¿A quién no le gustaría hacerse con un robot inteligente? Uno que no repita siempre el mismo movimiento mecánico... uno dotado de cierta flexibilidad. Muchas industrias quieren producir "máquinas inteligentes" en el futuro. Los robots de la compañía holandesa Cellro son un ejemplo: son capaces de colocar un nuevo material, escoger una herramienta adecuada o ajustar el tiempo de procesamiento.