Ruge el león herido
5 de enero de 2003No es la primera vez que ETA amenaza con convertir los centros turísticos españoles en "zona de guerra". Que hasta ahora ningún extranjero haya perdido la vida durante sus vacaciones a causa de un atentado terrorista vasco, no es motivo para dejar de tomar el asunto en serio. Sin embargo, el hecho de que la nueva amenaza de ETA se haga pública ahora, faltando todavía medio año para la temporada veraniega en Europa, es un indicio más de la debilidad del grupo extremista. Así lo interpretan los expertos en la lucha contra el terrorismo.
Estructura debilitada
"La ETA atraviesa las horas más difíciles de su historia", escribió hace no mucho el diario El Mundo. Y, efectivamente, su organización se encuentra en extremo debilitada, debido a la serie de éxitos policiales logrados en el último tiempo. 122 presuntos integrantes de la organización fueron detenidos el 2002 en España, lo que constituye todo un récord de arrestos en un año. A la cifra se suman también 63 detenciones practicadas en Francia.
Si bien todavía hay jóvenes vascos dispuestos a sumarse a sus filas, ETA tiene evidentemente serios problemas en su cúpula, desarticulada una y otra vez por los organismos de seguridad. Cada vez tiene que recurrir a militantes más jóvenes e inexpertos, que son presas relativamente fáciles para las fuerzas policiales. De hecho, la policía estima que actualmente sólo unos 50 terroristas configuran el núcleo de la organización. También su capacidad de asestar golpes mortíferos se ha reducido, de acuerdo con las estadísticas. Mientras en el 2001 hubo que lamentar 15 víctimas fatales, los atentados del 2002 dejaron 5 muertos.
Creciente aislamiento
En todos los campos se estrecha el cerco. Con el juez Baltazar Garzón pisándole los talones, ETA se ha quedado sin su brazo político, el ahora proscrito partido Batasuna. Los vientos internacionales soplan igualmente en su contra, sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington. Ya no hay nadie dispuesto a brindar refugio a los miembros de la mayor organización terrorista activa que queda en Europa occidental.Claro está que sería prematuro cantar victoria. La ETA hasta ahora siempre ha logrado rearticularse y sigue siendo una amenaza. Pero, en lo que a sus intenciones de poner en jaque al gobierno español apuntando contra una de las principales fuentes de ingreso, hasta ahora el juego no le ha dado resultado. Pese a haber llevado a cabo más de un centenar de atentados en centros turísticos desde 1979, el flujo de visitantes no se ha reducido. Por el contrario: el turismo sigue en aumento y el año pasado superó incluso la marca de los 50 millones de personas.