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¿Batalla Jurídica?

Michael Knigge5 de noviembre de 2012

La carrera entre Obama y Romney por la presidencia de Los Estados Unidos hace recordar las disputadas elecciones del año 2000. Pero esta vez los participantes se encuentran preparados para dar la batalla jurídica.

Candidatos Romney y ObamaImagen: picture-alliance/dpa

Si se tomaran como punto de comparación las elecciones presidenciales de hace 12 años, podría decirse que las de este 6 de noviembre representarán un verdadero drama electoral. El duelo entre Barack Obama y Mitt Romney es aún más disputado que el que sostuvieron George W. Bush y Al Gore en el año 2000. La carrera por la presidencia se decidirá muy probablemente por un margen estrecho de votos. En la contienda electoral de 2000, Bush lideraba para esta fecha la mayoría de las encuestas con una diferencia de varios puntos porcentuales.

Candidatos a la Presidencia del año 2000, Bush y Gore.Imagen: AP

Pero por muchas otras circunstancias, es claro que las próximas elecciones no pueden equipararse a las del año 2000; después de todo, Obama es el presidente en busca de su reelección. Además, la economía del país se encuentra en una situación claramente más crítica y en esta ocasión frente a Obama y a Romney no hay ningún aspirante adicional al primer cargo del ejecutivo que pueda obtener casi el tres por ciento de los sufragios, como fue el caso de Ralph Nader en 2000.

Un suceso poco habitual

No puede perderse tampoco de vista que, conforme al sistema electoral norteamericano, finalmente no es la mayoría de los votos directos los que deciden la elección, sino la de los votos obtenidos por los delegados a los llamados Colegios Electorales.

Pero, aunque la elección resultara ser tan reñida como puede esperarse, ello no significaría necesariamente una reedición de la contienda del año 2000.

“Para que ello suceda, se requiere que la elección no sea tan solo estrecha, sino demasiado estrecha”, indica Rick Hasen, profesor de derecho de la Universidad de California en Irvine y autor del libro recientemente publicado The Voting Wars. A lo cual añade: “Y ello tendría que darse en un Estado en el cual los votos por los delegados de los Colegios Electorales sean importantes”. Hace 12 años George W. Bush ganó las elecciones después de una disputa jurídica de más de un mes en Florida. Entonces, los Demócratas y Republicanos se encontraban relativamente poco preparados para el caos electoral que se avecinaba. Hoy, por el contrario, ambas partes se encuentran a la expectativa de lo que podría ser una batalla ante los tribunales.

Enseñanzas de Florida

“Ciertamente hemos aprendido la lección después de lo sucedido en Florida”, dice John Hardin Young, consejero hace 12 años del grupo de abogados asesores de Al Gore. “Ambos partidos tienen hoy en día abogados que hacen seguimiento del proceso electoral en todos los estados”, afirma.

Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos.Imagen: dapd

En su calidad de experto, Young supervisará el proceso del 6 de noviembre como coordinador de los Demócratas en Virginia; un Estado considerado como un verdadero “campo de batalla”. Young confía que todos los problemas que surjan en el proceso de votación podrán ser resueltos de inmediato en el lugar y momento en los que se presenten.

Partidos a la defensiva

A todo lo anterior se suma que los tristemente célebres tarjetones electorales de Florida, las denominadas “tarjetas mariposa”, así como las discutidas máquinas de perforación de tarjetones, dejarán de ser utilizados.

A pesar de las mejoras en la infraestructura, el número de confrontaciones jurídicas en las elecciones de los últimos 12 años se ha más que duplicado, recalca Hasen. Esa vasta experiencia con las disputas legales en las elecciones locales, de gobernadores y congresistas, también habría cambiado la actitud de los partidos: “Los partidos se han hecho más agresivos y están mucho menos dispuestos a aceptar derrotas electorales por márgenes estrechos”, constata el experto. Incluso hasta hoy, en la antesala de las elecciones, se han iniciado numerosos procesos en diversos estados. Las disputas se refieren en su mayoría al intento de los Republicanos de exigir requisitos de identificación más estrictos para los votantes. Los Demócratas replican que se trata de una estrategia abierta para dificultar el voto a sus electores.

Puesto de votación en EE.UU.Imagen: picture-alliance/ dpa

Con miras a las elecciones del 6 de noviembre, Hasen y Young pronostican que habrá que volver a contar votos en las elecciones al Congreso. Sin embargo consideran como poco probable que esto se dé en las elecciones presidenciales. Un caos electoral similar al que se dio en 2000, solo tiene antecedentes en la historia en el año 1876.

Lo peor que podría suceder

Hay un punto crucial sobre el cual los expertos tienen opiniones encontradas. Para Young, las crecientes controversias jurídicas no representan ningún problema, sino más bien una expresión de un sistema jurídico consolidado y por tanto deseable para la democracia.

“A mí me preocupa nuestra democracia”, dice por el contrario Hasen, teniendo en cuenta todos los cambios que se han dando en los últimos 12 años. En el año 2000 no existían Twitter, Facebook, ni otras plataformas mediáticas. “Me preocupa que en el caso de unos resultados electorales apretados entre los dos candidatos, los comentarios políticos en las redes sociales puedan convertirse en protestas en las calles”, argumenta.

Autor: Michael Knigge/ Andrés Villegas

Editor: Emilia Rojas

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