Rousseff apela a diputados indecisos para salvar su Gobierno
16 de abril de 2016
Canceló un acto convocado por movimientos sociales afines a su Gobierno y se reunió con dirigentes políticos de otros partidos para lograr su apoyo. Además calificó de “golpistas” a los que tratan de enjuiciarla.
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La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se reunió hoy con distintos dirigentes políticos en la víspera de la votación del domingo en la Cámara baja que decidirá si se inicia o no un juicio político en su contra que puede costarle la jefatura del Estado. Rousseff permaneció todo el día en el palacio de Alvorada, su residencia oficial, y allí se reunió con líderes parlamentarios de los partidos que están divididos o indecisos ante la decisiva votación del domingo.
La mandataria también hizo un llamamiento público a esos diputados, a través de un artículo en el diario Folha de Sao Paulo, en el que aseguró que la historia les juzgará y "honrará la biografía" de los que voten en contra de su destitución. "Quien defiende la democracia nunca se arrepiente. La democracia es siempre el lado correcto de la historia", manifestó la mandataria en su artículo.
El objetivo del oficialismo es evitar que la oposición sume 342 votos favorables a la destitución, cifra que supone dos tercios de la Cámara y que, en el caso de alcanzarse, enviaría el proceso al Senado, donde el juicio político se celebraría formalmente. Para concentrarse en la caza de votos, Rousseff canceló su participación en un acto convocado para este sábado por los movimientos sociales que la apoyan y que están acampados en Brasilia.
El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sí participó en ese acto, pero después de un breve discurso también se marchó para hablar en privado con tres gobernadores, con el objetivo de recabar apoyos entre los legisladores de sus respectivos partidos. Lula, aquejado de una fuerte ronquera, comparó los cambios de opinión de los diputados con el "sube y baja" de las acciones que cotizan en la bolsa. En su discurso, el padrino político de Rousseff aseguró que la mandataria resistirá en el cargo y "no se matará", como hizo el expresidente Getulio Vargas en 1954 ante presiones de los militares, ni se exiliará como hizo João Goulart tras el golpe de Estado de 1964.
Cada vez menos apoyo
A pesar de los esfuerzos de Rousseff, en la noche del viernes continuó el constante goteo de pérdidas de apoyos, con la renuncia del ministro de las Ciudades, Gilberto Kassab. Kassab es miembro del Partido Social Democrático (PSD), una fuerza con 37 de los 513 diputados y que mayoritariamente se ha posicionado a favor de la destitución de Rousseff, aunque alberga algunos disidentes.
Rousseff también elevó hoy el tono contra su vicepresidente, Michel Temer, quien la relevará en el caso de que el Senado acepte iniciar el juicio político. En un mensaje difundido a través de las redes sociales, Rousseff calificó a los impulsores del proceso de destitución como "golpistas" y "traidores de la democracia".
"Hago una advertencia a los que ven en el 'impeachment' (juicio político) un atajo para el poder. Pueden justificarse ante sí mismos, pero nunca podrán mirarle a los ojos a la nación, porque la palabra golpe estará grabada en la frente de los traidores de la democracia", afirmó Rousseff.
Rousseff y Temer intercambiaron acusaciones sobre los planes que tendría el vicepresidente en relación con los programas sociales con los que el Gobierno asiste a la población más pobre.
"Lo que está en juego son las conquistas sociales y los derechos de los brasileños", dijo Rousseff.
Temer, que respondió también a través de las redes sociales, acusó a la jefa de Estado de servirse de "mentiras rastreras" y reiteró que mantendrá los programas sociales, dando por sentado que la sucederá en el cargo.
De forma paralela, la Cámara de los Diputados prosiguió este sábado los debates iniciados el viernes previos a la votación decisiva del domingo. Si la oposición suma los dos tercios de la Cámara, el proceso pasará al Senado, donde será suficiente con la mayoría simple de los 81 legisladores para abrir formalmente el juicio político. Entonces Rousseff tendría que apartarse del cargo de forma temporal durante los 180 días que durará el proceso y sería sustituida por Temer.
JC (dpa, EFE)
Altos y bajos en la trayectoria política de Dilma Rousseff
Antes de llegar a la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff luchó contra la dictadura y un cáncer, y fue ministra de Lula. La crisis económico-política y un juicio de destitución se convirtieron en su mayor adversario.
Imagen: Roberto Stuckert Filho
Un agitada vida política
Un vistazo a la vida política de Dilma Rousseff, que comenzó ssiendo muy joven. A fines de los años 60 integró organizaciones que combatían la dictadura, hasta ser tomada presa, en enero de 1970, y torturada durante más de 20 días. Cuando salió de prisión, dejó la lucha armada y se mudó a Río Grande do Sul, donde estudió Economía y ayudó a fundar el Partido Democrático de los Trabajadores (PDT).
Imagen: AP/Arquivo Público do Estado de São Paulo
Junto a Lula
Dilma se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) en 2001, cuando era secretaria de Minas y Energía de Rio Grande do Sul. Con la elección de Luiz Inacio "Lula" da Silva, en 2002, fue nombrada ministra de Minas y Energía. En 2005, asumió la jefatura de la Casa Civil. Ese cambio marcó el inicio de una reforma ministerial en medio de una crisis política.
