1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Rumsfeld en el banquillo

6 de mayo de 2004

El escándalo de las vejaciones de prisioneros iraquíes sigue agravándose con la aparición de nuevas fotos de torturas, al punto de que algunos comentaristas de la prensa europea piden la renuncia de Donald Rumsfeld.

Se complica la situación del ministro de Defensa.Imagen: AP

El Financial Times, de Londres, comenta: "Estadounidenses han asesinado y torturado a prisioneros en Irak, y la responsabilidad se extiende hasta la cúpula del Ministerio de Defensa. Rumsfeld fue el principal cerebro de la brillante operación militar para derrocar a Saddam Hussein, pero fracasó en la planificación de los tiempos de postguerra, por ejemplo, en cuanto a poner a disposición suficientes tropas para garantizar la paz y a velar porque éstas hubieran sido correctamente preparadas. Sólo su dimisión convencerá a la opinión publica de que Bush habla en serio cuando dice que Abu Ghoreib (la cárcel donde fueron maltratados prisioneros iraquíes) no es el verdadero rostro de Estados Unidos."

Ni renuncia, ni despido

En Suiza, el periódico Tages Anzeiger, de Zurich, considera no menos grave la forma en que el gobierno estadounidense ha manejado el tema y apunta: "El presidente había sido informado de los maltratos a más tardar a comienzos de enero, pero ni a la Casa Blanca ni a Rumsfeld se les ocurrió pensar en informar a la opinión pública estadounidense o al Congreso. (...) El ministro de Defensa debería renunciar o ser despedido por el presidente. Pero eso probablemente sería pedirle demasiado a un gobierno al que la arrogancia impide reconocer errores. ¿Renuncia? ¿Despido? ¡Ni soñarlo!"

De Guantánamo a Irak

El matutino alemán Frankfurter Rundschau opina que el gobierno estadounidense aborda el asunto con la superficialidad de una campaña de relaciones públicas. "El que líderes militares y civiles del Pentágono admitieran ante la prensa, todavía esta semana, no haber leído el informe sobre muertes y casos de tortura en cárceles iraquíes, no sólo constituye un escándalo tras el escándalo, sino que es una burla para los torturados. Y, en lugar de encargar el esclarecimiento de lo ocurrido a expertos independientes, Washington envía a Irak nada menos que al mayor general de Guantánamo, con cuyos consejos sobre el interrogatorio de prisioneros comenzaron en noviembre las prácticas de tortura. ¡Vaya señal!"

La campaña electoral

La Repubblica, de Roma, analiza el tema desde la perspectiva de los próximos comicios presidenciales estadounidenses. "En cuanto a la campaña electoral, es probable que el tema de Irak ya no influya mucho más en la popularidad de Bush. Las encuestas demuestran que va a la baja, pero todavía conserva la delantera en relación con el retador, John Kerry. El candidato demócrata se muestra un tanto ausente, si bien sus hombres de confianza afirman que se trata de una decisión tomada conscientemente: Kerry no tiene intenciones de atacar personalmente a Bush en campos como el de la guerra y la seguridad."