Así, la República Dominicana se convertirá en uno de los países que, voluntariamente, se fijan ambiciosas metas en la lucha contra el cambio climático. El país quiere crecer economicamente y apuesta por el turismo como fuente de ingresos más importante. El reto consistirá en reducir siginficativamente las emisiones de dióxido de carbon sin bloquear el crecimiento del sector turístico. Para lograrlo, se financiarán numerosos projyectos, como por ejemplo la promoción de la agricultura sostenible entre los campesinos.