El político conservador ha puesto toda la carne en el asador para asegurar su reelección al frente del Estado federado de Hesse, en el centro de Alemania, que celebrará elecciones el próximo 27 de enero. En una carta abierta publicada en el diario Frankfurter Rundschau un centenar de organizaciones de migrantes advierten a la Canciller alemana, Angela Merkel, de una división social provocada por el lenguaje populista y casi hostil a los extranjeros utilizado por el político cristianodemócrata durante su campaña electoral.

A principios de mes Koch publicó un documento en donde exhorta a extranjeros a respetar los valores y costumbres tradicionales de los alemanes. “El idioma común es el alemán”, afirma y recuerda cómo los alemanes reciben a los extranjeros con los brazos abiertos, pero la integración sólo puede funcionar si hay claras reglas de convivencia. El político exhorta a los alemanes a volver a los tradicionales valores germanos como la disciplina, el orden, el sentido de responsabilidad y el esfuerzo.

Agresiones de extranjeros

Koch encontró su caballito de batalla en diciembre pasado cuando dos jóvenes extranjeros, un turco y un griego, atacaron a un anciano en un metro de Múnich, que les había pedido que apagaran su cigarrillo. Los jóvenes insultaron al anciano antes de agredirlo a golpes y fracturarle el cráneo. El incidente cayó al político como anillo al dedo. Koch no acertaba a dar en el blanco para defender una estrecha mayoría absoluta en un momento en que las encuestas predecían un resultado incierto.

Koch se lanzó rápidamente al ataque ayudado por el diario sensacionalista Bild, que publicó la extensa carrera delictiva del agresor turco. “Tenemos demasiados extranjeros criminales”, exhortó el político de 49 años y pidió mano dura contra los jóvenes emigrantes que cometan un delito en Alemania. “El extranjero que no respete nuestras reglas no tiene nada que hacer aquí”. El político también arremetió contra “la costumbre de extranjeros, de sacrificar animales en su cocina y la manera como guardan su basura en los balcones”. También formuló una prohibición de la Burka en las escuelas de Hesse, cuando nadie la usa.

Protestas generalizadas

Las protestas no se han dejado esperar. No sólo del partido socialdemócrata que integra la coalición en el gobierno junto con la Unión Cristianodemócrata de Angela Merkel. El líder socialdemócrata Kurt Beck acusó a Koch de desvergonzado. "Cuando ha eliminado en Hesse 1 200 puestos de trabajo en la policía y 250 en las cárceles todavía tiene el descaro de asumir la criminalidad juvenil como lema de campaña", afirmó Beck.

Las iglesias católica y evangélica protestaron particularmente por sus citas en las que adjudica a extranjeros sacrificios de animales en sus cocinas y lo acusaron de asumir conscientemente el papel de portavoz de la derecha. “Koch hace campaña a un nivel muy cuestionable”, dijo Bernd Schlüter, miembro de la organización diacónica alemana. También protestaron las comunidades judía y musulmana en Alemania. Este año hay cuatro elecciones importantes cuyo resultado tomará el pulso a la correlación de fuerzas políticas en Alemania. Después de Hesse, le sigue Baja Sajonia, Hamburgo y Baviera.