Durante más de una década vivieron bajo tierra en Rusia 70 miembros de una secta, entre los que había más de una veintena de niños, informa hoy el diario ruso "Kosomolskaya Pravda".

Sin luz solar, electricidad ni calefacción: así vivieron los adultos, pero también los menores, que se encontraban sucios y en mal estado cuando fueron encontrados, informaron médicos al diario. El hallazgo se debió a una casualidad, cuando un comando especial asaltó el recinto por sospechas de terrorismo cuando investigaba el asesinato de un religioso islámico.

Por ahora no se han practicado detenciones. Los niños fueron ingresados en un hospital y posteriormente irán a orfanatos. Contra los padres se ha abierto una investigación por maltrato.

La secta en la ciudad de Kasan, a orillas del Volga y a unos 800 kilómetros al este de Moscú, se conforma de seguidores de un predicador musulmán de 83 años, Fairsrajman Satarov, que se autodenomina profeta de Mahoma.

Satarov ordenó a sus discípulos construir un gran sistema de celdas bajo su casa. Los seguidores no podían salir del recinto a excepción de algunos casos ni mantener contacto con el exterior.

dpa

Editor: Pablo Kummetz