Republicanos instan a suspender acogida de sirios en EE. UU.
17 de noviembre de 2015
El presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU. exhortó al Gobierno a suspender la acogida de refugiados sirios en el país "hasta que no haya certeza" de que no supondrán un peligro terrorista.
El presidente de la Cámara de Representantes estadounidense, el republicano Paul Ryan (en la imagen), instó este martes (17.11.2015) al Gobierno a suspender la acogida de refugiados provenientes del país árabe "hasta que no haya una certeza al cien por cien" de que no supondrán un peligro terrorista.
Desde los atentados ocurridos el pasado viernes 13 en París, en los que murieron 129 personas, la oposición republicana ha mostrado sus reticencias a permitir la entrada a EE. UU. en calidad de refugiados a ciudadanos sirios.
Alrededor de una treintena de estados, gobernados en su mayoría por conservadores, ha manifestado su oposición a aceptar refugiados en sus territorios ante el riesgo de que puedan tener vínculos terroristas.
Obama: “No cerremos nuestro corazón”
El Gobierno del presidente Barack Obama anunció el pasado septiembre que Estados Unidos acogería hasta 10.000 ciudadanos sirios durante el año fiscal 2016, que empezó el 1 de octubre, un plan que la Casa Blanca reiteró tras los ataques.
Sin embargo, entre los republicanos se está extendiendo un sentimiento de rechazo hacia la acogida de los mismos, e incluso algunos congresistas conservadores han amenazado con bloquear los fondos del Gobierno para tal fin a través del Legislativo.
Desde la cumbre del G20 en Turquía Obama sostuvo por su parte que Estados Unidos debe mantener el compromiso con sus valores de la tolerancia y aceptación de los inmigrantes. "Las personas que huyen de Siria son los más perjudicados por el terrorismo. Es muy importante que no cerremos nuestro corazón a las víctimas de esa violencia y que no empecemos a equiparar de ningún modo la cuestión de los refugiados con el tema del terrorismo", aseveró el mandatario.
La tasa de aceptación actual de refugiados sirios es de alrededor del 50 por ciento de las solicitudes, mientras que la otra mitad son rechazadas o responden a casos pendientes de una investigación más exhaustiva.
VT (efe, dpa)
El campo de refugiados de Moria
Los refugiados que llegan a Lesbos son enviados a Moria, para ser registados. Debido a las largas colas, las malas condicios higiénicas y la falta de recusos, algunos lo consideran el peor campo de refugiados del mundo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Refugiados y refugiados
Al llegar a Lesbos, los refugiados son separados. Los sirios son enviados al campo de Kara Tepe, donde la mayoría dispone de un alojamiento sólido. Los de otras nacionalidades son llevados al campo de Moria, el primer centro para el registro de personas que dejaron sus países huyendo de la miseria. Allí, los refugiados duermen en carpas o a la intemperie, a la espera de poder viajar a Atenas.
Imagen: DW/D. Cupolo
Demasiada gente
El hacinamiento causa a menudo fricciones, como en esta cola para la comida. De acuerdo con un informe de la ONU, el campamento fue concebido para 410 personas. Sin embargo, hay allí entre 2000 y 4000 refugiados, dice Fred Morlet, que coordina el trabajo de los voluntarios en Lesbos. "Desde el principio faltaron recursos y ahora éste se ha convertido en el peor campo de refugiados del mundo".
Imagen: DW/D. Cupolo
Escasez de alimentos
Ramona Brongers, fundadora de la fundación Live for Lives, comenzó a trabajar con su ONG en Moria después de haber visto un llamado de auxilio en internet. "Preparamos 1.500 raciones al día, pero nunca basta para dar comida a todos", cuenta. Y agrega: "Ayudamos como podemos, pero los problemas son enormes y las organizaciones más grandes no asumen la responsabilidad".
Imagen: DW/D. Cupolo
"Dormir entre la basura"
Brongers relata que sus 36 voluntarios se vieron superados por las labores de aseo y recolección de desperdicios. "Mire a su alrededor, la gente duerme en la basura", dice Brongers. Acota que "es imposible mantener este lugar limpio; siempre estamos al borde de una epidemia". Hace poco se reportó un brote de sarna en el campo de Kara Tepe.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falta de motivación
Morlet reprocha la actitud de los encargados del campamento. "Los funcionarios todas luces no está motivados y a veces no vienen a trabajar, lo que implica que los refugiados no son registrados, mientras sigue llegando más y más gente. Dos horas de dilación significan un desastre humanitario".
Imagen: DW/D. Cupolo
Caminante descalzo
"Caminé de Pakistán a Turquía sin zapatos", dice Fiaz Uddah (al centro), quien espera que llamen su número. "Dormimos así, en estas cajas de cartón. No tenemos mantas", dice por su parte su amigo Israr Ahmed. Y añade: "Hacemos esto porque no queremos que nuestros hijos vivan como nosotros".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Quién decide?
Arshid Rahimi, un afgano veinteañero de Ghazni, dice que su madre lo forzó a partir después de que su padre y su hermana fueran asesinados durante un ataque talibán contra una escuela cercana a su casa. "Mi vida se veía amenazada por los talibán, pero aquí la gente dice que he venido por razones económicas", señala, y pregunta: "¿Quién decide si soy un refugiado o no?"
Imagen: DW/D. Cupolo
"Se parece a Guantánamo"
Algunas familias pueden quedarse en las carpas de Moira, que son escasas, pero Morlet compara el campamento con una prisión. "Con cercos y alambrada de púas, se parece a Guantánamo", comenta. No obstante, predice que el número de refugiados no se reducirá. "Hay quienes dicen que el invierno los frenará, pero el mar es más calmado en invierno", apunta.
Imagen: DW/D. Cupolo
En manos de Dios
"Cuando estaba a bordo del bote en que vine hacia acá, en medio del océano, comprendí que estamos solos, en las manos de Dios", dice Pejman Usefi, un afgano que vivía en Irán. "Si Dios decide salvarte, entonces te salvarás. Así es como veo mi situación en este campamento".