Rodrigo Delgado: "el preso político en Chile no existe"
9 de agosto de 2021
"Los que están privados de libertad son personas que cometieron delitos, en un contexto de estallido social, pero delitos", dijo el ministro del Interior de Chile.
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El proyecto de ley que debate el Congreso chileno para liberar a las personas manifestantes que fueron detenidas durante las protestas sociales de 2019 "parte de una premisa falsa, que tipifica como presos políticos a delincuentes comunes", dijo el ministro del Interior y Seguridad Pública del país, Rodrigo Delgado, en una entrevista publicada este domingo (08.08.2021).
"Los que están privados de libertad son personas que cometieron delitos, en un contexto de estallido social, pero delitos. El preso político en Chile no existe, porque nadie está privado de libertad por cómo piensa", señaló el secretario de Estado al diario local El Mercurio. "Es un proyecto que no corresponde y más que un indulto es una amnistía. Por lo tanto, el concepto no aplica", agregó Delgado, que no descartó llevar el proyecto al Tribunal Constitucional para evitar que pueda convertirse en ley.
El proyecto, impulsado por la oposición de izquierda, se encuentra en su fase inicial y de momento solo se ha tratado en las comisiones del Senado, pero es uno de los temas que más controversia está generando en el país.
Varias manifestaciones se suceden cada semana en el centro de Santiago pidiendo la liberación de quienes consideran "presos políticos" y el asunto invade también el trabajo del órgano que redactará la nueva Constitución de Chile, que en una de sus primeras acciones aprobó una declaración pública para solicitar al Congreso que acelere la discusión del proyecto.
La Fiscalía Nacional contabilizó que hay 25 personas imputadas por delitos cometidos en el contexto del estallido social entre el 18 de octubre y el 31 de diciembre de 2019, que actualmente están en prisión preventiva. Todas las personas son adultas y están investigadas por causas como la comisión de un homicidio consumado y tres frustrados, activación y/o lanzamiento de bombas molotov, robo con intimidación o violencia, delito de incendio o porte ilegal de armas.
ama (efe, el mercurio)
Chile: la semana en que se desató la furia (octubre de 2019)
Las protestas por el alza del pasaje del Metro se convirtió rápidamente en una expresión de descontento popular que no ha logrado ser controlada, ni siquiera por intermedio de la presencia de militares.
Imagen: picture-alliance/AP Images/E. Felix
Todo partió con la evasión
Las manifestaciones contra el alza en el precio del boleto del Metro comenzaron el 14 de octubre y fueron convocadas por secundarios, que se coordinaron a través de las redes sociales. Cuando los entrevistaban, decían hacerlo por sus padres, que ya gastan mucho dinero en transporte. El llamado era a evadir el pago saltando las barreras en las estaciones del ferrocarril urbano de Santiago.
Imagen: Reuters/C. Vera
Vandalismo y enfrentamientos
La manifestación, originalmente pacífica, fue reprimida por la policía militarizada chilena, lo que generó malestar entre los jóvenes. La consigna "basta de abusos", sin embargo, comenzó a permear otras capas sociales en un país donde la desigualdad no ha podido ser eficientemente combatida en los últimos años. Comenzaron, así, los primeros enfrentamientos con la policía.
Imagen: Reuters/I. Alvarado
El caos se extiende
Las protestas se extendieron rápidamente por todo Santiago, y al comienzo tímidamente en otras regiones del país. También empezaron los saqueos a supermercados y la destrucción de bienes públicos y privados. Al mismo tiempo, la ciudadanía siguió expresando su malestar por el alto costo de la vida, bajos salarios, pensiones miserables y otros problemas a través de ensordecedores cacerolazos.
Imagen: Getty Images/AFP/C. Reyes
La destrucción del Metro
Quizás las escenas más desoladoras para los santiaguinos, siempre orgullosos de su Metro, fueron las que mostraban la destrucción de casi un centenar de estaciones del tren urbano, las que fueron incendiadas y vandalizadas por hordas. Algunos ataques parecieron coordinados. A estas alturas, las fuerzas de seguridad se vieron superadas por la acción de inadaptados.
Imagen: AFP/J. Torrest
Militares a la calle
El viernes 18 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó el estado de excepción y ordenó que las Fuerzas Armadas salieran a las calles para ayudar a restaurar el orden. Pronto los militares, ya a cargo de la seguridad, decretaron toque de queda en la capital y otras ciudades, pues las protestas, pero también los saqueos, se habían extendido a todo el país.
Imagen: picture-alliance/AP Images/AP Photo/E. Felix
Toque de queda y problemas
El toque de queda, una medida constitucional que no se utilizaba desde la dictadura de Augusto Pinochet, generó una serie de dificultades. El aeropuerto de Santiago se vio totalmente colapsado debido a que se suspendieron vuelos porque las tripulaciones no pudieron llegar a trabajar y muchos turistas quedaron varados en el terminal aéreo, sin recibir información ni tener acceso a alimentación.
Imagen: Imago-Images/Aton Chile/D. Yankovic
Medida ineficaz
A pesar del toque de queda y de la cada vez más dura represión, las protestas siguieron su curso, incluso una vez que imperaba la prohibición de salir de los hogares. Las fuerzas de seguridad seguían viendo con impotencia los saqueos, incendios de centros comerciales y siendo muchas veces desbordados por las masivas manifestaciones pacíficas, en las que -de todas formas- actuaban con dureza.
Imagen: imago images/Aton Chile/J. Torres
Numerosas denuncias de abusos
Los desmanes y la represión han dejando una veintena de muertos, casi 200 heridos a bala, más de 5.000 detenidos y daños, solo en el Metro, que superan los 300 millones de dólares. El Instituto de Derechos Humanos denunció que al menos cinco de las muertes fueron obra de la acción desmedida de las fuerzas de seguridad, y en un caso un militar fue detenido por haber disparado contra un ciudadano.
Imagen: Getty Images/AFP/M. Bernetti
Un paquete de medidas
El martes 22 de octubre en la noche, el presidente Piñera presentó un paquete de medidas con las que pretende calmar la furia ciudadana. Entre ellas está un aumento de la pensión básica y del salario mínimo, la reducción del sueldo de los parlamentarios y la creación de un seguro de salud para enfermedades catastróficas. El paquete surgió tras una reunión con partidos de gobierno y oposición.