La anexión de Crimea, en 2014, deparó récords de aprobación al Gobierno ruso. Pero la euforia ha ido declinando, al igual que la popularidad del presidente Putin.
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Cuando en círculos de expertos rusos se habla del "efecto-Crimea” o el "bono de Crimea”, se utiliza el pretérito. La popularidad del presidente Vladimir Putin ha vuelto a los niveles que tenía antes de la anexión de la península ucraniana. Por estos días se cumplen cinco años de dicha anexión, que en Kiev es calificada de "ocupación” y en Moscú de "reunificación”.
El hecho desencadenó una inusual ola de euforia en Rusia. La popularidad de Putin superó el 80 por ciento. Previamente, iba a la baja en las encuestas, y llegaba a cerca de un 60 por ciento. "Puedo compararlo con una embriaguez”, comenta Nikolai Petrov, de la Escuela Superior de Economía de Moscú. "En 2014, la gente tenía la sensación de que todo era posible, de que todo estaba permitido. Se embriagaba con la propia grandeza reencontrada”, apunta.
Konstantin Gaase, del Centro Carnegie de Moscú, está convencido de que el "efecto-Crimea” fue algo único y no tiene parangón en la historia rusa. A su juicio, cualquier intento de reeditarlo fracasaría.
Desencanto en Rusia
Alexei Titkov, de la ONG "Comité de Iniciativas de la Sociedad Civil”, distingue dos grupos que respaldaron el proceder de Putin, y que conforman en conjunto cerca de dos tercios de la población. "Los primeros están muy involucrados en el tema bélico y tienden a tener puntos de vista radicales sobre la intervención militar o una ruptura total con Occidente”, señala Titkov. Los otros son más cautelosos y pragmáticos. En este segundo grupo se han operado los mayores cambios en los últimos años.
A más tardar en 2018 quedó en evidencia que el "bono de Crimea” ya no surte efecto. Tras el anuncio de una reforma de las pensiones y el aumento de la edad de jubilación, los niveles de aprobación de Putin se desplomaron y oscilan en la actualidad en torno a un 64 por ciento.
Pero la desilusión comenzó antes, según los expertos. "El número de personas que piensa que las sanciones solo causan perjuicio, empezó a subir ya en 2014. Cuando los funcionarios rusos destruyeron públicamente alimentos importados ilegalmente en 2015, muchos rusos se sintieron negativamente sorprendidos. Si bien siguieron respaldando la política exterior del Kremlin, percibían que la situación empeoraba continuamente.
Crimea ya no es tema
El Kremlin no ha encontrado nada que pudiera reemplazar al "efecto-Crimea”. Según los expertos, una opción sería lanzar una dura batalla contra la corrupción. Se habla de escenarios como los de Singapur o China. "Pero los actuales gobernantes no pueden poner eso en práctica por diversas razones, y se limitan a casos particulares y a figuras más bien inocuas, como gobernadores o alcaldes”, dice Alexei Titkov.
Junto con el "bono de Crimea” también declinó el debate sobre la península y su pertenencia. La mayoría de los rusos han aceptado la anexión como un hecho. "Hasta la oposición ha dejado de hablar de eso”, dice Konstantin Gaase. "Pero ese asunto sigue siendo actual dolorosa para el sistema del derecho internacional”, apunta.
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(er/el)
Crimea: ¿Qué ha pasado tras la anexión?
En marzo de 2014, Rusia se tomó Crimea ¿Qué ha cambiado allí desde entonces? ¿Qué ha pasado con las promesas de Putin? ¿Cómo es la situación de los derechos de las personas y la libertad de los medios?
Imagen: DW/R. Richter
La ocupación de Crimea
Vladimir Putin como héroe en grafitis y banderas rusas en vez de ucranianas. Así cambió el aspecto de las calles de Crimea desde la primavera de 2014. En cuestión de días, soldados uniformados ocuparon, sin insginias nacionales, el edificio gubernamental, el Parlamento de Simferópol y más tarde los cuarteles del Ejército ucraniano en la República de Crimea, Ucrania.
