Tras el triunfo electoral del multimillonario Andrej Babis en la República Checa, cunden las advertencias sobre un giro hacia la derecha en el Este de Europa. Pero se requiere un análisis más diferenciado.
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"Terremoto”, "huracán”, "tsunami”: desde las elecciones parlamentarias checas del sábado, la prensa del país no escatima en comparaciones catastróficas. Cerca del 60 por ciento del electorado votó por partidos antisistema; y eso, pese a que la economía del país marcha mejor que nunca. Una situación más que preocupante, tratándose de un país de la Unión Europea.
En el exterior se habla de un giro hacia la derecha en el este de Europa y se señala que otro país más emprende un camino similar al de Hungría y Polonia. Pero, pese a toda la inquietud por el resultado electoral checo, hay que diferenciar. Conceptos como "giro a la derecha” y "euroescepticismo” no explican mucho.
Clima enrarecido
Los votantes checos antisistema no son, en su gran mayoría, burdos radicales de derecha. Están hartos de la indolencia de la élite política. Hay importantes reformas en el campo social, sanitario y educacional que no avanzan desde hace años y a nivel regional y local están muy extendidos el clientelismo y el nepotismo. En una parte de la sociedad checa cunde el temor a ser los perdedores del proceso de modernización. Al mismo tiempo, políticos como el presidente Milos Zeman han envenenado en los últimos años el ambiente con permanentes expresiones despectivas sobre la Unión Europea, los refugiados y, en general, los valores humanistas y la democracia liberal.
También el multimillonario Andrej Babis, fundador de la Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) cultiva en cierta medida ese discurso. Pero cosechó la mayor parte de sus votos con la promesa de poner orden en la República Checa y acabar con nepotismo de las élites. Esto no deja de tener cierta ironía, dado que el propio Babis siempre ha pertenecido al establishment y ha estado en los titulares por escándalos tributarios y estafas con subvenciones. Pero, a diferencia de políticos como Viktor Orbán o Jaroslaw Kaczynski, no es un nacionalista ni un chovinista, y tampoco tiene una visión profundamente antidemocrática. Más bien es un tipo de oligarca ambicioso que cree que su estilo de conducción empresarial autoritario le haría bien al país. En ese autoritarismo radica el peligro que emana de Babis.
Señales de alarma
De momento no está claro en qué medida marcará Babis el futuro de la República Checa. La formación de gobierno será compleja, porque casi nadie quiere formar coalición con la Alianza de Ciudadanos Descontentos. Además, Babis ha marginado durante años del partido a cerebros que ahora necesitaría para poner en práctica su biensonante proyecto de dotar a la economía de mayor eficiencia.
Por otra parte, Babis tampoco persigue un objetivo sustancialmente antieuropeo. Lo único que su país compartirá con Polonia, Eslovaquia y Hungría es el rechazo a la política de refugiados de la UE.
No obstante, en el tan demonizado establishment, dentro y fuera de la República Checa, deberían sonar las campanas de alarma. Si las élites tradicionales no quieren ser barridas del todo algún día por turbias fuerzas antisistema, deberán convencerse de que hay que gobernar con transparencia y legitimidad democrática. Solo así podrán convencer a la ciudadanía.
Musulmanes en Europa: ¿integrados o no?
La propagación de la ultraderecha en Europa ha sembrado dudas sobre la compatibilidad del islamismo con la democracia en el continente. Aquí examinamos las estadísticas de integración de la comunidad musulmana en Europa.
Imagen: picture-alliance/Godong/Robert Harding
¿Funciona la integración lingüística?
Un 75 por ciento de los musulmanes alemanes ve el alemán como su primer idioma. Mientras que entre los inmigrantes, sólo un 20 por ciento lo considera su lengua principal. En Europa, las habilidades lingüísticas mejoran con cada generación. En Alemania, un 46 por ciento de todos los musulmanes considera el idioma nacional como el principal, en Austria un 37 por ciento y en Suiza un 24 por ciento.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿Cómo ven los musulmanes las relaciones entre diferentes religiones?
De acuerdo con un estudio de la organización Religion Monitor en 2017, un 87 por ciento de musulmanes suizos mantiene contacto frecuente con miembros de otras religiones. En Alemania y Francia lo hacen un 78 por ciento, mientras que en el Reino Unido la cifra es de 68 por ciento y en Austria un 62 por ciento. En generaciones sucesivas, la cifra se va incrementando a una mayoría más alta.
Imagen: imago/Westend61
¿Sienten los musulmanes una conexión con Europa?
Un 96 por ciento de los musulmanes franceses se siente conectado a su país. Los musulmanes alemanes poseen el mismo porcentaje, mientras que el nivel más alto se encuentra en Suiza, con un 98 por ciento. En el Reino Unido, a pesar de su historia de diversidad cultural y religiosa, un número menor de sus musulmanes, 89 por ciento, reporta una conexión con el país.
Imagen: picture-alliance/dpa/H. Neubauer
¿Qué tan importante es la religión para los musulmanes europeos?
Los musulmanes pertenecientes a familias inmigrantes mantienen fuertes vínculos con su religión en todas las generaciones. Un 64 por ciento de musulmanes que vive en el Reino Unido se describe como altamente religiosos. En Austria esta cifra es de un 42 por ciento y en Alemania un 39 por ciento. Los niveles son más bajos en Francia, con un 33 por ciento, y en Suiza con un 26 por ciento.
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¿Cuál es el porcentaje de estudiantes musulmanes?
Un 36 por ciento de los musulmanes nacidos en Alemania culmina su formación escolar a los 17 años. En Austria, es un 39 por ciento. Por su parte, Francia posee un sistema de educación más equitativo y allí se registran niveles más altos de educación. Sólo uno de cada diez musulmanes abandona la educación antes de los 17 años.
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¿Cuántos musulmanes hay en el mercado laboral?
Un 60 por ciento de los musulmanes que llegaron a Alemania antes de 2010 trabaja a tiempo completo, mientras que un 20 por ciento trabaja a medio tiempo. Estas cifras semejan a las del resto de la población. En Alemania cuentan con índices más altos de empleo que en otros países europeos. En Francia, la taza de desempleo de 14 por ciento es más alta que la del resto de la población (8 por ciento).
Imagen: picture alliance/dpa/U.Baumgarten
¿Qué tan alto es el rechazo hacia el islamismo?
Más de uno de cada cuatro austriacos de otras religiones no desea tener a un musulmán como vecino. Esta cifra es notablemente alta en Reino Unido, con un 21 por ciento de rechazo. El Alemania, un 19 por ciento expresó también esta negativa, mientras que en Austria lo hizo un 17 por ciento y en Francia un 14 por ciento. En general, los musulmanes están entre los grupos sociales más rechazados.
Imagen: AP
Musulmanes en Europa: integrados pero no aceptados
La información de está galería proviene de la Fundación Bertelsmann en su estudio titulado “Musulmanes en Europa: ¿integrados pero no aceptados?”. Los resultados se basan en encuestas a más de 10,000 personas en Alemania, Austria, Suiza, Francia y el Reino Unido. Los refugiados musulmanes que llegaron a Europa después de 2010 no forman parte del estudio.