La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, acordó viajar el 30 de junio a Washington para reunirse con Barack Obama, según anunció el propio mandatario estadounidense ante la prensa en Panamá. Rousseff da así por cerrado el episodio del espionaje informático al que fue sometida tanto ella misma como varios de sus ministros y directivos de empresas estatales brasileñas.

A raíz de las denuncias de espionaje, conocidas en 2013, Rousseff canceló una visita de Estado a Washington que tenía prevista para octubre de ese año, cuando sería recibida con los más altos honores por Obama. En esta oportunidad, en tanto, no será una visita de Estado, sino de gobierno, lo que supone un estatus más bajo desde el punto de vista protocolar, por ser año electoral en Estados Unidos, según había explicado la propia Rousseff antes de partir hacia la Cumbre de las Américas de Panamá, donde se ha producido el encuentro con Obama.

"Reconocemos que Estados Unidos ha adoptado algunas acciones en los últimos meses y que han garantizado que eso no volverá a pasar con países amigos", declaró Rousseff en rueda de prensa. Dijo que hasta bromeó sobre el asunto con Obama, quien ahora se ha comprometido a llamarla "directamente" cuando quiera saber algo sobre ella. "Queremos dialogar con Estados Unidos sobre cooperación frente al cambio climático, energías alternativas, defensa, aeronáutica, ciencia y tecnología y educación", aclaró.

LGC (dpa / EFE)