Rusia ralentizará Twitter por incumplir sus solicitudes
10 de marzo de 2021
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Las autoridades rusas anunciaron este miércoles (10.03.2021) su intención de "ralentizar" el funcionamiento de Twitter en el país, acusando a la red social estadounidense de no haber eliminado contenidos "que incitan a menores al suicidio, que contienen pornografía infantil e información sobre consumo de drogas".
"Con el fin de proteger a los ciudadanos y obligar al servicio internet a cumplir la legislación rusa, se tomaron medidas de respuesta centralizada contra Twitter a partir del 10 de marzo de 2021, es decir, la ralentización de la velocidad del servicio", informó en un comunicado el organismo ruso de internet y de los medios de comunicación, Roskomnadzor. Rusia lleva semanas criticando las redes sociales, incluidas Facebook, Tik Tok o YouTube, acusándolas de haber difundido publicaciones ilegales en apoyo al opositor Alexei Navalny.
Roskomnadzor aseguró haber enviado, sin resultado, desde 2017, "más de 28.000 solicitudes iniciales y repetidas de eliminación de enlaces y publicaciones ilegales" a la firma estadounidense. El organismo regulador critica a Twitter en particular por no haber reaccionado ante los mensajes que llamaban "a que los menores se suiciden en masa el 3 de marzo de 2021". "Si Twitter sigue ignorando los requisitos de la ley, las medidas de réplica continuarán de acuerdo con la normativa y pueden llegar hasta el bloqueo", indicó el regulador ruso.
Rusia ha incrementado las críticas a las redes sociales en las últimas semanas, y a su omnipotencia en cuanto a la moderación de contenidos, especialmente políticos. Pero hasta ahora Twitter no había sufrido ninguna medida por el contenido de sus publicaciones. "La ralentización se implementará en el 100% de los dispositivos móviles y en el 50% de los dispositivos fijos", dijo este organismo que tiene el poder de bloquear sitios o redes de internet en Rusia. (afp)
Opositores entre la cárcel y el exilio
Alexei Navalni fue condenado a casi tres años de prisión. El crítico del Kremlin había regresado voluntariamente a Moscú. En muchos países, las figuras de la oposición son detenidas, a menos que huyan al extranjero.
Imagen: Press service of Moscow City Court/Reuters
En prisión: Alexei Navalni
El líder de la oposición rusa fue condenado el martes a dos años y ocho meses de prisión por un tribunal de Moscú, por no cumplir las condiciones de libertad condicional de una sentencia anterior. El juez dijo que Navalni era culpable de no informar regularmente a las autoridades rusas, mientras era tratado en Berlín tras un presunto ataque con veneno.
Imagen: Press service of Moscow City Court/Reuters
Retenida: Aung San Suu Kyi
A principios de febrero, los militares de Birmania dieron un golpe de estado y depusieron a la jefa de Gobierno de facto, Aung San Suu Kyi. Se desconoce dónde está retenida desde entonces. Al parecer, la cúpula militar quiere acusarla de violar las leyes de importación y exportación de Birmania, y se enfrenta a dos años de prisión. Desde 1989 pasó un total de 15 años bajo arresto domiciliario.
Imagen: Thet Aung/AFP/Getty Images
En exilio: Leopoldo López
El opositor venezolano fue sentenciado en 2015 a casi 14 años de prisión, acusado de incitar a la violencia contra el Gobierno de Nicolás Maduro. En 2017 recibió arresto domiciliario y en abril de 2019 participó en un fallido intento de levantamiento militar junto al opositor Juan Guaidó. López se refugió en la casa del embajador de España en Caracas. Desde el 25 de octubre de 2020 vive en Madrid.
Imagen: Oscar Gonzalez/NurPhoto/picture alliance
En el exilio: Tundu Lissu
En octubre de 2020, Tundu Lissu se presentó a las elecciones presidenciales de Tanzania contra el actual presidente, John Magufuli, y perdió estrepitosamente. Los observadores sospecharon de un fraude electoral. Tras ser interrogado por las autoridades locales en noviembre, Lissu se marchó a Bélgica. El político opositor ya había resultado gravemente herido en un atentado en 2017.
Imagen: Said Khamis/DW
En el exilio: Sam Rainsy
Quería volver a casa tras años de exilio: en noviembre de 2020, el político opositor Sam Rainsy intentó volar de regreso a Camboya desde Francia, pero ni siquiera se le permitió subir al avión en el aeropuerto Charles de Gaulle de París. En 2016, se había exiliado tras ser acusado de sedición por acusar al gobierno de asesinar a un activista.
Imagen: The Phnom Penh Post/ANN/picture alliance
En prisión: Maria Kolesnikova
Maria Kolesnikova, una de las principales figuras de la oposición en Bielorrusia, estaba tan decidida a quedarse en el país que rompió su pasaporte cuando las autoridades intentaron deportarla en septiembre de 2020. Desde entonces está detenida. Había gestionado la campaña de un opositor que quería presentarse contra el gobernante Lukashenko en las elecciones de agosto, pero fue detenido antes.
Imagen: picture-alliance/Sputnik/E. Odinkov
En el exilio: Svetlana Tikhanovskaya
La compañera política de Kolesnikova abandonó Bielorrusia en agosto de 2020, temiendo por su propia seguridad y la de sus hijos. Desde entonces, vive en Lituania. Anteriormente, Tikhanovskaya se había convertido en candidata presidencial de forma bastante involuntaria. En realidad, su marido quería presentarse contra Lukashenko. Cuando él fue detenido, ella se hizo cargo.
Imagen: Estonian Presidential Press Office/AP/dpa/picture alliance
Detenido varias veces: Guillermo Fariñas
El opositor cubano es uno de los disidentes más conocidos de su país tras haber participado en una veintena de huelgas de hambre en protesta contra el Gobierno castrista. Fariñas ha sido encarcealdo en varias ocasiones y ha estado, en total, más de 14 años en prisión, siendo la última vez en febrero de 2020 por 60 horas. El disidente recibió en 2010 el Premio Sajarov de Derechos Humanos.
Imagen: Getty Images/AFP/J. Thys
Estuvo detenida: Yulia Timoshenko
La controvertida política ucraniana estuvo en prisión de 2011 a 2014. Se le acusó de no haber actuado en interés de su país en un acuerdo de gas con Moscú cuando era primera ministra. Sus partidarios consideraron que detrás de la condena había motivos políticos del entonces presidente, Víktor Yanukóvich. Más tarde fue criticada por unas declaraciones antirrusas.