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Remesas en América Latina: ¿bendición o condena?

Isabella Escobedo
1 de junio de 2023

El envío de remesas de migrantes latinoamericanos a sus familias alcanzó un nuevo récord histórico. Aunque para muchos hogares significa un alivio económico, algunos expertos observan esta tendencia con preocupación.

Mujer frente a una ventanilla de servicio de Western Union.
En 2022, se enviaron a América Latina y el Caribe 142 mil millones de dólares en remesas.Imagen: Eva Marie Uzcategui/AFP/Getty Images

Las remesas -el dinero transferido por los migrantes a sus familiares en sus países de origen- son un factor económico indispensable para muchas familias en América Latina y el Caribe.

En cifras, esto significa que, en México, que es el mayor receptor de remesas de la región y el segundo del mundo, 4,9 millones de hogares y 11,1 millones de adultos recibieron remesas de sus familiares en el exterior en 2020.

Y estas cifras siguen creciendo: según las últimas proyecciones del Banco Mundial disponibles, México habría registrado una entrada récord de remesas de unos 60.300 millones de dólares en 2022, lo que representa un crecimiento del 11 por ciento con respecto al año anterior.

Esta tendencia se ve reflejada en toda la región. La tasa de crecimiento de las remesas aumenta continuamente. Entre 2019 y 2021, América Latina y el Caribe fue la región del mundo con el mayor aumento en la tasa de remesas, en contra del pronóstico inicial del Banco Mundial, que preveía una caída de las transferencias durante la pandemia del COVID-19. En términos absolutos, en 2022, se enviaron a América Latina y el Caribe 142 mil millones de dólares en remesas. 

¿A qué se debe el crecimiento de las remesas?

Para Jesús Cervantes, del Centro de Estudios Migratorios Latinoamericano (CEMLA), un factor importante es el buen desempeño de la economía estadounidense, que ha aumentado las posibilidades de empleo y la masa salarial de generada por estos empleos. También es determinante, según el experto, que un mayor porcentaje de migrantes, sobre todo en el caso de los mexicanos, obtiene la residencia legal o la ciudadanía, lo que facilita las posibilidades de alcanzar un empleo mejor remunerado.

Esta realidad ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate sobre los potenciales y riesgos de estas transferencias de dinero. En muchos países de la región, los ingresos generados a través de remesas constituyen una gran parte del producto interno bruto. En El Salvador y Honduras, por ejemplo, se trata de más del 20 por ciento. 

¿Generan dependencia o desarrollo?

Para Cervantes, director de Estadísticas Económicas y Coordinador del Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del CEMLA, está muy claro que "la remesa reduce la pobreza, mejora la distribución del ingreso, reduce la brecha de género y reduce las desigualdades regionales".

Muchos expertos aducen que las remesas ayudan a las economías apoyando a familias en el país de origen a solventar sus gastos, y que además pueden impulsar el crecimiento económico financiando inversión en capital humano o físico, y en nuevas empresas.

Sin embargo, hay quienes ven este fenómeno de manera mucho más crítica. Algunos estudios no logran comprobar que las remesas contribuyan considerablemente al crecimiento económico de un país. Así que algunos economistas las consideran "una trampa", que hace que las economías se estanquen en una situación de menor crecimiento y mayor emigración.

El problema es estructural

Para Christian Ambrosius, economista especializado en América Latina de la Universidad Libre de Berlín, esta postura se sostiene sobre un error de fondo: "Se depositan en la migración unas expectativas que no puede cumplir", dice. El experto hace hincapié en que, si en un país no existen incentivos para invertir, los ingresos, independientemente de como sean generados, no serán invertidos de manera sostenible.

"No hay ninguna razón para pensar que solo porque son ingresos generados en el extranjero tendrían que ser utilizados de otra manera", explica. Así que el problema detrás de la falta de inversión de las remesas sería estructural.

Por otro lado, cuando las remesas constituyen gran parte del producto interno bruto, estas transferencias son un apoyo para la economía y, por lo tanto, también para los Gobiernos. De ahí que los críticos adviertan que esto también puede suponer un sustento para regímenes autoritarios.

El ejemplo lo ofrece el caso de Nicaragua, donde los datos del Banco Mundial correspondientes a los primeros nueve meses de 2022 indican un aumento del 45 por ciento en las remesas, que constituían más del 15 por ciento del PIB del país en 2021.

No están claros sus efectos sobre los regímenes políticos

Ambrosius, no obstante, agrega al cuadro otras posiciones que afirman que las remesas pueden posibilitar una mayor independencia del clientelismo y de los Gobiernos autoritarios. Algunos investigadores confirman "que la migración también puede fortalecer a la oposición y ayudar a desmontar estructuras de poder", indica. Aunque deja muy claro que no existe un consenso claro en la ciencia sobre los efectos de la migración sobre los regímenes políticos.

Como sea, tanto este economista de la Universidad Libre de Berlín como el experto del CEMLA coinciden en que las remesas seguirán creciendo. Y Ambrosius recalca que esto no solo se debe al crecimiento económico de Estados Unidos o las necesidades económicas de los familiares en los países de origen. Además, y a pesar de que el discurso político actual sobre la migración pareciera demostrar lo contrario, la economía estadounidense necesita a los migrantes latinoamericanos.

(rml)

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