En el futuro los robots estarán más al servicio del hombre. Pero muchas "máquinas humanas" de laboratorio tienen hasta ahora poco de humano, un obstáculo para que sean aceptados por la gente. Un grupo de científicos de Augsburgo trabaja ahora en un robot empático.
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Alice, ese es su nombre, debe reconocer las emociones de la personas y reflejarlas en su propio rostro, ya que la mímica juega un papel muy importante en la comunicación humana.