El legendario rockero británico Ozzy Osbourne reveló este martes (21.01.2020) que padece párkinson, asegurando que ha sido un "choque", pero que está listo para volver a los escenarios. El exlíder de la banda Black Sabbath dijo que fue diagnosticado después de sufrir una caída a comienzos de 2019 que lo obligó a someterse a una cirugía, que además le causó un daño en los nervios.
"Ha sido un gran desafío para todos nosotros", dijo Osbourne al programa de televisión matutino Good Morning America, donde desmintió rumores que lo colocaban en su lecho de muerte. "Estoy lejos de eso", insistió. "Me siento mejor ahora que he hecho público que tengo párkinson, y solo espero que ellos (los fanáticos) me apoyen, porque los necesito".
Osbourne, de 71 años, dijo que estaba tomando una "gran cantidad de medicamentos" tanto para los daños de la cirugía como para el parkinson, pero que estaba ansioso por salir de gira otra vez. Actualmente tiene conciertos pautados en Norteamérica para mayo.
Osbourne también tuiteó el martes la letra de una de las canciones de su próximo álbum, incluyendo la letra: "Don't forget me as the colors fade" (No me olvides mientras los colores se desvanecen). Pospuso una gira en abril de 2019, diciendo en su momento que se estaba recuperando de "una lesión sufrida mientras lidiaba con un reciente ataque de neumonía".
"El mes que viene hará un año que estaba en un estado de choque", dijo Osbourne. El párkinson es una enfermedad del sistema nervioso que puede causar temblores, rigidez, lentitud de movimientos y dificultad para hablar. No es mortal, pero no tiene cura, y sus complicaciones pueden poner en peligro la vida. La esposa de Osbourne, Sharon, dijo que irán a Suiza en abril para buscar más opciones de tratamiento. (AFP)
30 años de Wacken: el heavy metal se apodera de un pueblo
El "Wacken Open Air" es uno de los festivales de heavy metal más grandes del mundo. Pero empezó como una fiesta popular pequeña. Hoy, acuden al encuentro metaleros de 80 países. Aquí les mostramos qué les fascina.
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"Explosión demográfica"
Cada primer fin de semana de agosto, la población del pueblo de Wacken, en el norte de Alemania, explota: a sus 2.000 habitantes, se añaden 80.000 metaleros. Así, el pueblo se convierte en la tercera ciudad más grande del estado federado de Schleswig-Holstein. Durante tres días, el "Wacken Open Air" ofrece de todo: campamento, duchas, guías, torres de iluminación y mucha música.
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La Meca de los Metaleros
Más de 150 espectáculos se presentan en 9 escenarios: junto con el festival francés "Hellfest" y el "Graspop Metal Meeting" en Bélgica, el "Wacken Open Air" (W:O:A) es uno de los festivales heavy metal más grandes del mundo. En 2019, la banda principal será Slayer, que ha sido denominada banda más dura del mundo. W:O:A es parte de su tour final.
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El inicio
En 1990, dos músicos de heavy metal del lugar tuvieron la idea de organizar un festival en la localidad. En la primera edición, miembros del club de motoqueros de Wacken funcionaron como personal de seguridad. 800 personas acudieron. Hoy, son 80.000.
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Peregrinos a la "tierra sagrada"
El área del festival es enorme: con un tamaño superior a 330 canchas de fútbol, se necesitan 45 kiómetros de vallas. El corazón lo constituye el área de los espectáculos, "Infield" (foto), que los visitantes llaman "tierra sagrada". Pero ya no es cualquier campo: drenajes, grava y rodillos aseguran que los metaleros no caigan en hoyos ni se hundan en el barro.
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Más rápido, duro y ruidoso: el who is who del rock pesado
Después del modesto inicio, cada vez más bandas internacionales se dieron cita en este pueblo. Motorhead y Iron Maiden siempre se presentan, Alice Cooper ha llegado varias veces desde EE.UU, y en 2013, Rammstein (foto) y Deep Purple presentaron unos shows explosivos. Los tres escenarios principales se llaman "Faster", "Harder" y "Louder".
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Campamento bien ordenado
El festival de Wacken desmiente evidentemente ciertos prejuicios: los metaleros no son violentos ni provocan caos. Pese al consumo de 10.000 litros de cerveza por hora, en 2016, solamente se registraron 20 incidentes con daños personales.
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Una tradición: resistir al clima
Wacken es un festival de verano. Pero en el norte de Alemania, esto no significa que haya sol. Al contrario: el "W:O:A" regularmente es inundado por la lluvia. Las batallas de barro son legendarias. Y el pronóstico de este ano lo confirma: lluvias intensas, granizo y borrascas. Un verdadero regalo "hardcore" para el 30° aniversario del "Wacken Open Air".
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Tubería de cerveza
Cerveza y minuciosidad: estos son los dos clichés más conocidos de los alemanes. En el Wacken Open Air, hay una simbiosis impresionante: el ducto de cerveza. En el pasado, camiones llevaban la bebida en cantidades increíbles. Pero dejaban un barrial. Ahora, gracias al ducto, la cerveza llega con más rapidez a la gente sedienta.
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Mundos paralelos
¡Bienvenidos al "Wasteland"! Aparte de la música, también hay algunas áreas temáticas, como esta: el colectivo de artistas "Wasteland Warriors" diseñó esta especie de mundo post-apocalíptico. Los disfraces siempre son hechos a mano, y crean un ambiente más bien apocalíptico.
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¡Aleluya, Wacken!
Pese al ruido y la basura, la mayoría de los habitantes del pueblo de Wacken se alegran por el festival. Muchos ayudan con el montaje y la distribución de la cerveza. Claro que también las tiendas locales se alegran por las avalanchas de visitantes. Y la iglesia del pueblo es parte del festival: como "Metal Church", ofrece conciertos de música folclórica y medieval, así como misas de metal.