Rusia se deshace de los perros callejeros antes del Mundial
17 de mayo de 2018
Al igual que en los Juegos Olímpicos de Sochi, en la antesala del Mundial de Fútbol se multiplican en Rusia los sacrificios de perros callejeros. Defensores de animales exigen una solución responsable al problema.
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Conforme se acerca el Mundial de Fútbol 2018, aumentan las licitaciones en las páginas web de las autoridades rusas para "atrapar, esterilizar y alojar" a los perros desatendidos. Defensores de animales alertan de que las órdenes estatales van más allá pidiendo que los perros sean "capturados y eliminados".
El campeonato de fútbol se disputará en once ciudades rusas. Pero solo existen refugios para perros callejeros en Moscú, San Petersburgo y Nizhni Nóvgorod. En Kaliningrado se está construyendo otro.
Yelena Ivanova-Verchovskaya es la vicedirectora del grupo encargado de supervisar el número de perros callejeros en la capital rusa. En entrevista con DW, dice que las autoridades prometieron construir refugios temporales en las sedes del Mundial. "Hace dos o tres meses se informó que los perros serían capturados, esterilizados, alojados y liberados después del Mundial. Pero no es posible solucionar en tan poco tiempo un problema que perdura décadas", teme la defensora de animales.
Las condiciones en los refugios de animales empeoran
En 2008 se canceló un programa en Moscú para atrapar, esterilizar, vacunar y volver a liberar a los perros sin dueño. Desde entonces los animales solo son capturados y llevados a uno de los 13 refugios de la capital. Una vez al año, las autoridades sacan a licitación la captura de un determinado número de perros. "La cantidad de dinero que se paga depende de la cantidad de perros que se atrapen. Si bien los animales son registrados en los refugios, el espacio para albergarlos es limitado. Los refugios están abarrotados", y no existen controles, lamenta Yelena Ivanova-Verchovskaya.
Este año se pusieron a disposición 900 millones de rublos para la captura de los perros, en 2017 fueron 670 millones. No obstante, pese al aumento de los recursos, las condiciones en los albergues de animales empeoran cada año puesto que están saturados.
Diagnósticos ficticios y sacrificios
Los defensores de animales critican la suspensión del programa para la captura y posterior liberación de los perros en otras ciudades rusas. En 2016, el Tribunal Supremo del país argumentó que la liberación de los perros atenta contra el derecho a un entorno seguro. Al respecto, Yelena Ivanova-Verchovskaya explica: "Si bien está permitido capturar y alojar a los animales, no hay suficiente lugar para ellos, pero tampoco está permitido volver a liberarlos. De ahí que se sacrifique a muchos con diferentes pretextos". Por ejemplo, se les diagnostica rabia o una alta agresividad.
Aparte de las licitaciones, las ciudades también cierran contratos directamente con empresas que deben capturar una determinada cantidad de perros. Sin embargo, solo una pequeña minoría es entregada a los albergues, aproximadamente 40 de 4.000. El resto es sacrificado por presuntas enfermedades que nadie comprueba. "En Moscú hubo un caso indignante donde fueron quemados vivos los perros para ahorrarse los costos de la anestesia", cuenta Ivanova-Verchovskaya.
Para evitar esto, los defensores de animales exigen una ley sobre el trato respetuoso a los animales que permita su captura y posterior liberación.
Ewlalia Samedowa (VT/ERS)
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¿El fin de la cría intensiva de animales?
El nuevo atlas de la carne promete "recetas para una mejor tenencia de animales". Si repensamos nuestro consumo de carne se benefician animales, consumidores y el medioambiente, afirman los editores.
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Cría intensiva de animales a nivel global
El consumo de carne crece rápidamente. Los bosques son talados para crear espacios para plantas forrajeras. La cría intensiva de animales lanza al mercado carne cada vez más barata. Pero el precio a pagar es en realidad muy alto: un gran daño para el medioambiente, así como aguas contaminadas con nitratos. Muchos pequeños agricultores pierden la batalla por los precios y terminan rindiéndose.