Imagen: Ricardo Stuckert/PR
Ministra "de línea dura"
Cuando era ministra y jefa de la Casa Civil, Dilma anunció la creación de un Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), en 2007, que no se desarrolló como se esperaba, y asumió la dirección de iniciativas como el programa “Mi casa, mi vida”. En 2009 presentó un marco regulatorio que define las reglas de la explotación de las reservas de petróleo del presal.
Imagen: A. Nascimento/ABr
Su lucha contra el cáncer
En abril de 2009 se le diagnosticó cáncer linfático. Tras una cirugía y meses de radioterapia, Dilma anunció en septiembre de ese año que estaba curada. Ya era precandidata del PT para suceder a Lula. “Si uno se desarma ante esta dolencia, ella vence. Pero si uno no lo hace, percibe que la vida no acabó, y que incluso puede estar mejor que antes”, dijo a DW sobre su enfermedad.
Imagen: AP
Llegada a la presidencia
En octubre de 2010, Dilma dejó de ser una actriz secundaria en el escenario político para ser la sucesora de la política del expresidente Lula. Ganó en segunda vuelta contra José Serra y pasó a ser la primera presidenta de la historia brasilera. Asumió el cargo el 1º de enero de 2011.
Imagen: AFP/Getty Images/Evaristo Sa
Primer discurso en la ONU
“Por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, una voz femenina inaugura el debate. Es la voz de la democracia y la igualdad amplificándose en esta tribuna”, dijo Dilma en la apertura de la 66ª Asamblea General de la ONU, en septiembre de 2011. Allí resaltó el papel de la mujer en la sociedad y en la política, lamentó la ausencia palestina y defendió la reforma del Consejo de Seguridad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Dimisión de ministros
De los 39 ministros que integraban el equipo de la presidenta electa, ocho dejaron sus cargos en los primeros 14 meses de mandato tras escándalos. Siete de ellos venían del gobierno de Lula. De los ocho que dimitieron, solo Nelson Jobim, entonces ministro de Defensa, no estaba envuelto en denuncias de corrupción.
Imagen: AP
Inclusión social
Durante su primer mandato, Dilma dio continuidad a programas sociales del gobierno de Lula como la Bolsa Familia y Mi casa, Mi vida, y subastó el Campo de Libra, en el presal, destinando recursos a la educación y a la salud. También se crearon nuevos programas, como Pronatec y Más Médicos, este último, objeto de duras críticas por las entidades médicas, que realizaron protestas y huelgas.
Imagen: picture alliance/AE
Corrupción en Petrobras
En marzo de 2014, la Policía Federal de Brasil puso en marcha la Operación Lava Jato para investigar un megalavado de dinero que envuelve a Petrobras, a grandes empresas del país y a decenas de políticos. El escándalo en la petrolera estatal sirvió de combustible a la oposición durante la campaña electoral en ese año.
Imagen: AFP/Getty Images/K. Betancur
Elecciones disputadas
Dilma fue reelecta el 26 de octubre de 2014 con 54,5 millones de votos, en segunda vuelta, en una de las elecciones más disputadas de la historia de Brasil, con una diferencia de apenas 3,5 millones de votos para el segundo, Aécio Neves (PSDB). La campaña estuvo marcada por ataques verbales, escándalos y la muerte de uno de los candidatos, Eduardo Campos (PSB), sustituido por Marina Silva.
Imagen: picture-alliance/dpa/Sebastião Moreira
Crisis económica
Con una victoria apretada, Dilma enfrentó la paralización del crecimiento económico. En su primer mandato, el PIB creció menos de lo esperado, pero para los próximos dos años, la proyección fue aún peor: de retracción. La inflación, que viene creciendo desde 2012, superaría el techo prefijado en 2015, lo que no ocurría desde 2003.
Imagen: E. Sa/AFP/Getty Images
Protestas y reprobación
Las manifestaciones de junio de 2013 apenas afectaron a Dilma. En 2015, por otro lado, centenas de miles de personas salieron a la calle en Brasil para protestar específicamente contra el gobierno de la presidenta y los escándalos de corrupción. La gestión de Dilma Rousseff, que llegó a ser aprobada por el 73% de los brasileros en 2011, vio caer esa cifra a un 8% cuatro años más tarde.
Imagen: Getty Images/AFP/E. Sa
Déficit de presupuesto
En agosto de 2015, enfrentándose con el Congreso, el gobierno presentó una propuesta de presupuesto para 2016 con una previsión de déficit de 30,5 billones de reales, algo inédito. La decisión llevó a que la agencia de clasificación de riesgo Standard & Poor’s rebajara la nota de Brasil. Luego, el gobierno anunció un ajuste fiscal que aún trata de negociar con el Congreso.
Imagen: picture-alliance/epa/F. Bizerra jr.
"Maniobras" fiscales
A comienzos de octubre, el Tribunal de Cuentas de la Unión Brasilera recomendó rechazar las cuentas de 2014. La decisión es usada por la oposición para fundamentar un pedido de proceso de destitución para Rouseff. Dilma anunció el corte de ocho ministerios, la extinción de 30 secretarías en todas las carteras y la reducción de un 10% del salario para los ministros y para sí misma.
Imagen: Reuters/U.Marcelino
Cunha, pieza clave del juego político
El presidente de la Cámara de diputados, Eduardo Cunha, rompió con el gobierno cuando fue investigado por el escándalo de Petrobras. En vez de perder fuerza por las denuncias de corrupción, se mantiene firme en el poder y su actuación es decisiva para abrir un proceso de destitución contra Dilma, lo que desea la oposición.