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¿Renacerá Japón en nueve meses?

17 de abril de 2011

La empresa que opera la central atómica Daiichi en Fukushima se comprometió a desactivarla en un plazo de seis a nueve meses y a indemnizar a las familias afectadas por la crisis nuclear. Pero, ¿le creerán los japoneses?

Muchos japoneses han dejado de creer en escenarios idílicos.Imagen: picture-alliance/ dpa

A pedido del primer ministro nipón, Naoto Kan, quien a su vez ha respondido a la presión de la opinión pública japonesa, la empresa que opera la central atómica de Daiichi presentó este domingo (17.4.2011) el cronograma de sus futuras actuaciones para mantener a la colectividad al tanto de sus planes. Y es que son miles las personas que fueron evacuadas cuando comenzó la crisis en los alrededores de Fukushima y ahora exigen saber exactamente cuándo podrán regresar a sus hogares.

El portavoz de Tepco, Tsunehisa Katsumata, dijo que los reactores y las vasijas que contienen el combustible usado, altamente radiactivo, serán refrigerados completamente en tres meses, y enfatizó que la empresa se comprometió a desactivar la planta nuclear entera en un plazo de seis a nueve meses. “Ese es el cronograma actual”, declaró Katsumata, dejando sin quererlo la impresión de que la agenda podría verse alterada, aún cuando Kan ha instado a cumplirla de forma rápida y confiable.

Recuperando la confianza perdida

La confianza en la operadora de las instalaciones atómicas en Fukushima escasea. El vocero de Tepco aprovechó la rueda de prensa de este 17 de abril para pedir disculpas por el accidente en Daiichi y sus secuelas, pero es sobre todo el mal manejo de la crisis lo que la mayoría de los japoneses le reprocha al consorcio. El primer ministro también ha sido blanco de críticas; sobre todo cuando se corrió la voz de que había dicho que los desplazados no podrían regresar a sus casas en los próximos diez o veinte años.

Los evacuados pierden la paciencia y exigen saber exactamente cuándo podrán regresar a sus hogares.Imagen: dapd

Kan negó haber hecho esas declaraciones poco después, pero exhibe una gran precaución desde entonces. Su ministro de Economía e Industria, Banri Kaeida, sostuvo que sería en seis o nueve meses cuando el Gobierno podría saber a ciencia cierta si una parte de la población puede volver a sus hogares, pero cabe preguntarse qué tan sinceros y transparentes serán los anuncios del estamento si se concluye que existen posibilidades de contaminación radioactiva para las personas, por pequeñas que sean.

¿Demasiado pronto para dar buenas noticias?

Es pertinente recordar que, poco antes del terremoto del 11 de abril –una réplica del terremoto del 11 de marzo–, y pese a las insistentes recomendaciones del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y de la organización ecologista Greenpeace, las autoridades niponas postergaron durante varios días la decisión de evacuar nuevas zonas más allá del perímetro de seguridad de 20 kilómetros hasta entonces decretado. Greepeace advirtió que había detectado altos niveles de radiación a unos 60 kilómetros de Fukushima.

Se han medido altos niveles de radiación más allá del perímetro de seguridad decretado, a unos 60 kilómetros de Fukushima.Imagen: AP

Al final, se dio la orden de trasladar a los habitantes de Katsurao, Namie, Iitate y otras localidades a regiones más seguras en el lapso de un mes: los pobladores de las zonas en las que la radiación supere los 20 milisievert por año tendrán que abandonar sus casas; anteriormente, el límite estaba establecido en 50 milisievert anuales. Pero el Gobierno de Japón parece seguir empeñado en dar buenas noticias basadas en argumentos dudosos y esa tendencia amenaza con colmar la paciencia de quienes demandan información clara de la clase política.

Promesas y compensaciones

El ministro del Exterior japonés, Takeaki Matsumoto, agradeció a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, sus palabras de apoyo; Clinton, quien llegó a Tokio procedente de Seúl para una visita de medio día, dijo que su país hará todo lo posible para ayudar a que Japón supere las consecuencias del terremoto y tsunami del 11 de marzo. Otro anuncio que atrajo la atención de los japoneses este 17 de abril fue el hecho por Tepco en relación con su intención de indemnizar, hasta cierto punto, a las víctimas de la maltrecha planta de Daiichi.

Tepco tiene planeado vender su participación en la operadora de telecomunicaciones KDDI, valoradas en 1,5 billones de euros, para compensar los daños sufridos por aproximadamente 50.000 hogares, calculados en 415 millones de euros. ¿Le creerán los japoneses?

Autor: Evan Romero-Castillo / dpa / Reuters
Editora: Caludia Herrera Pahl

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