Es un día soleado y cálido de finales de verano en la parte baja del río Drina. Aquí, cerca de Kozluk, el río sólo llega hasta las rodillas en muchos lugares. Casi se puede vadear de una orilla a otra, y el agua apenas alcanza un metro y medio de profundidad en algunos puntos.

Tres jóvenes acaban de salir del río, con los pantalones y las camisetas aún mojados. "Acabamos de cruzar nadando”, dice uno de ellos, que se presenta como Aman H. y dice tener 20 años. "Vimos que no había nadie al otro lado y nos pusimos en marcha. El río está incluso seco en algunos lugares. Nos mojamos, pero brilla el sol y nos secaremos rápidamente”. Los tres ríen.

Proceden de Marruecos y son refugiados que se dirigen a Europa Occidental. Primero viajaron a través de Turquía a Grecia, y luego a Serbia por Macedonia del Norte. Hasta hace unos días, estaban en un centro de acogida cerca de Belgrado.

Aquí, en la frontera que forma el río Drina entre Serbia y Bosnia-Herzegovina, esperaban una oportunidad favorable para cruzar. "No hay problema, no hay problema”, añaden después de casi cada frase. Sin embargo, sí hay algunos problemas. Uno de ellos tiene una herida en una rodilla por cruzar el río, y un voluntario de la Cruz Roja bosnia le coloca un vendaje. El equipo de la Cruz Roja patrulla el lugar a lo largo del Drina para ayudar a los migrantes con alimentos, o, como aquí, en caso de accidentes. 

Refugiados ahogados

Bosnia a finales del verano de 2024: los aproximadamente 100 kilómetros de la frontera del río Drina con Serbia forman parte de la ruta balcánica de las personas migrantes. Decenas de migrantes entran ilegalmente en Bosnia por este tramo cada día y casi nadie los detiene. El tramo de frontera sólo está vigilado por un número insuficiente de policías fronterizos bosnios. Se necesitan cientos, quizá miles de agentes para vigilar toda la zona. La situación es tan dramática que incluso en algunos pasos fronterizos sólo un agente por turno es responsable de toda la entrada y salida.

Aunque la ruta de los Balcanes nunca se cerró del todo, desde hace algún tiempo vuelve a estar especialmente abarrotada, incluso cerca del Drina. Dicha ruta aparece regularmente en los titulares de los medios de comunicación internacionales debido a tragedias, la más reciente, hace unas semanas. El 22 de agosto de 2024, al menos diez refugiados se ahogaron en el Drina, cerca del pueblo serbio de Ljubovija, al volcar una lancha neumática completamente sobrecargada. Al parecer, los traficantes de personas los habían apretujado en la embarcación. No obstante, 18 personas consiguieron salvarse.

"Todo parece perfectamente organizado"

Nihad Suljic también ha observado que el número de refugiados que llegan al Drina ha aumentado, especialmente en los últimos meses. Además de su trabajo habitual en la ciudad oriental bosnia de Tuzla, este hombre de 34 años es activista de derechos humanos y ayuda a los refugiados varados a cubrir sus necesidades básicas. Suljic se hizo famoso en Bosnia por ayudar a construir un cementerio para las personas migrantes que son encontradas muertas.

"Cuando se trata de migración, Bosnia vuelve a ser el centro de la atención", dice Suljic a DW. "Pero a diferencia de los años del coronavirus, y de los anteriores a la pandemia, los traficantes de personas parecen estar ahora perfectamente integrados en las estructuras”. Tras cruzar la frontera, los refugiados solían caminar en pequeños grupos hacia los centros de acogida o directamente hacia Croacia. Ahora ya casi no se los ve por las calles porque los centros de acogida están todos llenos. "Todo parece estar perfectamente organizado", dice Suljic.

Aumento de la vigilancia fronteriza

A preguntas de DW, la Policía Fronteriza de Bosnia y Herzegovina afirma que ha intensificado la vigilancia de la frontera estatal y que se han desplegado más policías y fuerzas especiales de las autoridades de seguridad. El objetivo es impedir la inmigración ilegal. "Los agentes de la Policía Fronteriza han registrado a 5477 personas que han cruzado o intentado cruzar ilegalmente la frontera desde principios de año”, según el comunicado de esa fuerza. "En la mayoría de los casos, también están implicados contrabandistas de personas, que las hacen cruzar el Drina en coches particulares o en embarcaciones”.

Los tres jóvenes marroquíes parecen haber llegado a Bosnia por su cuenta. En cualquier caso, no dicen nada sobre los traficantes de personas. Cuentan que primero quieren seguir hasta la capital bosnia, Sarajevo, y luego cruzar la frontera verde con Croacia, cerca de Bihac, en el noroeste de Bosnia. Su destino es Alemania. "No podemos vivir una vida normal en Marruecos”, dicen, explicando la razón de su huida. Luego suben a un taxi y siguen camino hacia Zvornik.

(gg/cp)