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Resistencia de ONGs a TLC´s UE-América Latina

Mirra Banchón15 de marzo de 2013

Los acuerdos de libre comercio con Colombia, Perú y América Central se debaten en el Bundestag para su ratificación. Como sucedió en Bruselas, también en Berlín las organizaciones no gubernamentales los desaconsejan.

Imagen: C. Kovermann/terre des hommes

“Cuando se ve el efecto de la explotación del carbón en Colombia, en donde pueblos enteros han sido desplazados sin indemnización y con severas consecuencias para el medio ambiente y robándoles a los niños su derecho a un futuro, hay que preguntarse para quién son buenos estos tratados de libre comercio”, dice a DW Frank Garbers, coordinador de programas para América Latina de Terre des hommes, organización internacional que defiende los derechos de los niños.

Ésta, junto con Misereor y Fian (Food First, Information- und Aktion Netzwerk) de Alemania, piden al Parlamento Alemán que –en nombre de los derechos humanos- no ratifique los acuerdos.

Trabajo infantil en las minas de carbón en ColombiaImagen: picture-alliance / Godong

El proceso de ratificación

Los tratados de libre comercio con Perú, Colombia y América Central se debaten para su ratificación al Bundestag alemán. Aunque para la entrada en vigor de la parte comercial bastaba con el sí del Parlamento Europeo y de los países latinoamericanos, lo que tienen de diálogo político y de cooperación debe ser aprobado por las cámaras de los 27 países. En caso de que un país grande como Alemania o varios pequeños se opusiesen, el acuerdo con esas regiones tendría que ser replanteado.

El gobierno de Berlín, que como los otros de la UE dio el visto bueno a los acuerdos en el marco del Consejo de la Unión Europea, argumenta a favor de su ratificación: “dada la creciente globalización y la intensificación de los flujos comerciales entre Europa y América Latina, la Unión Europea ha reconocido que debe esforzarse por utilizar la complementaridad de las economías para incrementar el bienestar de los países, consolidar el crecimiento y mejorar las condiciones de vida de la gente”.

Las materias primas

Para Gustavo Hernández, de la Asociación de Organizaciones Latinoamericanas para el Desarrollo (ALOP), el motivo para rechazar estos acuerdos es, por un lado, el impacto negativo en las pequeñas y medianas empresas latinoamericanas –las que mayor cantidad de puestos laborales crean- debido a un menor margen de maniobra y, por otro, la reprimarización de las economías del sur.

En cuanto a las bondades de la complementaridad de las economías, Hernández opina que “va a reforzar la tradicional división entre las economías industrializadas y las que entregan materias primas”.

“A largo plazo, los tratados de libre comercio son inviables tanto para Europa como para América Latina”, explica Hernández, invitado a la audiencia en la comisión económica del Bundestag, previa a la ratificación de los acuerdos prevista para mitad de abril. “La reprimarización de las economías conlleva un agotamiento de recursos, con la consiguiente reproducción de la pobreza”, concluye.

Beneficiosos sí, pero ¿para quién?

Como fuere, Alemania y los países europeos requieren de esas materias primas. Y los países latinoamericanos parecen muy dispuestos a explotarlas. ¿Por qué habrían de no hacerlo? “La pregunta no es renunciar o no a las materias primas, sino cómo se hace. La pregunta es si en los países, de verdad, la gente está a favor. Esto no puede suceder unilateralmente sobre las espaldas de ciertos grupos sociales”, opina.

La “Hoja de Ruta” –que contiene una lista de medidas para mejorar las condiciones laborales y de derechos humanos- a la que se comprometieron los gobiernos de Colombia y Perú, no basta para muchas organizaciones de la sociedad civil -Terre des hommes entre ellas-, por no ser lo suficientemente vinculante.

Trabajo infantil en Perú.Imagen: A. Recknagel/terre des hommes

Antes de firmar acuerdos, según Garbers, “hay que desarrollar estándares y esto no ha sucedido en los últimos años ni en Colombia, ni en América Central, ni en Perú. Ha habido pueblos enteros afectados por la acaparación de tierras, sea por biocombustibles o por la minería. Esto no puede ser. No se puede partir solamente de los intereses comerciales de las élites económicas y del crecimiento. Si se quiere fomentar el comercio –que florece igual sin tratados de libre comercio- hay que preguntarse primero a quién beneficia y tener en cuenta a los grupos a los que los efectos positivos no llegan”.

Y aunque su ratificación es casi un hecho consumado, Garbers afirma tener una mínima esperanza de que el Bundestag no los ratifique en aras de los derechos humanos, pues los TLC´s sólo significarían que “los aranceles caigan y se faciliten inversiones en campos que sabemos sensibles. Y que tendrán efecto negativo en las probabilidades a futuro de los niños”.

Autora: Mirra Banchón
Editora: Emilia Rojas

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