En algunos países de Europa del Este, los monumentos de la era comunista están prohibidos en sus propios parques. ¿Es esta la solución para confrontar a los "héroes" del pasado? Para nada, aseguran críticos.
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Cuando los monumentos caen, se hace historia. Porque hay algo irreversible en la caída de una escultura. Representa simbólicamente la victoria contra el viejo orden, el amanecer de una nueva era. No es de extrañar, entonces, que, a raíz de las actuales protestas contra el racismo, los dueños de esclavos y los amos coloniales estén siendo arrancados de sus pedestales. Su legado, que ha sobrevivido hasta el día de hoy en forma de racismo, debe ahora finalmente hundirse con ellos. Esto, literalmente, golpeó al comerciante de esclavos Edward Colston, cuya estatua fue arrojada por manifestantes en la cuenca del puerto de Bristol, Inglaterra. En Boston, los manifestantes decapitaron la estatua del navegante Cristóbal Colón –después de todo, su "descubrimiento europeo" condujo a la colonización de América que más tarde resultó en el genocidio de pueblos indígenas. Y también el rey belga Leopoldo II, que estableció un brutal régimen colonial en el Congo, probablemente desaparecerá de la vista del público para siempre. Sus estatuas, como muchas otras, han sido retiradas por las autoridades como medida de precaución.
El movimiento "Black Lives Matter" ha traído de vuelta un viejo debate en la esfera pública. Durante años se ha discutido, especialmente en Europa y Estados Unidos, sobre cómo tratar a los antiguos "héroes". Muchos de ellos tenían una visión del mundo profundamente racista, oprimían a la gente, la esclavizaban y la mataban. ¿Pero se deberían arrancar y hundir sus esculturas como en el caso de Edward Colston? "Como historiador, tengo interés en la preservación de los monumentos como fuentes históricas", dice a DW Jürgen Zimmerer, profesor de historia universal con enfoque en África de la Universidad de Hamburgo. Sin embargo, era necesario "desterrarlas" y clasificarlas históricamente.
Monumentos derribados: de héroes a villanos
Las protestas mundiales contra el racismo tras el asesinato de George Floyd alimentan el debate sobre el colonialismo y la era confederada. En Europa y Estados Unidos, muchos monumentos están siendo dañados y removidos.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/G. Spadafora
Edward Colston: comerciante de esclavos y filántropo
La controversia sobre la estatua de Edward Colston, en Bristol se ha extendido durante años. El 7 de junio, manifestantes arrojaron su figura al agua. Mientras Colston trabajaba para la Real Compañía Africana, se estima que 84.000 africanos fueron llevados a la esclavitud. 19.000 de ellos murieron en el camino. Pero pasó a la historia como filántropo por sus donaciones a organizaciones benéficas.
Imagen: picture-alliance/NurPhoto/G. Spadafora
Robert Baden-Powell: fundador de los Boy Scouts
Activistas acusan a Robert Baden-Powell, fundador del movimiento de los Boy Scouts, de racismo, homofobia y admiración por Adolf Hitler. Su estatua estaba en la isla de Brownsea, en el sur de Inglaterra. En medio de la actual ola de defenestración de monumentos, las autoridades locales han retirado ahora la estatua de Baden-Powell como medida de precaución.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Matthews
Leopoldo II: colonialismo sanguinario
Bélgica tiene muchas estatuas del Rey Leopoldo II. El monarca gobernó el país de 1865 a 1909 y estableció un brutal régimen colonial en el Congo que, de hecho, se considera uno de los más violentos de la historia. Los manifestantes lanzaron pintura a varias estatuas de ese controvertido rey. En Amberes, las autoridades removieron una estatua y la enviaron al depósito de un museo.
Imagen: Reuters/ATV
Cristóbal Colón: venerado y despreciado
También en Estados Unidos han estallado disputas en torno a monumentos dedicados a figuras históricas controvertidas. Entre otros, los manifestantes han atacado el de Cristóbal Colón. Una estatua en Boston fue decapitada (foto). Los grupos indígenas norteamericanos rechazan a Colón porque sus expediciones permitieron la colonización del continente y el genocidio de su población.
Imagen: Reuters/B. Snyder
Colón en América Latina: un punto de vista diferente
Algunas personas ven en Colón una de las figuras más importantes de la historia del mundo, pero para muchos en América Latina, su nombre representa el comienzo de una época dolorosa. Desde la perspectiva de la población indígena, el colonialismo español es un capítulo oscuro de su historia. En América Latina, estatuas de Colón han sido destruidas o dañadas en el pasado.
