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Retrospectiva 2008: política exterior alemana

Nina Werkhäuser (vb/chp)29 de diciembre de 2008

La crisis financiera y las tropas en Afganistán fueron los mayores desafíos de la política exterior para el gobierno alemán en el 2008.

Un año difícil para la política de exteriores germana.Imagen: AP

El gobierno alemán no ocupó el primer plano en el evento más destacado del año en el rubro de la política exterior. Barack Obama fue la estrella. El candidato presidencial del Partido Demócrata visitó Berlín. Unas 200.000 personas ovacionaron su discurso. Los analistas políticos concuerdan en que el gobierno alemán nunca habría logrado convocar tal concentración alrededor de la Columna de la Victoria.

Miles de jóvenes alemanes aclaman a Barack Obama en Berlín.Imagen: AP

Este lugar fue un símbolo de buena suerte para Obama, tal como demostró su victoria en los comicios presidenciales estadounidenses en el mes de noviembre. La canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó ser “testigo de un triunfo electoral histórico". Felicitó cordialmente al futuro presidente de Estados Unidos.

En su discurso de Berlín, Obama destacó la cooperación transatlántica. Muchos alemanes opinan que George W. Bush la destruyó. La opinión pública germana casi ni tomó nota de la visita de despedida que Bush hizo a Merkel.

Merkel ha repetido claramente la posición política de Alemania hacia el exterior. En el caso de Afganistán bajo ninguna circunstancia se enviará soldados a los territorios en conflicto en el sur afgano. El gobierno alemán considera que su contribución para la estabilidad de Afganistán es suficiente. En octubre aumentó el contingente de tropas a 4.500 soldados.

"El aporte alemán en Afganistán no se limita a la presencia del ejército. También contribuimos con civiles a la reconstrucción de ese país. Y esto lo respeta y reconoce Estados Unidos y también su presidente electo”, destacó el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

Afganistán un pozo sin fondo

En 2008, Afganistán volvió a ser el tema de política de seguridad que más preocupación y dolor de cabeza provocó al gobierno alemán. Todavía hay dificultades en la formación profesional de la policía y del ejército. Los talibanes atacaron con frecuencia los campamentos y las patrullas del ejército alemán. En octubre murieron dos soldados alemanes víctimas de un atentado suicida cerca de Kundus, en el norte de Afganistán.

Franz Josef Jung en Afganistán.Imagen: AP

"Los soldados se encontraban en un vehículo blindado y el suicida se acercó con una bicicleta y detonó una carga explosiva de gran potencia que mató a los soldados y a cinco niños que jugaban en la cercanía", describió los hechos el ministro alemán de Defensa, Franz Josef Jung.

En 2008 el ejército fue el principal instrumento de la política exterior alemana: tropas en Afganistán, Kosovo, Bosnia, en el Cuerno de África y en las costas de Líbano, así como observadores en el sur de Sudán y en Georgia. Hacia fines de año se sumó la participación de marinos alemanes en la misión europea Atalanta contra la piratería en las costas de Somalia.

Sarkozy desplaza a Merkel

El 2007 estuvo marcado por grandes acontecimientos como la presidencia alemana del Consejo Europeo y la Cumbre del G-8 en Heiligendamm. En cambio 2008 fue un año sin mayor relevancia en política exterior. La política exterior alemana fue reservada, a veces indecisa. Parte de los logros alemanes de 2007 se vieron ensombrecidos por el inicio de la crisis financiera y el rechazo de los irlandeses al Tratado de Lisboa para reformar la Unión Europea.

Merkel dejó de ser la mujer de acción. Quedó sumergida en la sombra del escenario europeo ante el activismo del presidente francés, Nicolás Sarkozy. París criticó abiertamente al gobierno alemán por su reserva para adoptar un paquete de rescate de miles de millones para incentivar la coyuntura económica. Sarkozy, presidente en turno del Consejo Europeo, no la invitó a las reuniones de alto nivel.

Desacuerdos internos

Otro gran inconveniente para la política exterior alemana fueron las grandes diferencias entre los principales actores políticos: la canciller Angela Merkel (CDU) y el ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier (SPD).

En temas relacionados con China, Rusia o Siria no comparten una opinión. Mientras que Merkel prefiere un acercamiento directo, Steinmeier es partidario de la diplomacia y del diálogo. Estas posiciones conocidas, generaron situaciones confusas en la política exterior. Un regalo para la oposición: “Alemania no tiene una sino dos políticas exteriores”, ironiza Jürgen Trittin del partido ecologista Los Verdes.

Nicolás Sarkozy busca sin temor el contacto con el Dalai Lama.Imagen: AP

“Una se hace cargo de recibir al Dalai Lama y la otra es responsable de la relación con el gobierno de China. En el caso de Siria, el ministro de Exteriores es partidario de una apertura y la CDU y CSU (Unión Socialcristiana) lo critican por ello. En cuanto a la posición del gobierno sobre el emplazamiento de ojivas nucleares estadounidenses en territorio europeo, no hay una posición consistente”, destaca Trittin.

Esta desavenencia la palpó el Dalai Lama durante su última visita a Alemania. La ministra de Cooperación Económica, Heidemarie Wieczorek-Zeul, fue la única dispuesta a recibirlo. En 2007, el encuentro de Merkel con el Dalai Lama incomodó al gobierno chino y también al ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, quien consideró que el precio pagado por este encuentro fue muy elevado.

Frank Walter Steinmeier fue nominado candidato a canciller por parte de los socialdemócratas, malos pronósticos para la política exterior en el 2009. Obligatoriamente Steinmeir tiene que buscar destacar y diferenciarse de la actual canciller y esto significará previsiblemente una política exterior de bajo perfil para el 2009.

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