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Refugiados: los que llegan y deben regresar

26 de octubre de 2015

Cientos de miles de personas llegan a Alemania y quieren quedarse, pero no todos obtienen asilo, por lo cual cada vez más emprenden el regreso de inmediato. El gobierno alemán y la OIM les brindan ayuda para el retorno.

Imagen: BMI

A veces, la puesta en práctica de reformas legales puede ser muy burocrática y hasta poco efectiva. Si en Alemania una solicitud de asilo es rechazada, las autoridades comunican al solicitante la fecha en la que enviarán a un funcionario para que lo lleven hasta el avión que lo transportará de vuelta a su país. Eso, en teoría, ya que, por lo general, los solicitantes de asilo casi nunca acuden a la cita porque quieren evitar tener que regresar. Pero, actualmente, la fecha de deportación permanece abierta, por lo cual muchas personas abandonan este país en forma voluntaria antes de que los funcionarios toquen a sus puertas. Aquí le explicamos por qué.

Un sello que atemoriza

Entre un 80 y un 90 por ciento de los solicitantes de asilo que son rechazados vuelven voluntariamente a sus países de origen, según confirmó una portavoz del Ministerio del Interior de Renania del Norte-Westfalia a DW. Sobre todo los solicitantes de los Balcanes Occidentales lo piensan dos veces antes de solicitar asilo, ya que, de serles negado, un sello en su pasaporte les impedirá volver a ingresar a Alemania. Los albanos, kosovares o bosnios que regresan por decisión propia a su país no portarán dicho sello. Es decir, que la prohibición de entrar a Alemania, en caso de ser deportados, es uno de los motivos más fuertes para que decidan volver por sí mismos, asegura, por su parte, Gerd Lienig, del Centro de Asesoramiento para el Regreso al País de Origen, en Stuttgart. Solo en esa ciudad, capital del estado federado de Baden-Württemberg, ya abandonaron Alemania 250 solicitantes de asilo, y la tendencia va en aumento. Los países de destino son, sobre todo, los del sureste de Europa. Quien llega de los Balcanes no tiene derecho a asilo en Alemania.

Controles para la deportación de solicitantes de asilo.Imagen: picture-alliance/dpa/M. Becker

Programas de retorno

Según cálculos del gobierno alemán hay cerca de 200.000 personas que deben ser deportadas, pero eso tiene un alto costo. La agencia Frontex informa que un vuelo chárter desde Hamburgo hasta Prístina costaba en julio casi 100.000 euros para 97 deportados, sin contar al personal que los acompaña: otras 89 personas. En vista de esos enormes gastos, se intenta que las personas a las que se les niega asilo regresen por propia cuenta. La Organización Internacional para la Migración (OIM) ofrece el programa de retorno REAG/ GARP, financiado por la Federación, los estados y la Unión Europea, que provee de ayuda económica para adquirir los pasajes de avión y tren y de un máximo de 900 euros por familia para facilitar el reinicio de la vida en el país de origen. Entre enero y septiembre, unos 22.400 refugiados se acogieron al programa. Algunos estados informan que el porcentaje de los que regresan voluntariamente es cuatro veces más alta que el de los deportados.

Un grupo de refugiados forma fila para recibir alimento en Baviera.Imagen: picture-alliance/dpa/T. Schambergerki

La decisión de retornar por iniciativa propia antes de que se decida si se les da o no asilo también significa que los refugiados no pierden la ayuda económica para el regreso y para poder insertarse nuevamente en la vida laboral de su país. Además, les garantiza que podrán volver a entrar a Alemania en el futuro si así lo desean.

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