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Comer menos carne
Si los alemanes reducen a la mitad su consumo de carne, podrían alimentarse sanamente respetando el medioambiente. Se podría empezar por servir porciones más pequeñas en las cantinas o restaurantes. Para hacer repensar a los consumidores se podría crear una etiqueta de CO2 para la carne o un “impuesto de protección animal”, que promueva la tenencia de animales, acorde con la especie.
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Limitar el uso del abono líquido
En 2017 se esparcieron en Alemania 208 millones de metros cúbicos de estiércol, abono líquido y restos de fermentación. Estos fertilizantes provenían de la explotación intensiva de animales, dentro y fuera del país. En consecuencia la concentración de nitrato en las aguas subterráneas excedió ocho veces el límite marcado por la UE. Así los consumidores pagan más para la producción de agua potable.
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Más campo, menos establo
La regla básica debe ser que un negocio mantenga solamente un número de animales acorde a sus áreas de cultivo. Entonces las excreciones de los animales podrán ser empleadas como fertilizantes en el ciclo agrícola, sin dañar el medioambiente. Además los suelos de las praderas almacenan CO2.
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Etiqueta de buena ganadería
Los consumidores deberían saber de dónde proviene su carne. Los autores del atlas exigen que esté señalado el tipo de tenencia animal, así como detalles sobre el pienso y el espacio disponible para los animales. Pero no será fácil llevarlo a la práctica, ya que faltan tanto los estándares correspondientes en la UE, como una reglamentación acorde por parte de la Organización Mundial del Comercio.
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Reutilizar todo
Entre el 40 y 55 por ciento de un animal sacrificado es considerado “despreciable” y nunca llega al mostrador de una carnicería alemana. Una parte es exportada, causando problemas en los mercados locales. En Alemania son cada vez más los cocineros estrella que redescubren las entrañas, sesos o estómagos con la meta de reutilizar todo el animal, sin producir desechos.
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Tenencia combinada
Plantas fotovoltaicas como pasto de ovejas, huertos frutales para la ceba de gansos o gallinas en una plantación frutal, que coman los parásitos, abonen el prado y encima pongan huevos. La tenencia combinada beneficia a todos: el agricultor obtiene mayores ingresos y los animales disfrutan de una vida acorde a las necesidades de su especie.
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El que lo puede todo
Es difícil vender la carne de las vacas lecheras “turbo” o de las gallinas ponedoras industriales y también la descendencia masculina es poco rentable. Sin embargo, hay razas animales que producen tanto carne, como leche o huevos – aunque son más lentas en el proceso de producción. Muchos agricultores ecológicos redescubrieron viejas razas de animales útiles.
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Muchas reglas, poco control
La tenencia de animales útiles está reglamentada por prescripciones de la UE y por el derecho alemán de protección animal. Los animales deben ser mantenidos acorde a su comportamiento biológico y sin dolores ni sufrimiento. Pero un estudio destapó que más de la mitad de los animales están enfermos. Los protectores de animales exigen mayores penas, más control estatal y un derecho de demanda.
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Guerra de precios entre minoristas
En Alemania hay cinco cadenas de supermercados que controlan tres cuartas partes de la oferta alimenticia. Los precios son dictados muchas veces por los minoristas, que ofrecen carne barata todas las semanas. Pero, según el atlas de la carne, los líderes en el mercado podrían utilizar su poder para fomentar la protección animal. Por ejemplo, a través de etiquetas controladas independientemente.
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Reorganizar los subsidios de la UE
La UE subvenciona todos los años con unos cinco mil millones de euros sobre todo a los grandes establecimientos – porque el fomento se paga por hectárea. Los autores del atlas de la carne exigen que se redistribuya la ayuda agrícola de la UE entre pequeños y medianos establecimientos y que aquellos que practiquen una tenencia acorde a las especies y al medioambiente también obtengan más dinero.