Represión policial azuza las protestas en Hong Kong
30 de septiembre de 2014 Luego de las escenas de violenta represión policial vistas el domingo, decenas de miles de personas salieron a las calles este lunes (29.09.2014) en Hong Kong, para expresar su apoyo a las exigencias de mayor democracia en el territorio administrado por China bajo la lógica de “un país, dos sistemas”. Las manifestaciones se extendieron más allá del distrito financiero y han desatado la mayor crisis política desde que la excolonia británica retornó a China en 1997.
“Éramos unos pocos cientos, y entonces vimos a miles de personas bloqueando el tráfico en (la autopista) Harcourt Road para unirse a las protestas. Esto fue más allá de nuestra imaginación”, dijo el organizador de Occupy Central, Eddie Chung, a dpa. Los manifestantes exigen la renuncia del administrador de la ciudad, Leung Chun-ying, y llamaron a los demás funcionarios a “estar del lado de la gente”.
Debido a que muchos portan paraguas para protegerse del gas lacrimógeno y pimienta, pero también del sol, algunos llaman “revolución de los paraguas” al movimiento. Al parecer para tranquilizar la situación, la policía anunció que retiraba a las fuerzas especiales antidisturbios. Como argumento señaló que los manifestantes se comportaban de manera pacífica. Hacia la noche, la presencia policial se vio fuertemente reducida, mientras los jóvenes permanecían sentados en la autopista.
China alza la voz
China advirtió a las potencias extranjeras en contra de apoyar las protestas prodemocráticas, a las que calificó de “actividades ilegales”. “Esperamos que los países relevantes cuiden sus palabras y acciones, que no interfieran en los asuntos internos de Hong Kong y que no apoyen a Occupy Central y otras actividades ilegales a través de ninguna medida”, dijo la portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying.
Esto, luego de que Taiwán pidiera a Pekín que “escuche con cuidado las demandas del pueblo”. Posteriormente se sumó Gran Bretaña, que respaldó las peticiones de sufragio universal, y Estados Unidos, que dijo apoyar las libertades fundamentales. Mientras, en un discurso televisivo, el primer ministro de la metrópolis, Leung Chun-ying, llamó a los siete millones de habitantes a la calma y el orden. El detonante de las protestas es una reforma electoral en la que China admite en 2017 la elección directa del gobernador, pero con candidatos elegidos por Pekín.
DZC (dpa, Reuters, EFE)