Imagen: DW/I. Worobjow
Referendo sobre la anexión a Rusia
A pesar de las protestas, el 16 de marzo tuvo lugar un referendo ilegal, según la Constitución ucraniana, para votar sobre la anexión de Crimea por parte Rusia. No se reconoció que la península se otorgó a Ucrania en 1954 por parte de la Unión Soviética. Entonces se acordó la adhesión de Crimea a la Federación Rusa.
Imagen: Reuters
Tártaros de Crimea sin derechos
Quien rechace la anexión es perseguido. Es lo que le ha sucedido, sobre todo, a los tártaros de Crimea: su representante, el Congreso del Pueblo Tártaro de Crimea, fue tachado en 2016 de organización extremista. Siguen teniendo lugar allanamientos y detenciones. Ya en 1944, los tártaros de Crimea fueron deportados como "enemigos del pueblo" por los soviéticos a Crimea.
Imagen: picture-alliance/dpa
Solo televisión rusa
En 2014 se desconectaron todos los canales de televisión ucranianos y, desde entonces, solo se puede ver la televisión rusa análoga. El canal independiente de los tártaros de Crimea, ATR, sigue emitiendo desde Kiev. También se prohibieron otros medios de comunicación.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea no reconocen la anexión de Crimea por parte de Rusia. Aplicaron sanciones y prohibieron a sus ciudadanos comprar inmuebles y empresas en Crimea. Tampoco se permite la importación de productos desde Crimea.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/A. Polegenko
Esperando a que Putin cumpla sus promesas
Quien votó a favor del referendo, espera que Putin cumpla sus promesas: la construcción de un puente que conecte a Crimea con Rusia, un gasoducto y centrales energéticas. Y que solucione los problemas sociales. Pero, la realidad es otra: los sueldos no son compatibles con la subida de los precios. Solo en redes sociales y medios independientes se informa sobre las protestas locales.
Imagen: DW/R. Richter
Todo queda entre amigos
La construcción del puente desde Kertsch a la península rusa va a toda marcha. La construcción por valor de alrededor de 3,7 millones de euros está siendo supervisada por el ruso oligarca y amigo de Putin, Arkadi Rotenberg. Se han planeado cuatro carriles y dos vías de ferrocarriles. A finales de 2019, el puente deberá estar terminado.
Imagen: picture-alliance/Tass/V. Timkiv
Redistribución a favor de los empresarios rusos
Los pequeños empresarios en Crimea sufren por la redistribución de propiedades en Crimea a favor de los empresarios rusos. Radio Liberty publicó que la cifra de pequeñas empresas se redujo de 15.000 en 2014 a 1.000 en 2016. También los propietarios de inmuebles en la costa tienen problemas, porque los juzgados pueden declarar sin validez los documentos firmados antes de la anexión.
Imagen: DW/A. Karpenko
Turismo, de capa caída
Durante la temporada de baño, las playas de Crimea están accesibles al público. Sin embargo, la afluencia de turistas se ha reducido en un 30% en los últimos tres años. Las conexiones ferroviarias se interrumpieron, los vuelos son demasiado caros y por las sanciones de la UE, los cruceros ya no visitan la costa de Crimea.
Imagen: DW/A. Karpenko
Los ganadores: los pensionisas con pasaporte ruso
Desde la anexión, solo los ciudadanos de Crimea con pasaporte ruso pueden comprar tarjetas SIM para celulares. Pero con pasaportes expedidos en Crimea no se puede obtener visa ni para la UE ni para EE.UU. Los que han salido ganando con la anexión son los pensionistas con pasaporte ruso. Su pensión se elevó al nivel ruso. Las mujeres reciben la jubilación con 55, en vez de 65. (rmr)