Rohinyás presentan demanda millonaria contra Facebook
7 de diciembre de 2021
"La realidad innegable es que el crecimiento de Facebook, alimentado por el odio, la división y la desinformación, ha dejado cientos de miles de vidas rohinyás devastadas a su paso", dice la queja.
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Personas refugiadas rohinyás demandaron a Facebook este lunes (06.12.2021) por 150.000 millones de dólares argumentando que la red social no consigue frenar la incitación al odio en su plataforma, exacerbando la violencia contra esta vulnerable minoría.
La queja -presentada en una Corte en California- dice que los algoritmos de la empresa basada en Estados Unidos promueven desinformación y pensamientos extremistas que se traducen en violencia en el mundo real. "Facebook es como un robot programado con una misión singular: crecer", apunta el documento judicial.
"La realidad innegable es que el crecimiento de Facebook, alimentado por el odio, la división y la desinformación, ha dejado cientos de miles de vidas rohinyás devastadas a su paso", agregó la fuente. El grupo esencialmente musulmán enfrenta amplia discriminación en Birmania, donde sus integrantes sufren desprecio como personas foráneas, a pesar de haber vivido en el país por generaciones.
Una campaña respaldada por el Ejército que -según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), equivalía a un genocidio- expulsó a cientos de miles de personas rohinyás en 2017 hacia la frontera, hasta Bangladés, donde desde entonces viven en campos de refugiados. Otros siguen en Birmania donde no tienen derecho a una ciudadanía y donde son objeto de violencia común y discriminación por la actual junta militar que controla el país.
La queja legal argumenta que los algoritmos de Facebook guían a usuarios más susceptibles a unirse a grupos más extremos, una situación que está "abierta a ser explotada por políticos y regímenes autocráticos".
Grupos de derechos humanos han dicho con frecuencia que Facebook no hace lo suficiente para prevenir la propagación de la desinformación. Los críticos aseguran que incluso cuando fueron alertados sobre discurso de odio en su plataforma, la compañía no actuó y afirman que esto permite que noticias falsas proliferen, afectando la vida de minorías y atacando elecciones en democracias como las de Estados Unidos donde acusaciones de fraude, sin fundamento, circularon y se intensificaron entre personas afines.
En 2021, una enorme filtración por cuenta de una denunciante desató artículos argumentando que Facebook, cuya compañía madre ahora es llamada Meta, sabía que sus páginas podrían hacerles daño a algunos de sus miles de millones de usuarios, y que los ejecutivos prefirieron crecer antes que optar por un espacio más seguro. De acuerdo con las leyes estadounidenses, Facebook está protegido de asumir la responsabilidad del contenido publicado por sus usuarios.
La demanda de los grupos rohinyás, anticipando esta defensa, argumenta que donde pueda ser aplicable debe prevalecer en el caso, como en Birmania, que no tiene este tipo de protecciones. Facebook, que no respondió aún a la consulta sobre la demanda, ha estado bajo presión en Estados Unidos y Europa para eliminar las noticias falsas, particularmente en cuestiones electorales y referentes al coronavirus.
ama (afp, the guardian, bbc, al jazeera)
Niños rohinyá: abusados, secuestrados, huérfanos
La grave situación de los musulmanes rohinyá, obligados a escapar de las atrocidades cometidas por militantes y el Ejército en Myanmar, es difícil de digerir. Los niños son los más vulnerables, como muestran estas fotos.
Imagen: DW/J. Owens
Disparados y apuñalados
Desde agosto, más de 600.000 rohinyás han huido de Myanmar a Bangladesh. “El día que los militares vinieron, quemaron la aldea y le dispararon a mi madre cuando intentaba escapar. Mi papá no podía caminar, entonces lo apuñalaron. Lo vi con mis propios ojos”, dice Mohammed Belal, de 10 años, quien logró escapar.
Imagen: DW/J. Owens
Perseguidos por el trauma
La hermana de Mohammed, Nur, también vio la matanza. Ella y su hermano viven ahora en un refugio para niños sin compañía en Bangladesh. Ella puede jugar ahí y comer regularmente, un fuerte contraste con su viaje desde Myanmar, donde ella y su hermano casi se mueren de hambre. Pero la niña sigue siendo perseguida por el trauma de las últimas semanas. “Extraño a mis padres, mi hogar, mi país”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Conflicto de profundas raíces
El conflicto, el cual ha tenido lugar en los últimos 70 años y tiene sus raíces en la organización social del país después de la Segunda Guerra Mundial, ha cobrado más de 2.000 víctimas desde 2016, incluyendo la madre de Rahman, de 12 años (arriba). "Incendiaron mi casa y mi madre estaba enferma, así que no pudo irse", dice.
Imagen: DW/J. Owens
Salven a los niños
Dilu-Aara, de 5 años, llegó al refugio con su hermana después de ver a los militares asesinar a sus padres. “Estaba llorando todo el tiempo y las balas volaban sobre nuestras cabezas. De alguna forma escapé”. La agencia internacional Save the Children está ayudando a los menores que llegan a Kutupalong sin sus padres. Los niños representan hasta el 60% de los refugiados rohinyás en Bangladesh.
Imagen: DW/J. Owens
Cazados como animales
Jaded Alam está entre los cientos de niños que llegan a Kutupalong sin sus padres. Afortunadamente, su tía cuida de él, y muy bien, reconoce Jaded, quien creció en una aldea llamada Mandi Para, donde le encantaba jugar fútbol. Todo cambió cuando los militares atacaron. “Nos dijeron que nos fuéramos de nuestra casa. Cuando estaba corriendo con mis padres, les dispararon. Murieron en el acto”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Secuestro de niños
No todos han sido separados durante el escape. Rahman Ali ha estado registrando el refugio por semanas después de que Zifad, su hijo de 10 años, desapareciera. Los rumores sobre el secuestro de niños ha rondado el refugio por años y Rahman teme que su hijo haya caído presa de los traficantes de personas. “No puedo comer, no puedo dormir. ¡Estoy tan enojado! Es como si me hubiese vuelto loco”.
Imagen: DW/J. Owens
"Mi mente no es normal"
Cuando comenzó el tiroteo, Sokina Khatun hizo todo lo que pudo para proteger a sus hijos, pero no pudo salvar a Yasmine, de 15 años, y Jamalita, de 20, quienes estaban en una aldea vecina en el momento. “Les cortaron la garganta en frente de sus abuelos”, dice. “Estaba paralizada, no podía sentir el dolor. Ahora mismo, mi mente no es normal”, dice. Ella logró rescatar a nueve de sus niños.
Imagen: DW/J. Owens
Atacados, violados y robados
Yasmine cree que podría tener 15 años, pero luce considerablemente más joven. En su aldea, solía jugar con canicas y correr por los campos vecinos, pero recuerdos diferentes la persiguen ahora: el ataque de las fuerzas de Myanmar, la golpiza y asesinato de sus amados padre y hermanos y la violación por parte de un grupo de soldados que también la robaron: “Sentí mucho dolor en mi cuerpo”, dice.