno de los refugiados, aunque su política de refugiados y de asilo se haya vuelto más restrictiva debido al gran flujo de inmigrantes. En Europa, ningún país ha acogido a tantos refugiados como Alemania: 1,2 millones. La canciller Angela Merkel se convirtió en un ícono para muchos de ellos.
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Hoppe
Estado de emergencia en los campamentos de acogida
El campamento de acogida de refugiados en el norte de Francia, en Calais, fue desalojado. El lugar se incendió y las cerca de 6.500 personas tuvieron que ser evacuadas y ubicadas en otros centros. Medio año más tarde, los informes de organizaciones humanitarias aseguran que muchos menores siguen merodeando y viviendo en los alrededores de Calais.
Imagen: picture-alliance/dpa/E. Laurent
Ahogados en el Mar Mediterráneo
Las embarcaciones de salvamento marítimo civiles y estatales no paran. A pesar del peligro extremo que pueden correr sus vidas, muchos refugiados huyen de la pobreza o de la guerra en sus países con la esperanza de tener un futuro mejor en Europa. Solo en 2017, 1.800 personas han perecido en el viaje. En 2016, 5.000.
Imagen: picture alliance/AP Photo/E. Morenatti
Sin ley en Libia
Cientos de miles de refugiados del África subsahariana y de Oriente Próximo esperan en los campamentos de Libia para poder cruzar a Europa por mar. La situación en dichos campamentos es catastrófica, advierten las organizaciones humanitarias. Hay testigos que hablan de esclavitud y prostitución forzada. Y a pesar de todo, no dejan de soñar con Europa.
Imagen: Narciso Contreras, courtesy by Fondation Carmignac