Empresas en la mira por participar en la dictadura argentina
Eva Usi
28 de febrero de 2020
Jonathan Perel documenta la participación empresarial en la represión de la dictadura militar en Argentina, y el plan económico que permitió amasar grandes fortunas a una élite que sigue influyendo en el país.
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La dictadura militar argentina (1976-1983) recibió un activo respaldo de un grupo de empresas que ayudaron a reprimir y desaparecer personas con un objetivo: promover la instalación de un nuevo modelo económico.
El cineasta, nacido en Buenos Aires en 1976 y autor de El Predio (2010) y Toponimia (2015), ha dedicado su filmografía al genocidio orquestado desde el Estado, y no por ser hijo de desaparecidos, sino porque la dictadura, según él, atravesó a la sociedad argentina y en particular a su generación.
La cinta de 68 minutos muestra imágenes de consorcios y fábricas, la mayoria filmadas a primera luz del día, y vistas desde el interior de un automóvil. La voz de Perel es el hilo conductor de la cinta, que narra la colusión de esos consorcios en la dictadura militar que dejó un saldo de más de 30.000 desaparecidos.
DW: ¿Por qué se interesó en hacer un documental sobre este informe que ya había sido publicado?
Jonathan Perel: En este momento en Argentina, discutir la responsabilidad civil, la responsabilidad empresarial es el paso que nos falta dar. Los libros son dos tomos muy grandes de 600 páginas publicados en forma digital en 2015. Están disponibles online pero no tienen una presencia física. Se imprimieron muy pocos volúmenes porque fue el momento previo al cambio de gobierno. El gobierno de Macri fue bastante negacionista de la dictadura, por eso se apuraron para presentar el libro. Lo que yo busco con la película es darle visibilidad. El cine tiene esa capacidad de llegar a un público más amplio. Después, si uno quiere leer los dos tomos, ahí están. Son 25 empresas, pero son 32 fábricas las que retrata la película.
¿Por qué el formato donde se muestran únicamente las fachadas de las empresas?
Para mi era muy importante poder filmarlas a todas. No me servía filmar algunas y a otras no. Porque no soy yo, sino el Estado argentino el que determina que fueron 25 las empresas que colaboraron con la dictadura. Ese fue el formato que encontré para incluírlas a todas. Ninguna de estas empresas ha hecho un trabajo de investigación para dar cuenta de su participación.
¿Pero sí han recibido demandas de familiares de las víctimas?
La mayoría de estas empresas tienen juicios abiertos, pero solamente Ford tiene una condena firme, que es ejemplar a nivel mundial. Hay gerentes de Ford condenados por crímenes de lesa humanidad. Fiat era muy grande porque el complejo industrial en Córdoba era muy grande. Algunos de esos casos son muy conocidos en Argentina. El caso de Ledesma es muy conocido, igual el de Mercedes Benz y el de Ford, y otros, no tanto.
La cinta tematiza el golpe asestado a la lucha sindical en Argentina, que permitió a esos grupos empresariales reducir drásticamente sus costos laborales, y trasladar al Estado su deuda.
Es el plan económico que triunfa y que se impone hasta el día de hoy: reducir costos laborales, tomar deuda privada y transformarla en deuda pública. La familia de los Macri es quien compra Fiat en los 80, y son quienes estatizan esa deuda en 1982, 1983. Es un plan económico que triunfó. Antes de la dictadura se discutía en Argentina sobre el porcentaje de participación en las ganancias empresariales que correspondían a los trabajadores. Eso quedó enterrado. Ya no hay ninguna posibilidad de que haya una participación en las ganancias para los trabajadores.
En el documental se ven algunos edificios abandonados...
Me interesaba demostrar que la mayoría de las empresas sigue echando humo y produciendo. Hay algunas abandonadas pero son la minoría. De las 32 fábricas, unas 4 o 5 están abandonadas. En general, son plantas que han cerrado porque se han relocalizado, como es el caso de Grafa: la planta de Buenos Aires se relocaliza a Tucumán para bajar los costos laborales. En el caso de la Fiat, también cierra una de las plantas, pero están las otras cuatro activas. En cuanto a Alpargatas, hay una abandonada, pero hay otras dos funcionando. Algunas de las empresas han cambiado de manos, pero la gran mayoría siguen siendo las mismas, sobre todo las más grandes, las automotrices, los grandes grupos económicos, los ingenios azucareros. Con excepción de uno, que cambió de manos.
