Retiran del cargo a jefe de la Policía Federal de México
30 de agosto de 2016
Luego de publicarse un informe que vincula a agentes con casos de tortura y ejecuciones extrajudiciales, el Gobierno decidió tomar cartas en el asunto.
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Este lunes (29.08.2016), y tras conocerse el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) de México, donde se documentaron varias ejecuciones extrajudiciales realizadas por agentes de la Policía, el Gobierno de ese país decidió relevar de su cargo, por orden del presidente Enrique Peña Nieto, al jefe de la Policía Federal, Enrique Galindo, quien será reemplazado por el licenciado Manelich Castilla.
“En el marco de los hechos recientes y por instrucciones del presidente de la república, el comisionado general de la Policía, Enrique Galindo, se ha separado de su cargo”, anunció en un mensaje a los medios el secretario de Gobernación (ministro del Interior), Miguel Ángel Osorio Chong. La salida de Galindo tiene como objetivo “facilitar que las autoridades correspondientes lleven a cabo una investigación ágil y transparente, de cara a la ciudadanía", señaló Osorio.
En el informe de la CNDH se señala que policías federales ejecutaron arbitrariamente a 22 personas en un tiroteo que dejó 42 civiles y un policía muertos en mayo del año pasado en un rancho de la comunidad de Tanhuato, en el estado de Michoacán (oeste). Asimismo, los investigadores hallaron evidencias de que los agentes incurrieron en actos de tortura, uso excesivo de la fuerza y manipulación de la escena del hecho al colocar armas de fuego “deliberadamente” a 16 cadáveres.
Niegan abusos
Los 42 civiles muertos en Tanhuato eran miembros del cartel de Jalisco Nueva Generación, que se enfrentaron a la Policía. En su momento, lo ocurrido fue calificado de “masacre” por los familiares de los fallecidos, pero Galindo, como jefe de la Policía, negó categóricamente que se realizaran ejecuciones. El Gobierno niega los abusos señalados, pero ha anunciado que no encubrirá a nadie si se prueban las acusaciones.
Tras el informe, el comisionado nacional de seguridad, Renato Sales Heredia, también rechazó las presuntas ejecuciones al decir que la Policía actuó en legítima defensa, pero aceptó las recomendaciones emitidas por la CNDH y aseguró que si alguno de los elementos de seguridad había incurrido en delito, sería castigado. El nuevo comisionado Castilla “se ha desempeñado como comisario de la división de Seguridad Regional de la Policía Federal y hasta el día de hoy fungía como el titular de la división de Gendarmería”, dijo Osorio.
DZC (dpa, EFE, Reuters)
Alcaldes en México: de cara al peligro (08.2016)
Alcaldes y funcionarios municipales en México viven en peligro, algunos por combatir el crimen, otros, por participar.
Imagen: Getty Images/Spencer Platt
Decenas de muertes
Organizaciones como la Asociación de Autoridades Locales de México y la Asociación Nacional de Alcaldes calculan entre 79 y 84 funcionarios municipales o locales muertos de manera violenta entre 2006 y agosto de 2016. La lista incluye alcaldes en funciones, exalcandes, regidores y síndicos.
Imagen: picture-alliance/AP Photo/P. Spencer
Casos diversos
El caso más reciente al 3 de agosto de 2016 es el de José Santamaría Zavala, alcalde de Huehuetlán El Grande, en el estado de Puebla. Santamaría ya había sufrido un atentado en 2015 y logró sobrevivir. Pero ahora fue emboscado y acribillado. Una de las líneas de investigación apunta al robo de la nómina del municipio como motivo del asesinato.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Cortés
El violento Guerrero
Días antes, el 22 de julio de 2016, un comando armado dio muerte al alcalde de Pungarabato, Guerrero, Ambrosio Soto Duarte. “Mataron a mi primo, estoy amenazado por la delincuencia organizada”, había escrito Soto en su cuenta de Twitter. Tras el crimen, 63 alcaldes de Guerrero solicitaron urgentemente reforzar la seguridad en el turbulento estado mexicano.
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La respuesta de la sociedad
Crímenes contra alcaldes han desatado protestas ciudadanas en México. En muchos municipios, corrupción y delincuencia organizada mantienen a la ciudadanía como víctima entre las pugnas de distintos grupos de interés. La sociedad pide mayor seguridad para sí y para los funcionarios honestos.
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Lucha que cuesta la vida
Uno de ellos era al alcaldesa de Temixco, Gisela Mota Ocampo. Ella había prometido luchar contra la criminalidad organizada que campea en ese municipio del estado de Morelos. Pero solo se mantuvo unas horas en el cargo. Un comando ingresó en su casa y asesinó a la funcionaria de 33 años.
Imagen: Reuters/Stringer
Familias y muerte
Aidé Nava (a la izquierda en la foto), en cambio, ni siquiera pudo llegar a la alcaldía de Ahuacuotzingo, también en el estado de Guerrero. Siendo candidata a ocupar ese puesto, fue brutalmente asesinada como advertencia del crimen organizado a "los políticos que no se quieran alinear". El esposo de Nava, exalcalde de Ahuacuotzingo (der.), también fue asesinado en 2014.
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Alcaldes victimarios
No todos los alcaldes mexicanos son ejemplo de honradez al grado de arriesgar la vida. El caso de José Luis Abarca, exalcalde de Iguala, Guerrero, le dio la vuelta al mundo junto con la noticia de la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa.
Junto con su esposa, María de los Ángeles Pineda (der.), Abarca fue vinculado a grupos delincuenciales como Los Rojos. Después de darse a la fuga, la pareja fue detenida en la ciudad de México y actualmente se encuentra en prisión. Algunas versiones indicaban que Abarca y Pineda dieron órdenes de detener y quizá ajusticiar a los estudiantes de Ayotzinapa, en connivencia con Los Rojos.
Imagen: picture-alliance/dpa
¿Licencia para ajusticiar?
Más reciente es el caso del alcalde del municipio de Álvaro Obregón, Michoacán, Juan Carlos Arreygue. Es señalado por familiares de víctimas como quien ordenó al subdirector de la Policía Municipal y a tres agentes la detención de diez hombres que luego aparecieron calcinados en una zona agrícola.
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Sin distingo de partido
Casos como el de Abarca-Pineda y Arreygue parecen ser aún la excepción, en un país con más de 2.400 municipios. Los alcaldes que han sido asesinados por oponerse al crimen organizado o por otra circunstancia son de todos los partidos políticos.