Imagen: picture-alliance/dpa/B. Boensch
Jefferson Davis: presidente de la Guerra Civil
Jefferson Davis fue presidente de los Estados Confederados de América, uno de los líderes de la guerra civil de mediados del siglo XIX. Los manifestantes derribaron y pintaron con aerosol su estatua en Richmond, Virginia. La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, instó a que se retiraran las estatuas de líderes confederados del Capitolio de Estados Unidos.
Imagen: Getty Images/C. Somodevilla
Robert E. Lee: una figura divisoria
También esta estatua de Robert E. Lee, general del ejército confederado durante la guerra civil, será retirada en los próximos días en Richmond, Virginia, por orden del gobernador Ralph Northam. Muchos afroamericanos consideran las estatuas de los políticos y soldados confederados como símbolos de opresión y esclavitud.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/S. Helber
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Cómo Europa del Este trata con "héroes" del pasado
Una posibilidad serían los parques de estatuas, creados en algunos países de Europa del Este después del fin del comunismo. Uno de los ejemplos más conocidos es el "Parque Memento" de Budapest. Muy lejos del centro de la ciudad, alberga varias docenas de estatuas, bustos y otras obras de arte que alguna vez caracterizaron a la capital húngara. Ejemplos similares se encuentran en Moscú, Sofía y Grutas, en Lituania.
"Muchos quedaron traumatizados con este período y no pudieron soportar más la inundación de monumentos comunistas en el paisaje urbano", explica a DW el historiador de arte Arnold Bartetzky del Instituto Leipzig Leibniz de Historia y Cultura de Europa del Este (GWZO, por sus siglas en alemán). Por eso, muchos monumentos fueron destruidos antes. Algo que hace que los parques de monumentos sean aún más importantes, como el de Budapest: "Al menos algunas de las estatuas no han acabado en la basura, sino en un entorno protegido", dice Bartetzky. Sin embargo, debido a su destierro a las afueras de la ciudad, no existe una verdadera confrontación de la gente con su propio pasado. De hecho, hoy en día el "Memento Park" es sobre todo una atracción turística.
Historiadores piden debate público
Por lo tanto, los historiadores como Zimmerer y Bartetzky ven los parques de estatuas solo como la "segunda mejor solución". Exigen que los monumentos se dejen en su lugar original. Allí se puede llamar conscientemente la atención sobre ellos y explicar su contexto histórico. Zimmerer sugiere, por ejemplo, poner de cabeza a las estatuas, echarlas o enterrarlas hasta la mitad. "Así es como podemos desafiar a nuestros hábitos visuales. Estaremos obligados a mirar de cerca, a examinar críticamente el monumento y nuestra historia", dice.
Bartetzky también pide una confrontación pública con la propia historia: "Las sociedades liberales deberían ser capaces de entender que no todo lo que está en el espacio público corresponde a nuestra visión del mundo actual. Eso es exactamente lo que nos distingue de las dictaduras y los regímenes autocráticos".
¿Cuánto tiempo atrás en la historia hay que mirar?
Si todo lo que no se ajusta a las normas del presente tuviera que ser etiquetado y clasificado, los historiadores tendrían mucho trabajo por delante. La democracia y los derechos humanos son logros recientes. Entonces, ¿cuánto tiempo atrás en la historia hay que mirar? "Básicamente, tenemos que preguntarnos qué personas y acciones consideramos que crean la identidad de nuestra sociedad actual", dice Zimmerer y añade "aquí, el cuestionamiento crítico es esencial". Por su parte, Bartetzky también rechaza un ataque ciego contra todo lo que ya no es conforme hoy en día y advierte con respecto a la destrucción de monumentos controvertidos: "Si continuamos así, perderemos una gran parte de nuestro patrimonio cultural".
(ct/few)
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Monumentos polémicos en América Latina
El debate sobre historia, memoria y emplazamiento o remoción de estatuas, reavivado por protestas mundiales contra el racismo y el colonialismo, tras el asesinato de George Floyd, no es nuevo en América Latina.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Lavoz
Cuba: "¡Y no me digan que eso es patrimonio!"
En Cuba, el actual debate antirracista recuerda el abierto en 2011 por "El Disco Negro de Obsesión": el dúo de rap pide remover la estatua de José Miguel Gómez, mayor general independentista y segundo presidente de la República, que masacró el alzamiento de los "Independientes de Color" (1912). Su propuesta: sustituirlo por el paradigma de luchadora independentista cubana, Mariana Grajales.
Imagen: picture-alliance/Design Pics/M. Thornton
Colombia: "Quítenle el nombre a esa universidad"
En Colombia, según el catálogo del Banco de la República, Sergio Arboleda y Pombo fue "un hacendado, esclavista, periodista, militar y político (…). Ideólogo del Partido Conservador." Su condición de "esclavista" impulsa hoy pedidos en redes sociales para renombrar la Universidad Sergio Arboleda, en Bogotá, de la que se graduó el actual presidente de Colombia, Iván Duque (2do, izq.).