(cp)
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Megajuicio a represores: un hito en la historia de Argentina
La dictadura argentina (1976-1983) fue duramente juzgada en una megacausa que condenó por crímenes de lesa humanidad a 48 militares.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/E. di Baia
El golpe
El general Jorge Rafael Videla (centro) jura como presidente de la República Argentina, el 24 de marzo de 1976, acompañado por el almirante Emilio Massera (izq.) y el brigadier Orlando Agosti (der.), miembros de la cúpula militar que derrocó a la entonces presidenta democrática Isabel Perón, esposa de Domingo Perón. Todos los que posan en la foto fueron condenados por crímenes de lesa humanidad.
Imagen: AP
Cuando empezó el horror
Dos soldados del ejército leen un periódico en la Plaza de Mayo, en el corazón de Buenos Aires, el día en que las Fuerzas Armadas tomaron el poder. Durante los siete años (1976-1983) que duró el gobierno militar, las fuerzas armadas emprendieron una campaña contra opositores políticos y movimientos culturales. Los grupos de derechos humanos elevan la cifra de desaparecidos a 30.000.
Imagen: AP
Nunca más
La CONADEP fue una comisión creada por el ex presidente Raúl Alfonsín en 1983, tras el advenimiento de la democracia en Argentina, que investigó violaciones a los DD. HH. durante la dictadura bajo la dirección del escritor argentino Ernesto Sábato. Su informe final "Nunca más" dio paso a los primeros juicios a los jefes militares, entre ellos Rafael Videla y Emilio Massera (ver primera foto).
Imagen: picture-alliance/dpa
"Perdón" a los represores
Apenas asumió en 1989, el ex presidente Carlos Menem (der.), anunció una serie de decretos que indultaron a los responsables del golpe, librándolos de toda posibilidad de juzgamiento. El beneficio extendió el “perdón oficial” a los jefes militares procesados no favorecidos por las leyes de “Punto Final” y “Obediencia Debida”, promulgadas por el expresidente Ricardo Alfonsín (izq.) en 1986 y 1987.
Imagen: Daniel Garcia/AFP/Getty Images
Juicios en marcha
El entonces presidente Néstor Kirchner promulgó, el 2 de septiembre de 2003, la ley 25.779 que declaró la nulidad de las leyes de “Obediencia Debida” y “Punto Final”, que hasta ese momento frenaban los juicios de lesa humanidad. A su tiempo y en un decisión histórica, la Corte Suprema de Justicia habilitó el juzgamiento de cientos de represores que habían sido indultados en los 80.
Imagen: picture alliance/dpa
Madres y Abuelas de Playa de Mayo
Las Madres de Plaza de Mayo, primera organización en denunciar los crímenes de la dictadura junto con las Abuelas de Plaza de Mayo, marchan con una pancarta con retratos de desaparecidos por la conmemoración, en 2015, del 39° aniversario del golpe. Los jueves de cada semana de todo el año, desde 1977, realizan su emblemática marcha alrededor de la Pirámide de Mayo frente al Palacio de Gobierno.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Mabromata
El "Ángel de la Muerte"
Alfredo Ignacio Astiz, conocido como el Ángel de la Muerte, fue un capitán de la Armada Argentina y operó durante la dictadura militar argentina como infiltrado en las organizaciones de derechos humanos. Este jueves (30.11.2017) fue condenado a cadena perpetua por la desaparición de las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Dumont y la muerte de la sueca Dagmar Hagelin, entre otros crímenes.
Imagen: picture alliance/dpa/picture-alliance
Arrojadas al mar
Alice Domon, apodada Caty, fue una monja católica francesa secuestrada durante la dictadura argentina y arrojada desde un avión militar entre el 17 y 18 de diciembre de 1977 en el mar argentino, cerca de la localidad de Santa Teresita, junto con Léonie Henriette Duquet, compañera de Domon en la congregación. El caso de ambas es mundialmente conocido como el de "las monjas francesas".
