El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, advirtió este martes (23.08.2022) que no habrá "piedad” con los responsables y organizadores del asesinato, el pasado sábado, de Daria Duguina, hija de un conocido pensador ultranacionalista ruso cercano a Vladimir Putin. "Considero que fue un crimen bárbaro para el que no puede haber ningún perdón", dijo en rueda de prensa.

Lavrov no se atrevió a juzgar si se trató de un "acto de intimidación o un ajuste de cuentas", aunque recordó que el Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), que acusó el lunes directamente a Ucrania del asesinato, está investigando el crimen. "No puede haber piedad para los organizadores, los patrocinadores y los ejecutores”, agregó Lavrov.

Pese a las acusaciones de los rusos, que no han mostrado evidencia que vincule a Ucrania con el atentado, las autoridades de Kyiv han remarcado que no tienen nada que ver con lo sucedido. Según el FSB, que tardó apenas dos días en resolver el caso, el crimen fue perpetrado por una agente de los servicios especiales ucranianos, que llegó a Rusia el 23 de julio y huyó a través de Estonia.

"El frente es aquí”

Duguina era hija de Alexander Duguin, un defensor de la invasión de Ucrania cercano a Vladimir Putin. Algunos analistas estiman que el ataque tenía como objetivo a Duguin, y no a su hija. Miles de moscovitas se acercaron esta mañana al velatorio de Duguina, a la que la víspera Putin condecoró de manera póstuma con la Orden Al Valor. El líder ruso calificó de crimen "vil y cruel" el asesinato de la periodista, politóloga y portavoz de su padre.

Duguin y su esposa, ambos vestidos de negro, se sentaron junto al ataúd de su hija. "Ella murió por el pueblo, por Rusia, en el frente. El frente es aquí", expresó Duguin al inicio de la ceremonia. "Entre las primeras palabras que le enseñamos cuando era pequeña estaban, obviamente, 'Rusia', 'nuestro poder', 'nuestro pueblo', 'nuestro imperio'", dijo Duguin, conteniendo las lágrimas.

Duguina murió el sábado al estallar una bomba instalada en el vehículo que conducía en una autopista en las afueras de Moscú.

DZC (AFP, EFE)