Rusia afirma haber abatido unos 60 drones en Siria en 2019
28 de septiembre de 2019
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El Ejército ruso afirmó este sábado (28.09.2019) haber destruido desde principios de año cerca de 60 vehículos aéreos no tripulados enviados por los insurgentes a Siria contra su base militar en Hmeimim, situada cerca de territorios que aún están bajo control de los yihadistas y los rebeldes. Según el general Igor Konachenkov, las fuerzas rusas interceptaron 58 vehículos aéreos no tripulados y 27 misiles desde dicha base en la zona de Latakia, corazón del régimen de Bashar al Assad en el noroeste del país.
"El sistema puede parecer rudimentario, pero permite lanzar obuses desde una altura de 2 kilómetros", afirmó a los periodistas el general Konachenkov en un viaje de prensa organizado por el ejército ruso a Siria. La mayor parte de los ataques provenían de las ciudades de Khan Sheikhun y Latamné, ambas recuperadas en agosto por el Ejército sirio, que afirma haber descubierto allí fábricas de drones en grandes complejos subterráneos.
Pero los vehículos aéreos no tripulados también son lanzados desde otras partes de la provincia de Idlib, último gran bastión de los rebeldes y los yihadistas en Siria, que es objeto de un frágil acuerdo entre Rusia y Turquía para evitar una ofensiva a gran escala del régimen.
Rusia cuenta con sistemas de defensa antiaérea Pantsir S-1 y Tor M-2 en Hmeimim, que se utilizan para interceptar drones, así como baterías S-400 de última generación. Los S-300 más antiguos están estacionados en su base naval de Tartus, más al sur. Según el general Konachenkov, los rebeldes están mejorando continuamente su tecnología con drones que ahora pueden alcanzar objetivos a 250 kilómetros de distancia y volar a una altura de 4 kilómetros, lo que dificulta su detección.
El 11 de agosto, la base rusa tuvo que hacer frente a un ataque masivo con seis drones. El 3 de septiembre la base vio dos drones atacar desde dos direcciones diferentes. A finales de abril, el régimen y su aliado ruso intensificaron su campaña de bombardeos contra la provincia de Idlib y varias zonas adyacentes en las regiones de Hama, Alepo y Latakia.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), más de 1.000 civiles murieron en las incursiones. A finales de agosto, Moscú decretó un cese del fuego, pero este sigue siendo frágil. Desencadenada en 2011 con la represión de manifestaciones prodemocracia, la guerra en Siria ha causado más de 370.000 muertos. (AFP)
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