Imagen: Getty Images/AFP
El día de su muerte
Léonie Henriette Duquet fue una monja católica francesa detenida-desaparecida durante la dictadura militar. Al producirse el golpe militar, ella y Domon empezaron a participar en las organizaciones de DD. HH., algo que definió su participación en una solicitada crítica al gobierno militar publicada por el diario La Nación el 10 de diciembre de 1977, el mismo día de su desaparición.
Imagen: Getty Images/AFP
Los NN
Personal del Equipo de Antropología Forense (EAAF) trabaja en una exhumación de cadáveres en el cementerio de San Vicente en Córdoba, Argentina, en 2003. El EAAF es una ONG científica argentina creada en 1984 con el fin de ayudar a identificar restos de personas vinculadas a crímenes de la dictadura. Desde el año 1986 trabajó en más de 30 países, incluidos Bosnia, Angola, Kosovo y Sudáfrica.
Imagen: picture-alliance/dpa
El papa Francisco
El Premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel, habla con medios después de una reunión privada en el Vaticano con el Papa Francisco, en Roma, el 21 de marzo de 2013. Esquivel defendió a Francisco contra numerosas acusaciones en su contra por complicidad con las Fuerzas Armadas que gobernaron argentina aludiendo a una “diplomacia silenciosa”.
Imagen: Reuters
Reencuentro
Estela de Carlotto (der.), presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, abraza a su nieto Guido, el hijo de su hija Laura desaparecida en 1976 y la persona 114 identificada por el grupo, en Buenos Aires, el 8 de agosto de 2014. Ignacio Hurban, secuestrado durante la dictadura, nació en realidad como Guido Montoya Carlotto, hijo de un prisionero político asesinado por el régimen militar.
Imagen: Getty Images/AFP/L. La Valle
Frente al tribunal
En una vista general de la audiencia de sentencia, los 52 soldados y los dos civiles que fueron sentenciados el miércoles (29.11.2017), escuchan el veredicto del tribunal por los llamados “vuelos de la muerte” y otros crímenes cometidos en el centro de tortura Escuela de Mecánicos de la Armada (ESMA).
Imagen: Getty Images/AFP/J.G. Toledo
Obama presente
El ex presidente de EE. UU., Barack Obama (izq.), y el actual presidente argentino, Mauricio Macri (der.), arrojan flores al río desde el Parque de la Memoria en el 40º aniversario del golpe de Estado de 1976. Desde que Macri asumiera el gobierno, más de 50 represores condenados fueron beneficiados con la prisión domiciliaria, según la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.
Imagen: Getty Images/AFP/N. Kamm
Hollande por la memoria
El ex presidente francés, François Hollande (der.), también visitó el Parque de la Memoria, el 25 de febrero de 2016, para arrojar flores al Río de la Plata en memoria de los desaparecidos durante la dictadura. Lo acompaña la presidenta de Abuelas de la Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, movimiento que busca niños secuestrados por el régimen militar para regresarlos a sus familias legítimas.
Imagen: picture-alliance/dpa/D. Fernandez
Visita de Steinmeier
El entonces ministro de Relaciones Exteriores de Alemania y actual presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier (der.), y la directora de la ONG Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto (izq.), tienen flores en sus manos antes de arrojarlas el río para honrar a las víctimas de la dictadura argentina, en el Parque de la Memoria en Buenos Aires, Argentina, el 3 de junio de 2016.
Imagen: picture-alliance/dpa/V.R.Caivano
El Megajuicio
El ex capitán de la armada Jorge Eduardo Acosta (izq.), el ex espía Alfredo Astiz (segundo a la izq.), apodado "el Ángel de la Muerte"; y otros miembros de las Fuerzas Armadas esperan la sentencia del Tribunal Oral Federal N° 5 en Buenos Aires, este miércoles (29.11.2017). Acosta y Astiz fueron sentenciados a cadena perpetua junto con otros 46 represores, que también fueron condenados.
Imagen: picture-alliance/AP Images/V.R. Caivano
Esperanza
Al cumplirse 40 años del último golpe de Estado de la historia argentina, el 24 de marzo de 2016, se hicieron públicos datos de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad de Argentina, informando que hasta entonces habían sido condenados 703 represores en 156 sentencias. Sin embargo, el informe también alertó que “únicamente el 25% de las personas condenadas tiene su sentencia firme".