El diario alemán Die Welt opina: „Nueva York, Kabul, Bagdad, Madrid – la era del nuevo terror consume todas las fuerzas disponibles. Misiones en una región de crisis obligan a la retirada de otra. Las imágenes de los últimos dos días subrayan el gran riesgo que significa considerar los Balcanes un gran agujero negro y dejarlo en el abandono. La región es la puerta entre el Occidente y el Este, entre la cultura cristiana y la islámica. Últimamente se convirtió en un El Dorado para criminales, nacionalistas radicales y racistas brutales. Lo que se necesita ahora es una clara decisión: O se toma en serio el ideal de la coexistencia pacifica – en tal caso, por favor, más compromiso. O se llega a la conclusión frustrante del fracaso en el intento.”

Hipocresía

El rotativo austriaco Die Presse escribe: “A quién le interesan los Balcanes mientras terroristas islámicos amenazan a toda Europa con sus ataques sangrientos y la situación en Irak empeora cada vez más? Hasta poco obviamente a nadie. Los disturbios en Kosovo y en Serbia han despertaron de manera brutal a los políticos en Europa y EEUU de sus sueños. Sin embargo, suena demasiado hipócrita que políticos occidentales pretendan ahora haber sido completamente sorprendidos por los brotes de violencia. Las señales eran obvias para todos.”

Deberes del Consejo de Seguridad

El periódico británico The Times comenta: “La explosión de violencia en Kosovo muestra que la solución del conflicto étnico se encuentra tan lejos como hace cinco años. La OTAN, hay que admitir eso, ha reaccionado con rapidez. Sin embargo, Naciones Unidas ha intentado huir del tema. El conflicto iraquí desvió la atención del Consejo de Seguridad. Tarde o temprano hay que encontrar una solución para la ‘cuestión Kosovo’ que incluya un acuerdo sobre el futuro de la provincia. Hasta ese día, una prolongación de la violencia parece inevitable.”

El papel de la OTAN

El diario italiano La Repubblica escribe: “El brote de violencia en Kosovo es para el nacionalismo serbio una especie de revancha contra la OTAN, el enemigo militar, y contra el liberalismo, el principal enemigo ideológico. En Belgrado ya se declara con mucho entusiasmo el fracaso de la OTAN. Obviamente, Serbia tacha la guerra de la OTAN en 1999 como innecesaria. Sin embargo, sin la presencia de la alianza transatlántica en Kososvo la cifra de muertos en la región ya hubiese ascendido a cientos de miles. Por supuesto que la OTAN también cometió errores. Para evitar un enfrentamiento con el semi-criminal nacionalismo albanés, no lo combatió con la dureza necesaria.”