El general Scott Miller sustituye a John Nicholson en medio del cambio de estrategia de la administración Trump. El accidente de un helicóptero en una base del norte del país ensombrece la jornada.
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"Tenemos por delante decisiones difíciles", resumió el teniente general estadounidense Scott Miller durante ceremonia en Kabul con la que este domingo (02.09.2018) asumió su nuevo cargo como comandante de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán. Y añadió que para lograr las condiciones para una reconciliación política la presión militar es indispensable.
Miller, que sustituye en el cargo al general John Nicholson, era hasta ahora comandante del Mando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC, por sus siglas en inglés). Como tal, era el encargado de supervisar las misiones de las fuerzas especiales de élite como el "Team Six" de los Seal y el Delta Force del Ejército.
Entre otros, Miller estuvo destinado como capitán del Delta y comandante de las unidades de tierra en la batalla de Mogadiscio en 1993, que Ridley Scott llevó al cine en la película "Black Hack Down" (2001). Además sirvió durante varios periodos en Afganistán e Irak. Miller, de 57 años, estará a cargo de los aproximadamente 16.000 soldados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) destacados en Afganistán cuya misión principal es estrenar y asesorar a las fuerzas de seguridad afganas, sobre las que desde hace meses los talibanes han incrementado su presión.
Miller asume su cargo un año después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, presentara una nueva estrategia para Afganistán. Tras varios años de retirada de tropas esta medida contempla el envío de miles de soldados al país y muchos más bombardeos debido a la intensificación de la guerra con los talibanes. El piloto de un helicóptero militar murió hoy, junto a dos policías afganos del total de trece tripulantes, por un fallo técnico en el despegue que hizo estrellarse a la aeronave en una base militar de la provincia de Balkh, en el norte del país.
LGC (dpa/EFE)
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Deportaciones de Alemania a Afganistán
En diciembre de 2016 tuvo lugar la primera deportación colectiva de 34 afganos a los que les había sido denegado el asilo en tierras germanas. Alemania suspendió los vuelos en mayo de 2017, pero resolvió reanudarlos.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
Vuelos polémicos
El 12 de septiembre de 2017, un avión despegó del aeropuerto de Düsseldorf con rumbo a Afganistán, llevando a bordo a 15 personas cuyas solicitudes de asilo habían sido rechazadas. Fue la primera deportación colectiva a ese país desde la explosión de un coche-bomba cerca de la embajada alemana en Kabul, en mayo. Los Verdes y La Izquierda calificaron la reanudación de las deportaciones de "cínica".
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Roessler
Luchando por una oportunidad
En marzo de 2017, estudiantes de secundaria de Cottbus provocaron titulares con una campaña para salvar a tres compañeros afganos de la deportación. Hicieron manifestaciones, recolectaron firmas y dinero para contratar a un abogado que apelara contra la denegación del asilo. Sabían que sus amigos, entre ellos Wali (foto), no podían ser deportados mientras hubiera un proceso en curso.
Imagen: DW/S.Petersmann
"Kabul no es seguro"
"Viaje hacia el peligro mortal", dice este cartel que levanta un manifestante en el aeropuerto de Múnich, en febrero. En los aeropuertos alemanes suele haber protestas cuando se llevan a cabo deportaciones. Los manifestantes consideran que Afganistán es demasido peligroso como para que los refugiados regresen allí.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Balk
De Wuerzburgo a Kabul
Badam Haidari pasó siete años en Alemania antes de ser deportado a Afganistán, en enero de 2017. Previamente había trabajado para USAID en Afganistán y huyó de los talibanes, a los que sigue temiendo. Todavía alberga la esperanza de poder regresar a Alemania.
Imagen: picture-alliance/dpa/C.F. Röhrs
Minorías perseguidas
En enero de este mismo año, el afgano hindú Samir Narang fue deportado desde Hamburgo, donde había vivido cuatro años con su familia. El joven señaló en una entrevista radial que Afganistán "no es seguro". Afirmó que los miembros de minorías que regresan son blanco de presecución religiosa en ese país musulmán. La deportación de Samir "pone en peligro su vida", según change.org.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Wiedl
Ayuda a los retornados
Los solicitantes de asilo rechazados en Alemania y deportados a Kabul pueden dirigirse a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en busca de asistencia. También una organización de especialistas en materia psicosocial asesora a los retornados.