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Regreso a Jersón: así se recupera la ciudad liberada

Ihor Burdyha
23 de noviembre de 2022

Jersón se encuentra nuevamente bajo control ucraniano. Fue la única capital regional ocupada por Rusia desde febrero, y la ciudad natal de un corresponsal de DW. Así es como vivió su regreso.

Autos avanzan por una carretera cerca de Jersón.
Cerca de Jersón. La región sigue muy marcada por las huellas de la guerra y la ocupaciónImagen: Igor Burdyga/DW

Volver a casa después de un año siempre es emocionante. Más aún cuando se trata de un lugar en medio de una guerra. A mediados de noviembre, el ejército ucraniano regresó a Jersón, las fuerzas rusas se retiraron a la otra orilla, la izquierda, del río Dniéper. Los habitantes abrazan a los soldados ucranianos todos los días y les piden autógrafos. Aprenden a protegerse del fuego de la artillería y hablan de sus vidas durante los nueve meses de ocupación.

Puntos de control en el camino a Jersón

Jersón sigue siendo una ciudad cerrada, el acceso está restringido. Los militares y la policía lo explican como "medidas de estabilización". Los periodistas y los trabajadores humanitarios pueden entrar y salir con escolta militar.

La carretera hacia la vecina capital regional de Nicolaiev está cada vez más concurrida. Se pueden ver camiones con alimentos, combustible, generadores de emergencia y ayuda humanitaria. En algunos lugares la carretera ha sido  bombardeada, el desvío lleva por caminos de tierra difíciles de transitar con la lluvia de noviembre. "Queridos, a dónde van, hay mucho barro", dice una anciana en el pueblo de Kiselivka, señalando una furgoneta de correos atascada.

Luego vimos el famoso puente Antonivsky, el más grande de Jersón. Las tropas rusas entraron en la ciudad por este puente a finales de febrero, y lo volaron al salir. Bastó con detenerse un rato al aire libre y ya hubo disparos desde la otra orilla del Dniéper. Los soldados rusos tienen sus posiciones allí, cerca de la pequeña ciudad de Oleshki. Los militares ucranianos de un puesto de control cercano nos esconden bajo un puente y recomiendan seguir adelante rápidamente.

Con chaleco protector en la ciudad natal

En este momento, Jersón es una ciudad que se encuentra en la línea del frente, dicen los militares ucranianos. Es evidente que los residentes aún no lo han entendido. Todavía no hay alerta aérea, los refugios no funcionan. El ejército ucraniano atacó la ciudad en los últimos meses, pero apuntando a hoteles donde se habían instalado los soldados rusos.

La ciudad fue anexada por Rusia hace poco. Ahora el ejército ruso la bombardea desde el otro lado del río. Las explosiones en Jersón se oyen cada vez más a menudo. A veces afectan  la infraestructura civil, a veces puestos del ejército, a veces edificios residenciales. Ya hay muertos y heridos entre los civiles.

Empleados municipales retiran un cartel de propaganda rusa.Imagen: Igor Burdyga/DW

Mientras se oyen explosiones, dos hombres arrancan en la calle Perekopska un gran cartel que alaba la anexión rusa con el mensaje "Juntos para siempre". Fueron los rusos los que colocaron esos carteles por toda la ciudad, dicen los hombres. "Al menos una semana más de trabajo para nosotros", dice uno.

Carteles advierten sobre minas

Durante la retirada, los militares rusos minaron muchos edificios. Algunos objetos de infraestructura crítica fueron volados por el propio ejército ruso. En Jersón no hay agua ni electricidad.

Poco a poco, la telefonía móvil e Internet han vuelto. Los terminales Starlink fueron entregados en los primeros días, la gente se reúne en algunos puntos públicos. "Solo pueden conectarse 64 personas a la vez", advierte un cartel en el Parque de la Gloria. Cada día hay más hotspots y en el centro de la ciudad ya hay Internet móvil, aunque con interrupciones. Nadie puede decir por el momento cuándo habrá un suministro de energía estable. 

Los residentes hacen cola

El abastecimiento aún no se ha restablecido. El primer día de la liberación, hubo celebraciones en la Plaza de la Libertad. Ahora sigue habiendo conciertos diarios, pero la mayoría de la gente hace cola para conseguir productos de higiene, comida, ropa de abrigo y medicamentos gratuitos. En las tiendas sigue habiendo productos rusos, bebidas o tabaco. Cada vez hay menos, dicen los vendedores. No ha habido más entregas desde octubre.

(gg/ers)

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