Imagen: picture-alliance/ZUMAPRESS/H. F. Zamora
Chile: contra colonizadores y militares
En Santiago de Chile, la Plaza Baquedano, conocida como Plaza Italia, se adelantó un año al actual revuelo. Allí, en el epicentro del estallido social de 2019, la estatua de Manuel Baquedano, general chileno que representa la victoria en la Guerra del Pacífico, fue rayada, pintada y vestida como parte de protestas antisistémicas que arremetieron contra colonizadores europeos y militares chilenos.
Imagen: picture-alliance/dpa/F. Lavoz
Ofrenda a Caupolicán
En varias ciudades chilenas, fueron removidos bustos del conquistador Pedro de Valdivia, fundador de Santiago. En Temuco, al sur de la capital, con gran parte habitantes de origen mapuche, no solo le tocó a Valdivia, sino también al piloto de la fuerza aérea chilena Dagoberto Godoy: su cabeza terminó colgada de una mano del guerrero Caupolicán, ícono de la resistencia ante el imperio español.
Imagen: imago images/Agencia EFE/C. Tapia
Perú: cada vez más lejos del centro de Lima
En Lima, la escultura del conquistador Francisco Pizarro, objeto de controversias con detractores varios desde su primer emplazamiento en 1935, ha ido cabalgando "hacia el olvido", según la prensa local: del atrio de la Catedral al costado del Palacio de Gobierno, a una plazoleta de la Plaza de Armas y, finalmente, al Parque de la Muralla, en la ribera del río Rímac.
Imagen: picture-alliance/El Comercio
Argentina: Cristóbal Colón, "el monumento de la discordia"
El monumento porteño a Cristóbal Colón, hoy en el Paseo de la Costanera, en Buenos Aires, estuvo antes frente a la Casa Rosada (foto), sede del Gobierno argentino. En 2013, la entonces presidenta Cristina Kirchner decidió sustituirlo por uno a Juana Azurduy. Pero el Gobierno de su opositor y sucesor, Mauricio Macri, garantizó a Colón su nueva vista privilegiada junto al río La Plata.
Imagen: picture-alliance/ZB/J. Woitas
¿Héroe nacional o genocida?
Uno de sus primeros presidentes de Argentina, Julio Argentino Roca (1880-1886 y 1898-1904), es considerado por muchos un héroe nacional. Hay estatuas suyas, calles con su nombre, y el billete de 100 pesos llevó su cara hasta 2015. Sus detractores le niegan cualquier homenaje. Lo acusan de genocidio contra miles de indígenas mapuches y tehuelches durante la llamada Campaña del Desierto.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Hollemann
Ecuador: "símbolo de la corrupción" en Argentina
Esta estatua del expresidente argentino Néstor Kirchner presidió la entrada a la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) en Pichincha, al norte de Quito, Ecuador, hasta que el Parlamento ecuatoriano la hizo retirar en 2019, por considerarla "símbolo de la corrupción". Kirchner fue el primer secretario general de Unasur, y la estatua, un regalo de su esposa y sucesora, Cristina.
Imagen: picture-alliance/AP/D. Ochoa
Bolivia: del "apoyo incondicional" al rechazo
En 2013, el presidente Evo Morales inauguró en Riberalta, Beni, una estatua de su aliado, el difunto presidente venezolano Hugo Chávez: "por su apoyo incondicional a esta región amazónica, a través de la refacción e implementación de avenidas y carreteras". Tras las polémicas elecciones generales de octubre de 2020, un grupo de personas derribó el monumento, en protesta contra el conteo de votos.
Imagen: AFP/J. Bernal
Venezuela: ¿"Tirofijo" o Fidel Castro?
También en 2013, el líder opositor venezolano Leopoldo López participó del derribo de una supuesta estatua del líder fundador de las FARC, alias "Tirofijo", en la localidad fronteriza de El Amparo, por considerarlo "enemigo de la paz" de Colombia y Venezuela. Pero la efigie resultó ser del expresidente cubano Fidel Castro, erigida allí junto a las de Simón Bolívar, "Che" Guevara y Hugo Chávez.
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Gutierrez
"Tirofijo"
No obstante, el exjefe de la mayor guerrilla de Colombia, Pedro Antonio Marín, alias "Manuel Marulanda Vélez" o "Tirofijo", sí cuenta con un controvertido monumento en su honor en el barrio 23 de Enero, en Caracas, la capital venezolana. Cuando fue develado, en 2008, el Gobierno del expresidente colombiano Álvaro Uribe lo calificó de "provocación" y grave "afrenta" contra la democracia.