En Berlín, Condoleezza Rice repitió básicamente lo que venía diciendo ya en los últimos días. Afirmó que Estados Unidos actúa "de acuerdo a la ley" y que no practica la tortura, así como el compromiso del Gobierno de Washington de "proteger a sus ciudadanos" ante el "las nuevas guerras" y el terrorismo. "Tenemos la obligación de proteger a nuestros ciudadanos de grupos que intenten asesinar a personas como ha ocurrido ya en numerosas ciudades como Nueva York, Londres, Madrid o Casablanca", dijo Rice.

La secretaria de Estado admitió, indirectamente las informaciones difundidas por la prensa, respecto al secuestro de un ciudadano libanés-alemán por parte de la CIA, y dijo que lamentablemente pueden suceder tales "errores".

Por su parte, Angela Merkel hizo hincapié en la necesidad de buscar "un equilibrio" entre la defensa de los ciudadanos y la lucha contra "las amenazas globales" y el mantenimiento "de las reglas" democráticas.

Investigación en Alemania

Reiteradamente Rice insistió en las responsabilidades de los gobiernos en la protección de sus ciudadanos de la amenaza global del terrorismo, en la importancia del trabajo de las agencias de inteligencia, y en el sufrimiento de las miles de victimas de ataques terroristas. El mensaje no articulado quedó claro: cualquier medio para salvar esas vidas es aceptable.

Merkel anunció que el ministro de Asuntos Exteriores, Franz Walter Steinmeier, informará al Parlamento alemán sobre lo que el anterior gobierno sabía sobre la detención errónea de ese alemán, quien estuvo encarcelado en Afganistán durante cinco meses.

Steinmeier dará estas explicaciones no como actual titular de Exteriores, sino por el cargo que detentó en el anterior Ejecutivo de Gerhard Schröder, como jefe de Cancillería, precisó Merkel. La canciller insistió en la necesidad de respetar "las convenciones contra la tortura" y también en la necesidad de una "estrecha cooperación" entre los servicios secretos de los países aliados. Sin embargo, Merkel desvió la pregunta de un periodista sobre si EEUU y Alemania tienen diferentes definiciones de la tortura.

Los que torturan son los otros

En este punto se revela el apuro de la mayoría de los países europeos: no querer ser cómplice en torturas pero sí disfrutar de las informaciones que la CIA o sus aliados menos escrupulosos obtienen de ella.

Es de prever, que EEUU será en el futuro algo más cuidadoso al transportar o interrogar a sospechosos en territorio europeo. Pero las prácticas empleadas hasta ahora no cambiaran mucho. La CIA recurrirá aún más a países como Siria, Egipto u otros.

La tortura es un crimen de lesa humanidad, independientemente de dónde se cometa, sea en Polonia, Alemania, Egipto o donde sea. Todo parece indicar que lamentablemente, los países de la Unión Europea seguirán durmiendo su sueño del respeto de las reglas democráticas, mientras no sean ellos los que se ensucian las manos.