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Resistencia contra la OMC

ers.10 de agosto de 2003

Con un llamado a la movilización contra la próxima conferencia de la Organización Mundial de Comercio y los consorcios multinacionales terminó un encuentro de adversarios de la globalización, celebrado en Francia.

Multitudinario campamento anti-globalización en Larzac.Imagen: AP

Mientras los expertos en política de desarrollo advierten sobre las graves consecuencias que tendrían un fracaso de la próxima reunión de la Organización Mundial de Comercio (OMC), a desarrollarse en septiembre en Cancún, comienza a fraguarse la resistencia contra dicho encuentro. Los detractores de la globalización acaban de dar este fin de semana una muestra impresionante de su poder de convocatoria en el sur de Francia, donde se reunieron más de 150 mil personas, para discutir sobre los efectos perjudiciales del nuevo esquema económico mundial y preparar protestas.

En procura de "Otros Mundos"

"Otros mundos son posibles": ese fue el lema del encuentro al aire libre de "Larzac 2003", en el que el gobierno conservador de París ve el "retorno de una extrema izquierda organizada". Sin embargo, las motivaciones de la gente que acudió en masa al lugar, desde distintas regiones del país, no responden a los antiguos cánones ideológicos. Entre ellos se contaban personas contrarias a la OMC, activistas anti-energía atómica, pacifistas, agricultores ecológicos, maestros afectados por los recortes presupuestarios y muchos jóvenes en busca de orientación. Su común denominador es la percepción de que la globalización no está al servicio de la gente, sino de los intereses económicos de los grandes consorcios.

José Bové, cual moderno Robin Hood, declara la guerra a la OMC.Imagen: AP

El líder campesino francés José Bové, aclamado por los presentes como una especie de moderno Robin Hood, lanzó una exhortación a movilizarse en contra de la reunión de la OMC. Según dijo, la Organización Mundial de Comercio intenta imponer a todos sus reglas, desde 1995, razón por la cual le atribuyó un carácter antidemocrático. "Esa cumbre debe fracasar y los 146 gobiernos participantes deben ser controlados por la población, para que no firmen nada en Cancún", afirmó el dirigente, quien sólo días atrás salió en libertad, tras haber sido arrestado por transgresiones en el marco de su campaña contra los alimentos genéticamente manipulados.

La otra cara de la medalla

Poco eco encuentran en el movimiento antiglobalización argumentos como los recientemente esgrimidos en Bonn por el director del Instituto Internacional de Estudios sobre Política Alimentaria, Joachim von Braun. El experto indicó que la paciencia de los países en vías de desarrollo se acaba dado que, pese a todas las declaraciones de intención, las naciones industrializadas siguen adelante con su proteccionismo comercial y sus subvenciones a la exportación, devastadoras para el mercado agrícola del Tercer Mundo.

Según von Braun, si los países pobres se retiran de la OMC, se producirían "consecuencias dramáticas" para la economía mundial y la ayuda al desarrollo. El resultado sería, a su juicio, una masa de acuerdos bilaterales, que sólo aumentaría la injusticia global. Una perspectiva que, a todas luces, no comparten las miles de personas que se dieron cita este fin de semana en Larzac.

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