Religión: ¿Cuentan más las oraciones que las buenas obras?
20 de agosto de 2019
¿Qué dicen las escrituras sagradas acerca del trato a la naturaleza?
Los cristianos, los musulmanes, los hindúes, los budistas y los judíos, todos viven en el mismo planeta. Y todos se ven igualmente afectados por las consecuencias del cambio climático.
La salvaguarda de la Creación
Adán y Eva en el Jardín del Edén: en el cristianismo y el judaísmo, conservar la integridad de la creación es una de las tareas que Dios dio al hombre: “Tomó, pues, Dios al hombre, y le puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.” (Génesis 2: 15)
La Tanach judía y la Biblia cristiana comparten partes fundamentales
La historia de la creación se cuenta en el libro primero de Moisés. El Génesis es parte de la Torá, la primera parte de la Biblia hebrea, también llamada Tanaj.
Las Palabras que se extendieron por todo el mundo
La historia de la creación es también una parte fundamental del Antiguo Testamento de la Biblia cristiana. Esta escritura sagrada es una de las obras más difundidas y más ampliamente publicadas en el mundo.
El “mandato de gobernar” de los humanos
“Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces de la mar, y en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra” (Génesis 1: 28) es uno de los pasajes más conocidos de la Biblia que justamente se interpreta de forma distinta en relación con el mandato de gobernar la tierra (dominum terrae).
Tratar la obra de Alá con moderación
También en el Islam se debe proteger la obra del Creador. El hombre puede aprovechar lo creado, pero con moderación. “El sol y la luna discurren por dos órbitas precisas; y el astro y el árbol se postran. Ha elevado el cielo y ha puesto la balanza para que no abusarais al pesar y cumplierais el peso con equidad sin menoscabo”. (Corán, Sura 55: 3-10)
Sin corrupción en la tierra
El Corán contiene instrucciones específicas para el ser humano. Muchas se refieren al medio ambiente, explicando cómo se debe tratar a la naturaleza. "¡No corrompáis en la tierra!" (Corán, Sura 2: 11).
El eterno ciclo del hinduismo
En el hinduismo, no hay un dios único ni una escritura sagrada con una sola historia de la creación: todo es parte de un ciclo compuesto de elementos individuales, vivos o muertos, visibles o invisibles, los cuales están interrelacionados unos con otros, y se repite continuamente. Los seres humanos son parte de este mundo y tienen la misma importancia que cualquier otra criatura.
Eterno equilibrio
Quien toma algo, tiene que dar algo a cambio: “Al ser complacidos mediante la ejecución de yajñas [sacrificios], los semidioses, que están a cargo de satisfacer las diversas necesidades de la vida, les proveerán a ustedes de todo lo que necesiten. Pero aquel que disfruta de esos regalos sin ofrecérselos a su vez a los semidioses, es sin duda un ladrón”. (Bhagavad Gita 3:12)
Sin distinción entre el yo y el medio ambiente
En el budismo, todo está interrelacionado, y es una religión basada en el intercambio. Los budistas no hacen distinción entre el yo y el medio ambiente. Los que aspiran a la iluminación se sienten como parte de todos los demás seres vivos y comparten su dolor. El ciclo de la vida puede terminar si la persona alcanza la iluminación y entra en el Nirvana.
Todo está conectado
El Tipitaka, también conocido como Canon Pali, contiene las enseñanzas más antiguas de Buda. En él se describe la dependencia y la conexión de todas las cosas: “Cuando hay esto, habrá aquello. Cuando esto surge, aquello surgirá. Cuando no hay esto, no habrá aquello. Con el cese de esto, aquello cesará”. (Canon Pali, Samyutta Nikaya II, 12.21).